Si el año pasado, en vez de los 15 impuestos distintos (¡15!, vaya prodigalidad recaudatoria), que cobró el Gobierno Federal, hubiera cobrado un impuesto único a las compras, de todos y de todo, del 15 por ciento, la recaudación hubiera sido de 2.1 millones de millones de pesos, 62 por ciento mayor de la que fue (1.3 millones de millones de pesos), ¡y ello con un impuesto único a las compras! Tal es el poder recaudatorio del sistema tributario PBP: impuestos Pocos, Bajos y Parejos, con el cual, partiendo del engendro tributario que padecemos, sí puede hacerse una reforma tributaria “perfecta”, lo cual supone que el gobierno recaude más; que los contribuyentes paguen menos; que quienes no pagan paguen; que se eliminan los privilegios tributarios; que se simplifique el sistema impositivo; que se eleve la competitividad de la economía mexicana, todo lo cual es posible con el impuesto único a las compras del 15 por ciento, con el cual, 1: el gobierno recaudaría más; 2: los contribuyentes pagarían menos; 3: los que no pagan, dado que el impuesto único a las compras se aplica a todas las mercancías, alimentos incluidos, pagarían; 4: dado que es parejo todos pagarían lo mismo, terminándose con los privilegios tributarios; 5: se simplificaría lo más posible el sistema impositivo, reduciéndose al máximo los costos del cumplimiento de las obligaciones tributarias; 6, tal vez lo más importante: se apuntalaría la competitividad de la economía mexicana, definida como la capacidad del país para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que son las que abren empresas, producen bienes y servicios, crean empleos y permiten la generación de ingresos, de lo cual depende el progreso económico del país y el bienestar de la gente.
¿Se imaginan cuánto más no se invertiría en México si los empresarios, cuyas inversiones son el motor del progreso económico, tuvieran que pagar un solo impuesto del 15 por ciento cada vez que compraran algo? Y si se invirtiera más, ¿cuánto más ingreso no se generaría? Y si se generara más ingreso, ¿cuánto más no se compraría? Y si se comprara más, ¡ojo recaudadores!, ¿cuánto más no se recaudaría con las misma tasa del 15 por ciento?
¿Existe o no la posibilidad de hacer, partiendo del engendro tributario, una reforma tributaria “perfecta”? A los números me remito, y estos dicen que sí. ¿Cuál es esa reforma tributaria “perfecta”? La del Impuesto Único a las Compras, quintaesencia del sistema tributario PBP, impuestos Pocos, Bajos y Parejos, antítesis del engendro tributario que padecemos, buen representante del sistema tributario MAD: impuestos Muchos, Altos y Disparejos, sistema tributario MAD que es el que pretende mantener la propuesta de reforma tributaria de Peña Nieto y Videgaray, y que mantendrá (ya lo verán), lo que al respecto dispongan los legisladores.
Hay quienes dicen que la propuesta a favor del Impuesto Único a las Compras es utópica, y claro que lo es, pero no porque no se pueda llevar a la práctica, sino porque no se quiere hacer realidad, algo muy distinto.
Continuará.