El capital humano es, sin lugar a dudas, el factor de producción más importante para que una economía funcione bien. No es posible el desarrollo económico sostenido si gran parte de la población carece de un mínimo de educación. El extraordinario progreso de países como Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur se deriva, en gran medida, del énfasis desde el inicio de su desarrollo, en eliminar el analfabetismo y aumentar la escolaridad de sus habitantes (lo que implica estudiar inglés y computación). Estos países han concedido una atención importante a la educación (que no pasa por exigir mayores presupuestos como en México; ahí están ya los líderes magisteriales exigiendo 6 salarios mínimos para los profesores parásitos), al entrenamiento, a los hábitos de trabajo y a la acumulación de habilidades laborales. Como resultado, estas naciones han registrado tasas espectaculares de crecimiento anual (que rebasan el 6% en promedio). Asimismo, han experimentado sólidas y crecientes tasas de crecimiento del PIB per cápita, con lo que la pobreza y la desigualdad han disminuido de manera notable.

Es claro, la educación es fundamental para el desarrollo.

Una cosa es la educación con calidad (con profesores bien pagados, resultado de su desempeño y preparación) y otra la burrada de afirmar que las Normales Magisteriales (en donde se forman -deforman- la enorme mayoría de los profesores de educación básica gubernamental) son esenciales para la acumulación de capital humano en México; una verdadera burrada que recién se la he escuchado a periodistas, burócratas y hasta alguno que otro dizque “sabio” en educación.

La semana pasada, el estado de Michoacán enfrentó una vez más el chantaje, la violencia y el embate de los grupos radicales comunistas asentados en las normales rurales; incendio y secuestro de camiones del transporte público, obstáculos al libre tránsito de las personas, toma de casetas y carreteras, cierre de vías vitales de comunicación, amenazas y golpes a policías, todo comandado por seudoestudiantes y seudoprofesores normalistas comunistas que se oponen férreamente a que los planes y programas de estudio se actualicen, se modernicen, a que haya un mayor periodo de estudio y preparación, a que se vuelva obligatorio estudiar inglés y computación (otra vez los comunistas burros, que a lo anterior le llaman infiltración del imperialismo yanqui, sometimiento al Banco Mundial, al Fondo Monetario, etc., y otras burradas que dan horror). Recordemos qué son las Normales rurales, en especial las de Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas.

Estas Normales Rurales hace años fueron secuestradas por movimientos comunistas formadores de guerrilleros asesinos y que se han nombrado y disfrazado de movimientos meramente estudiantiles. Hablo de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, agrupación cuya filosofía (y el lector lo puede fácilmente constatar si busca información en internet) es abiertamente marxista; buscan no educar, sino adoctrinar, llevar al marxismo al poder, instaurar un régimen de planificación central como el cubano y/o Corea del Norte.

Buscan que el gobierno regrese al control total de la educación, que se elimine la propiedad y la educación privada. Darle un tiro al capitalismo (al que no entienden, porque como buenos comunistas han sido parásitos del gobierno todas sus vidas).

Este tipo de “colegios” lo único que busca es adoctrinar a los jóvenes en el marxismo y enseñarles que el camino al poder político es la violencia. Qué horror, lejos de formar educadores, forman futuras pequeñas células de guerrilla que acabarán con una bala en la cabeza (de la policía o de ellos mismos, pues cualquier disidencia se castiga al estilo estalinista, con la muerte misma).

Los estados de la República deberían tomar cartas en el asunto y tomar medidas para desaparecer estos centros de insurrección marxista. No deben asignar recursos a quien quiere el poder por la fuerza, y lo peor, implantar un régimen totalitario al más puro estilo maoísta-estalinista. Es como quererse dar un balazo en el pie.

Ojalá el gobernador de Michoacán Fausto Vallejo haga respetar el Imperio de la Ley y no se deje chantajear por grupos fanáticos y violentos que lo único que desean es implantar el nefasto sistema socialista, ese que ha asesinado y dejado a millones en la miseria. Ojalá al todavía presidente Calderón y al Secretario de Educación no les tiemblen las manos para someter a los violentos y radicales comunistas de las Normales Magisteriales que nada tienen que ver con la formación valiosa de capital humano. Ya veremos…