Asuntos Capitales
Un sistema mejor que el patrón oro
“El Patrón Oro ha jugado un papel fundamental en la teoría monetaria y para el buen desarrollo del capitalismo. Sin embargo, hay que reconocer que es un modelo monetario agotado. Por tal razón, en 1944 fue abandonado y sustituido por el patrón dólar, que rápidamente naufragó en 1972 para sustituirlo por el manejo discrecional de las monedas nacionales. Pero este modelo fue peor que todos los anteriores, produciendo hiperinflaciones destructivas de las economías, pobreza y concentración indebida de la riqueza. Aquí se da una propuesta que puede ser mejor que el patrón oro: la masa monetaria fija.”
Santos Mercado
MIÉRCOLES, 1 DE AGOSTO DE 2018
Introducción La economía es la ciencia que estudia las acciones que los seres vivientes deciden a fin de sobrevivir en este mundo. En general, podemos decir que la lucha por la sobrevivencia es la característica fundamental de los seres vivientes, así se trate de una célula, un virus, un elefante, o el hombre mismo. La tarea primordial de un hombre o de una colectividad es asegurar el alimento. En la edad prehistórica las pequeñas comunidades pasaban la mayor parte del tiempo colectando frutos y cazando animales. Por hambre o por conflictos internos se desplazaban de un lugar a otro siempre en búsqueda de alimento. Cuando el hombre se da cuenta que puede cultivar y domesticar animales se vuelve sedentario. Naturalmente son pequeñas sociedades emparentadas de una u otra forma y donde alguno de sus miembros asume la máxima autoridad, generalmente los más ancianos por poseer más experiencia. Por diferencias o conflictos entre los miembros de estas tribus antiguas es posible entender que se separen en dos o más fracciones. Unos se quedarán en los valles otros en las costas y otros más en los bosques o montañas. Naturalmente los que se quedan en las costas se especializan en la pesca, los de bosques en la cacería y otros en la agricultura. Seguramente producen más de lo que necesitan y desean lo que produce el vecino. Una manera de conseguir lo que produce el vecino es usar un método violento. Por la noche van y roban lo que pueden. Pero también hay gente razonable que no desea correr riesgos y prefiere ofrecer lo que tiene, tratando de obtener el bien del vecino, sin violencia, con negociación. Surge el trueque. No hay problema para el intercambio o trueque mientras hay coincidencia de necesidades. Después de dialogar podrán intercambiar medio tiburón por cinco costales de maíz, y cada uno de los jefes de tribu se va a sus comunidades para disfrutar del intercambio. Es muy posible que no lo sepan aquellos individuos, pero nacen así, espontáneamente, instituciones importantes de la civilización: el trueque, la propiedad privada, el mercado. Es posible que la noción de propiedad privada haya surgido antes del homus erectus de hace 500 mil años. Y parece que no es exclusivo de los seres humanos, lo vemos en los perros que defienden su hueso, los leones que primero sacian su hambre y dejan el sobrante para sus hijos, las hormigas que se disputan las migajas de pan. Parece ser que el sentido de propiedad se deriva del instinto de conservación, que lo tienen todos los seres vivos. Dice Ludwig von Mises: “hay un impulso implantado en todos los seres vivos que los dirige hacia la asimilación de materia que preserva, renueva y fortalece su energía vital”. Se puede decir entonces que el sentido de propiedad es propio de los seres vivos, independientemente de qué tan desarrollados estén. Lo podemos ver en niños de un año, que lloran si les quitan el biberón, que defienden sus juguetes frente a otros niños. Quitarle la noción de propiedad a un ser vivo es condenarlo a la muerte. Pensemos en un león que caza un venado, llegan otros animales y le quitan la presa sin que oponga resistencia ninguna, puede ser que nada le dejen y termina por desaparecer. Dice Richard Pipes que no hay concepto más atractivo y estimulante para progresar que el de propiedad privada. Uno de los conceptos más difíciles de entender de la ciencia económica es la que se refiere al mercado, es decir, de esa actividad maravillosa que genera relaciones de armonía y paz entre los individuos, aunque no se conozcan, aunque hayan sido antagónicos en otros tiempos. Para entender al mercado, primero debemos saber que es un asunto de dos agentes económicos, no de tres ni de una muchedumbre contra otra muchedumbre. Basta un oferente, quien lleva un bien que desea intercambiar y que a la vez es demandante pues desea otro bien diferente al que lleva en las manos. El demandante quien es el que desea conseguir algo que le es útil, y que para tal propósito lleva un bien que pretende darlo a cambio. Entonces, podemos