Gastar cuantiosos recursos de los contribuyentes para construir un muro fronterizo será una de las más espectaculares demostraciones de que los políticos son pésimos economistas: Simplemente encarecerán la oferta de uno de los factores de producción (mano de obra mexicana) que inciden en la productividad de la economía de Estados Unidos. Felicidades: Romper ventanas para después reponerlas habría sido mejor negocio.