De haberlo sabido antes nos habríamos ahorrado mucha violencia, muchas muertes y mucho dinero. El mejor valladar contra el narcotráfico, al decir del Presidente Calderón, son las creencias. Si creemos en Dios no nos drogamos, si no nos drogamos se les acaba el negocio a los narcos. Pues que le encarguen la lucha contra el narcotráfico a las autoridades de las diferentes creencias religiosas. Sólo me brinca una cosita en esta peculiar prédica de don Felipe el creyente: ¿Qué acaso no es cierto que desde tiempo inmemorial el consumo de drogas se ha asociado a experiencias místico- religiosas? Los que consumen peyote para comunicarse con el más allá, los que a la tercera copa de tequila andan dando tumbos diciendo que las Virgen de Guadalupe se les apareció o los capos del narcotráfico que andan cargados de medallitas y escapularios, dan cuantiosos donativos a las iglesias y hasta un santo particular se inventaron para que los proteja. Mmmm...