ver que un individuo es tanto demandante como oferente. Cuando ya entra la institución dinero, al que lleva monedas o billetes normalmente se le llama demandante y al que lleva un bien, oferente. En realidad, el que lleva billetes, el demandante, también es oferente pues ofrece su dinero a cambio de algo. Y el que lleva el objeto, es oferente pero también demandante pues va en pos del dinero. Pero sigamos en el caso de trueque. Dos individuos se encuentran y para facilitar el entendimiento, digamos que uno lleva naranjas y otro carne de tapir. Para empezar el proceso de formación de mercado, necesitan un ambiente de paz, algo así como un pacto de no agresión. Significa que cada individuo verá a su contraparte con respeto, sin amenaza de agredirlo, coaccionarlo o violentarlo. Si no hubiera ese micro clima de paz, sería imposible crear el mercado. En segundo lugar, se da un reconocimiento de propiedad privada. Quiere decir que cada uno de los agentes acepta que el objeto que lleva su contraparte es de aquél. Ninguno de los dos va a investigar de dónde, cuándo o cómo lo obtuvo el otro. En tercer lugar, cada uno actúa de manera racional, es decir, tratarán de obtener lo más a cambio de ceder lo menos. En cuarto lugar, se sienten libres de negociar, presentar sus propuestas y regatear. Si la negociación llega a un acuerdo, hacen el intercambio, el QUID PRO QUO. Es importante resaltar que una vez que han acordado el precio, ya no pueden moverlo, pues eso generaría un problema. Por ejemplo, si acordaron tres naranjas a cambio de dos peras, a la hora de hacer el trueque no puede dar solo dos naranjas por dos peras. Un comportamiento así significaría un rompimiento de contrato. Romper contratos es una de las fuentes de violencia. Nuestros dos agentes se encuentran en un lugar y en un tiempo. Originalmente nadie establecía el lugar donde se podían hacer los intercambios. Ahora ya podemos definir lo qué es un mercado. Se compone de dos individuos que desean intercambiar, hacer trueque o usar el dinero; dos bienes, en un tiempo y en un lugar. El mercado se crea cuando los agentes llegan a un acuerdo en la tasa de intercambio y realizan el Quid pro Quo. En cuanto los bienes cambiaron de manos, se acabó el mercado. Los agentes se dan la vuelta y cada uno se va satisfecho por la operación realizada. ¿Cuánto tiempo dura el mercado? Se puede decir que menos de lo que dura un suspiro. Otra manifestación del mercado es cuando acudimos a una tienda donde los productos están etiquetados con la cifra que el vendedor pretende obtener. Los clientes ven el objeto, lo miden, lo huelen, lo acarician y deciden si lo compran o no. El dueño de la tienda, por muy poderoso que sea, no puede obligar a que el cliente lo compre. Es una operación libre y voluntaria, es mercado. La idea de mercado no se reduce al intercambio de bienes y servicios de manera libre y voluntaria entre los individuos. También se puede observar en el campo del amor. En efecto, cuando un hombre habla a una mujer para convencerla de que se case con él sin que haya violencia ni coacción, y la mujer esté en completa libertad para negarse, es posible que se esté formando un mercado. Si la dama accede, se formó el mercado y todos felices, si se niega, no se formó mercado y nadie debe reclamar. Así pues, la idea de mercado recoge la relación civilizada entre los hombres, relación de libre y voluntario acuerdo exento de toda coacción y violencia. Es una relación que solo se puede dar, hasta donde se sabe, en la humanidad, no se ha visto que los perros, las hormigas u otros animales hayan aprendido a negociar para hacer trueque o comercio de bienes y servicios. Si los hombres no se relacionan mediante el mercado, la alternativa es una relación de violencia, coacción y dominio del más fuerte contra el más débil. Se le puede llamar relación de antimercado. El ladrón que te despoja de la cartera, el que engaña dando gato por liebre, el ladrón de autos, el falsificador de billetes, el que impone un impuesto, todas estas actividades son anti-mercado. Por supuesto, las relaciones anti-mercado son ajenas al trato civilizado entre los hombres y terminan destruyendo a la sociedad. El dinero ¿Qué es el dinero? Es un instrumento que sirve para facilitar el intercambio. Este instrumento no sería necesario si los hombres siempre tuvieran coincidencias de intereses. Uno tiene arroz y quiere maíz y el otro tiene maíz y quiere arroz. En este caso basta ponerse de acuerdo en la tasa de intercambio, por ejemplo, tres kilogramos de arroz a cambio de dos kilogramos de maíz; hacen el trueque y cada quien se va contento a su casa. El problema surge cuando se encuentran dos agentes que no coinciden en sus demandas: