I. Planteamiento
El estado de Sonora adquirió a mediados del siglo pasado una especie de fama nacional que lo caracterizó como agrícola y ganadero.
Cobijado por o a la sombra de un régimen presidencial autoritario y paternalista, bajo la racionalidad de un discurso revolucionario y nacionalista, se generó un modelo de explotación agrícola y ganadera que representó la mayor proporción del producto interno por algunas décadas, posibilitó el crecimiento urbano y un dinamismo moderado de la agroindustria en la franja costera, principalmente.
Este modelo de producción, llevado a la condición de mito por las mismas políticas que lo apuntalaban, facilitó también la formación y concentración en pocas familias de respetables capitales, cuyo destino de inversión siempre ha sido un misterio y que no ha sido en el propio sector a juzgar por lo que es visible.
Si bien en sus mejores tiempos este modelo de producción agrícola y ganadera, fue la base -junto a otros sectores igualmente estratégicos como la pesca y la minería, y más recientemente la acuacultura-, para construir el Sonora urbano, industrial y de servicios que es hoy, al paso de los años esta forma de producir ha demostrado su incapacidad de ofrecer al resto de la economía los impulsos necesarios para agregar valor a nuestras mercancías y servicios, aprovechar el capital humano, tecnológico y financiero disponible y colocarse en posición competitiva en los mercados globales.
No obstante ser vecinos del suroeste de los Estados Unidos y con casi 600 kilómetros de frontera con Arizona, la vinculación económica con nuestros vecinos está muy alejada de su potencial, siendo lo más significativo de la relación las importaciones y exportaciones de la industria maquiladora y el consumo de los sonorenses en los centros comerciales del sur de dicho estado.
Por su parte los agricultores de Sonora, exportan volúmenes importantes de productos agrícolas, en presentaciones a granel y sin ningún valor agregado, mientras que los ganaderos son fundamentalmente exportadores de becerros, lo cual significa exactamente lo mismo, es decir, que no son capaces de diseñar y aplicar competitivamente las estrategias indicadas para integrarse con la industria y los servicios y agregar así valor al esfuerzo productivo.
Continuará...