Sin duda hay a quienes les urge que la crisis económica se agrave en México. ¿Por qué? Tal vez porque son tan estúpidos como para suponer que si le va mal al gobierno de Felipe Calderón les va a ir bien a ellos. Primero, anduvieron diciendo que Calderón iba a ser tan soberbio como para remover a Agustín Carstens y poner a un panista (¿hay alguno que entienda de economía?) o a Ernesto Cordero en la SHCP. Como ese rumor no resultó, el fin de semana echaron a retozar la versión de que ya van ¡tres veces! que Carstens le renuncia al Presidente. Parece ser que quien soltó el cuento de las renuncias fue Raymundo Riva Palacio, un ejemplo didáctico -¡niños, vean a dónde conduce una vida sin valores éticos!- de cómo un prometedor periodista termina como un golpeador patético en la vejez (¿de qué medio no ha salido disparado Riva Palacio por intrigoso, soberbio y mentiroso?). Después un personaje españolito de pésima reputación, representante o comisionista en México de los negocios del grupo español Prisa, Antonio Navalón, repitió en "El Universal" la versión de las tres renuncias...Me imagino que harto de estupideces el secretario de Hacienda negó rotundamente la versión desde Washington y dijo que estaba muy contento trabajando como Secretario de Hacienda, claro a "El Universal" se le pasó publicar el desmentido rotundo de Carstens - no se les fuera a enojar el españolito Navalón que tiene muchas cuentas pendientes en España relacionadas con fraudes multimillonarios, intrigas y traciciones-. El punto es ¿para qué alborotar los mercados y dañar a México? Pues para ganar buenos dólares con la especulación y por supuesto para enrarecer el ambiente antes de las elecciones...Cuánta basura.