uno tiene frijol y quiere trigo el otro tiene trigo y quiere maíz. No pueden hacer trueque pues no hay coincidencia de necesidades. La solución es buscar a un tercer agente que pueda hacer posible el intercambio, es decir, buscan a alguien que tenga maíz y ande buscando ya sea frijol o trigo. El acto de andar buscando a un tercer agente que pueda facilitar el intercambio tiene sus costos, esfuerzo y tiempo. Puede ser que lo encuentren, pero también puede ser que no coincidan. Asumamos que, en efecto, se encuentran. Ahora uno de ellos tiene que ceder; hará intercambio con algo que no es precisamente lo que andaba buscando pero que le sirve para negociar con el tercer agente. En el gráfico se muestra que quien tiene arroz quería frijol; el que tiene frijol quiere maíz; el que tiene, maíz quiere arroz. La solución es, por ejemplo, que quien tiene frijol acepte el arroz, que no es lo que andaba buscando pero que le servirá para hacer trueque con el que tiene maíz. Bastaba con que uno de ellos actuara de manera flexible y previsora para resolver el problema. Ahora los otros hacen un intercambio sencillo y todos contentos. El bien que se usó para un tercer paso es el germen del dinero. Pero sirvió solo para facilitar una operación y después desaparecer. El origen del dinero Es comprensible que no todos quieren y necesitan lo mismo. Cada hombre desea en diversos grados lo que tienen los demás. Cada hombre tiene distintas preferencias. Se puede construir una matriz de preferencias.
Se observa que el bien más preferido es el B9. Quiere decir que puede utilizarse ese bien como moneda o dinero ya que es más probable que lo puedan aceptar los otros individuos, según señala la matriz de preferencias. Ese bien es posible que sea cacao, sal, plata u oro. El caso es que tiene más posibilidades de ser intercambiado. Así, si alguien lleva plátanos y quiere calabazas, puede ser que no localice al que lleva las calabazas, pero estará dispuesto a cambiar por B9, pues es el bien que es demandado por muchos y probablemente por el que lleva calabazas. En una economía más compleja, donde hay más bienes ofrecidos, lo que se convierte en dinero es aquél bien que no es perecedero, qué sea fácilmente transportable y divisible. Es como se llega al oro como medio de cambio, es decir, dinero. Así pues, el dinero es una institución que surge como producto de una economía de propiedad privada donde los individuos tienen completa libertad de elegir e intercambiar. En una sociedad sin propiedad privada, no puede surgir la institución dinero pues la gente no puede intercambiar nada si nada le pertenece. El patrón oro Las características mencionadas (no abundante, divisible, compacto, ligero, constante) hicieron que el oro fuera el mejor candidato. Es fácil imaginar que la gente comerciaba con bolitas de oro de distinto peso. Bolitas de un gramo, cinco gramos, cien gramos, un kilogramo para operaciones más fuertes. De las bolitas se habrá pasado a los discos de distinto peso y luego a las monedas con distintos dibujos en alto relieve. No faltó el rey o príncipe que ofreció sus servicios de acuñar monedas con la cara del monarca y a todos les pareció buena idea. El comercio doméstico y foráneo se desarrolló muy bien contando con este medio de intercambio. Pero también aparecieron los defraudadores que en lugar de oro puro lo combinaban con otros metales, o en lugar de que la moneda fuera de diez gramos la hacían de ocho y le imprimían que era de diez: o bien, aquellos que con una lima le quitaban un poco de cada moneda y con ese polvo de oro creaban una nueva moneda con poder de compra. Sin considerar estas triquiñuelas, el dinero oro funcionaba de manera muy estable para facilitar los intercambios. Prácticamente el poder adquisitivo era tan estable que se podía comprar lo mismo hoy que dentro de 20 años. Empero, llevar una bolsa con monedas de oro tenía ciertas incomodidades por el peso y volumen. Esto se resolvió dejando el metal en resguardo de una persona o negocio quien le extendía un recibo por la cantidad del metal áureo. Llevar un recibo de papel era más práctico que dos kilogramos de oro. En seguida se inventó el fraccionamiento, de tal suerte que en lugar de un recibo de dos Kg de oro, se pedía un recibo de un kilogramo y dos recibos de 500 gramos, y así circulaban recibos ligeros, fácil de guardar, de transportar y de atesorar. Estos recibos se transformaron en billetes de distintas denominaciones. Todos usaban estos recibos o billetes pues sabían que estaban respaldados por el oro guardado en la bodega y que lo podían reclamar en cualquier momento. Salvo fraudes y falsificaciones, el patrón oro funcionaba muy bien. Sin embargo, el oro no está exento de algunos problemas:
