Asuntos Capitales

“A mayor gasto gubernamental, mayor crecimiento económico”

“Muy pocos ven las perversiones del gasto público y para prueba basta un botón, sólo hay que ver el escandaloso y creciente endeudamiento de varios estados de la República, en especial el caso de Coahuila.”


Godofredo Rivera
DOMINGO, 4 DE SEPTIEMBRE DE 2011

Esta burrada económica se suele oír con frecuencia en círculos gubernamentales, en la academia, en distintos medios de comunicación y hasta en charlas de café. Dicha mentira está tan arraigada en la sociedad mexicana que muy pocos ven las perversiones del gasto público y para prueba basta un botón, sólo hay que ver el escandaloso y creciente endeudamiento de varios estados de la República, en especial el caso de Coahuila.

El gasto público no es ningún motor económico, al contrario, cuando es demasiado abultado, le resta competitividad a la economía, pues a mayor gasto, mayor endeudamiento y mayores impuestos. Y lo peor en México es que tenemos una gasto público secuestrado por distintos grupos corporativos de poder, que no rinden cuenta alguna como lo son las burocracias y sindicatos en rubros como el educativo, energético, de salud (los onerosos, ineficientes y quebrados IMSS e ISSSTE), ah y no se nos olviden las mafias corporativas incrustadas en el campo, y que año con año se llevan enormes tajadas del pastel presupuestario.

De acuerdo al último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 40.3% de las transferencias gubernamentales (subsidios para ser claros), se otorgan a 20% de la población con mayores recursos (ej. beneficiarios de las escuelas de educación superior públicas) y 80% de los subsidios al campo los reciben los agricultores con más tierra, que representan menos del 10% del total de los productores del campo. Vaya, hasta narcotraficantes han cobrado su tajada campesina.

A lo anterior agreguemos todo el financiamiento gigantesco y oneroso de los partidos políticos que sólo benefician a determinadas clientelas.

Finalmente están los incentivos perversos de los estados para gastar bien. Hay un perverso confort de gastar sin esforzarse por recaudar. Así, diversos gobiernos gastan y gastan, aumentan colosalmente la deuda y trasladan los costos a las siguientes generaciones. En dicho modelo la banca comercial ha encontrado un modelo de negocio muy rentable y perverso. Y todo porque peligrosamente se han colgado de las participaciones federales futuras que al depender en buena medida del petróleo son muy volátiles. Pero claro, ahí está el aval del gobierno federal.

Debe entenderse de una vez por todas que dicho esquema de endeudamiento estatal con la banca comercial es muy dañino para la economía pues causa un efecto de crowding out para el sector privado, es decir, a mayores recursos a los gobiernos estatales, menores recursos para las empresas privadas. El resultado es mayor endeudamiento, más gasto corriente (un mínimo se destina a gasto de inversión como lo es el de infraestructura) y menores créditos al sector privado, todo lo cual nos lleva a tener menor crecimiento económico.

Ojalá rompamos de una vez el peligroso mito del gasto público y entendamos que todo gasto de gobierno debe ser transparente, estar fuera de las mafias corporativas y estar estrictamente limitado a sus funciones naturales como velar por el derecho a la vida, a la libertad y a la protección del patrimonio de las personas.

Más gasto público significa más deuda, mayores futuros impuestos y menor crecimiento económico.

De burradas y burradas económicas, mejor una pequeña cucharada de conocimiento que nos aleje de las tarugadas.