Hay quien la hace de analista y afirma lo siguiente: “La propuesta de reforma laboral está más sesgada en beneficio de los patrones que de los trabajadores, porque les permitirá contratar y despedir con mayor facilidad”. Vaya burrada.

La Ley Federal del Trabajo (LFT) que hoy rige al mercado laboral mexicano se promulgó en 1970, con una visión socialista ó totalitaria. Al más puro estilo marxista, se puso en el centro de la protección laboral a los trabajadores. Con esta visión de izquierda se estableció toda una serie de obligaciones para las empresas que lo único que logró fue hacer más costosa la relación laboral entre las partes. En México es más costoso generar empleos que en otros países de similar nivel de desarrollo por conceptos de pago como Seguro Social, impuesto a nómina, Infonavit, aguinaldos, reparto de utilidades y vacaciones. Asimismo es complicada, cuando no prohibitiva, la contratación temporal (con horizonte definido) y por horas.

La actual propuesta de reforma laboral no es para nada la panacea, pues permanece sin cambio el socialista artículo 123 de la constitución; tampoco se trata de conculcar los derechos de los trabajadores (seguirían teniendo las mismas prestaciones); se trata de invertir los incentivos. En México contratar a la persona equivocada es costosísimo, por lo que dar tiempos de prueba a ambas partes (empleador y empleado), provoca lo contrario, aumentar el incentivo de contratar, a sabiendas de que si alguien se equivoca (empleador ó empleado) será con un mínimo costo. Países como EU, en donde es barato despedir, registran la mayor generación de empleos del orbe. Aún con la crisis, en EU es más fácil encontrar chamba que en Europa (países con legislaciones laborales duras y socialistas como la mexicana).

La actual Ley Federal del Trabajo no es ninguna muestra de conquista laboral como la quieren hacer ver los izquierdistas (peje y sindicatos que le acompañan en la manada).

La LFT es un verdadero obstáculo que impide al país generar anualmente los empleos de calidad que los mexicanos requerimos. La actual Ley Federal del Trabajo nos mantiene en el subdesarrollo. De acuerdo con el índice global de competitividad del Foro Económico Mundial 2010-2011, México ocupa la posición 120 de 169 países en eficiencia del mercado laboral, incluso por debajo de naciones como Bangladesh o Sri Lanka. Una reforma, aunque sea pequeña, nos haría avanzar en materia de competitividad laboral.

No le hagamos el juego a los burros, es hora de comenzar a modernizar nuestra legislación laboral.