Estos defectos del oro se resolvieron cuando surgió otra institución importante de la economía: el billete o papel moneda. Por cierto, es la fecha y todavía es un misterio saber administrar la institución dinero de manera correcta. ¿Cómo surge el papel dinero? A principios del siglo XX había en los Estados Unidos más de dos mil bancos privados que emitían sus propios dólares y no había problema alguno. Los billetes de un banco eran diferentes a los de otro. Pero la gente los aceptaba bien porque sabían que estaban respaldados con oro. Bastaba llevar los billetes al banco para que le dieran la cantidad del metal áureo correspondiente. La emisión de dólares estaba sujeta al patrón oro. Si una nación posee oro en su territorio, basta poner una regla, digamos cada vez que llega un gramo de oro se emite una unidad monetaria, llamémosle peso. Otra nación puede emitir sus propios billetes con una regla equivalente un gramo de oro = una lira, y así. ¿Qué pasaría en un país que carece completamente de oro? Cualquier bien que hayan usado como dinero, se puede billetizar, es decir, convertir en papel moneda, en billetes. Claro que tendrían, en primera instancia tener en bodega el bien representado para que se pueda redimir en cualquier momento. Así, los billetes pueden representar conchas o plumas de pavorreal y la gente duerme tranquila mientras sepa que sus billetes pueden ser cambiados por las plumas o las conchas. Ahora bien, qué sucede si el hombre que guarda el metal lo usa para otros menesteres, incluso desaparece completamente de la bodega. Mientras la gente no se dé cuenta, seguirán usándolo para sus transacciones como si todo estuviera normal. El problema se manifestaría en cuanto alguien quisiera redimir los billetes y el banquero le negara la operación. Seguramente los demás ciudadanos tratarían de rescatar sus conchitas y todos recibirían la misma respuesta: “no hay”. Pero si nadie se entera que ya no existe el respaldo, la economía puede seguir funcionando como de costumbre. A este hecho le podemos sacar algunas lecciones:
La institución “dinero” tiene sus propias leyes. Es como la gravedad, que si no se aprenden las leyes que la rigen puede causar daños irreparables. Alguien puede pretender desafiar la ley de la gravitación universal y aventarse desde el piso diez. Lo menos que puede pasar es que se rompa la cabeza. Igual pasa con las leyes del dinero. De hecho, han caído grandes imperios por no comprender a esta importante institución. Leyes del dinero
Pronto la población se da cuenta que no hay problema en utilizar los billetes y de que puede comprar oro u otros bienes sin ningún problema. Cuando la emisión de billetes se desliga del oro, se dice que se ha abandonado el “patrón oro”. Desde ese momento, el precio del oro se determinará por la oferta y demanda. Es posible que un dólar pueda comprar un gramo, dos o cinco de oro; o tal vez solo la mitad de un gramo. Puede ser que se descubran grandes minas de oro y, por tanto, la oferta supera a la demanda. En tal caso, es posible que el precio del oro baje. En fin, los precios se saben hasta que se saben, es decir, hasta que se realizan las transacciones. Las fluctuaciones de precios serán tan normales como de cualquier mercancía. ¿Puede trabajar una economía con una masa monetaria de un millón de dólares? Estamos hablando de una situación especial donde la masa monetaria es fija, de un millón de dólares y no se produce más dinero ni se quema ningún billete. La respuesta es afirmativa, la gente seguirá produciendo y consumiendo normalmente. Los precios pueden variar según los cambios en los gustos o caprichos o conforme las temporadas. Si es tiempo de naranjas quizás un dólar se cambia por tres kilogramos, en tanto que si ya no es tiempo de esta fruta, un dólar quizás solo consiga un kilogramo. Pero son los movimientos propios del mercado y no hay nada de qué preocuparse. Si los gustos de la gente cambian de tal manera que ahora quieren consumir toronjas, es decir, crece la demanda, el precio subirá y es una excelente señal para que los productores se decidan a plantar toronjas a fin de satisfacer a los clientes y tener ganancias. Innovación y nuevas tecnologías Deflación es el proceso en el cual los precios se comprimen, es decir, bajan. Dicho de otra manera, es que la unidad monetaria incremente su valor, su poder adquisitivo es mayor. Especialmente lo sentirán quienes tienen ingresos fijos pues conforme se integran las innovaciones a los procesos de producción verán que día a día les rinde más su salario. Todo lo dicho tiene como base una masa monetaria fija. Los precios van cayendo conforme pasa el tiempo. Algunas industrias nacen, otras desaparecen. Es la dinámica propia de una economía capitalista y no es pretexto para alterar la masa monetaria. Masa monetaria fija, es la solución. ¿Puede una economía de mercado funcionar bien si solo hubiera un millón de dólares en circulación? Unos niegan categóricamente que la masa monetaria deba estar fija. Según ellos, impediría el desarrollo de la economía. Otros dicen que es aceptable que crezca un tres por ciento, que es el porcentaje en que crece la población. Otros más afirman que se puede y se debe imprimir todos los billetes que sean necesarios a fin de resolver los problemas de pobreza, escasez y desempleo. Dinero y billetes no es lo mismo Sin embargo, el dinero se puede pervertir, destruir y eventualmente desaparecer. Las consecuencias pueden ser muy funestas para cualquier economía que no sabe administrar bien a esta institución. Señoreaje. Con este nombre señalaremos a la impresión de nuevos billetes que se ponen en circulación. Por ejemplo, si la economía ya funciona con un millón de dólares y se imprime un dólar más para que ahora haya 1,000,001 dólares, quiere decir que se hizo señoreaje por un dólar. También se dice que se está inflando a la economía con nuevos billetes. Procesos de transferencia Pero no hay que confundir: Una cosa es producir dinero y otra producir billetes. Una vez que se ha desligado la producción de circulante con el patrón oro, plata u otros objetos y está funcionando en la economía una cantidad de billetes, esos billetes representan a la institución dinero y se tiene que reconocer sus características intrínsecas. Abandonado el patrón oro y con la política de masa monetaria fija, ya no se puede producir dinero, pero se pueden producir billetes. Un billete de un dólar se puede “partir” en un millón de billetes cada uno con valor de un millonésimo de dólar. Por supuesto, se debe quemar el billete de dólar a fin de que no se genere señoreaje. Esto quiere decir que se tiene una economía con una cantidad inmensa de billetes pero sigue funcionando con un millón de dólares. Esta característica de divisibilidad es de mayor nivel que si se usara oro físico, pues aunque también es divisible pero sería impráctico tener un microgramo de oro. Así pues, cuando se llega al dinero papel, se ha logrado crear una gran institución. Pero esa institución se puede pervertir y eventualmente destruir. ¿Cómo se destruye el dinero? Distorsión de precios relativos El señoreaje también causa daños económicos a la banca pues puede destruirla en poco tiempo. Ya lo veremos más adelante.Por ahora basta decir que el dinero es una institución muy delicada y que debe estar vigilado por expertos que sepan bastante del tema monetario. Valor de la unidad monetaria Monopolio del dinero Panamá no tiene su propio banco central, pero está bajo la administración de la FED pues maneja el dólar americano como su moneda de curso legal. Se le da el monopolio a la banca central para que sea el único que pueda imprimir billetes. Si lo hiciera alguien que no es la banca central se dice que está falsificando dinero y merece penas muy severas y con justa razón pues es un robo al que recibe el billete y luego se lo rechazan o a toda la población si entra por siempre en circulación. ¿Y quién le da el monopolio? Puede ser un acuerdo social o una acción del gobierno que se fundamenta en la vigilancia de que nadie dañe la propiedad privada del ciudadano. Dinero virtual El proceso para pasar de dinero físico a dinero virtual consiste en que un banco recibe los billetes y los abona a la tarjeta de débito. Acto seguido, el banco tiene que quemar esos billetes físicos, es decir, destruirlos para que no entren en circulación e incrementen la masa monetaria. La ventaja de la tecnología es que detecta de manera instantánea cuando alguien quiere hacer una transacción por más de lo que tiene en su tarjeta y en ese momento impide la transacción. Por supuesto, también habrá tarjetas de crédito donde el usuario sabe que tiene un límite y una obligación de pagar el préstamo más los intereses. Y sabe también que no cumplir se hace acreedor de sanciones que pueden ser desde embargos hasta cárcel. Parece cruel, pero así debe funcionar el sistema, por el bien de la sociedad. ¿Es posible hacer señoreaje, es decir, crear más unidades monetarias cuando se usa el dinero electrónico? La respuesta es afirmativa. Basta que una cuenta no tenga candados para gastar o para abonar a otras cuentas. Es el caso de un gobierno que tenga que pagar la nómina de sus empleados. Sin que tenga el respaldo de recursos recaudados por impuestos, abona a la cuenta de cada trabajador. Estaría aumentado la masa monetaria y con todas las consecuencias que ya vimos cuando se emiten más billetes. Por tal razón es que el gobierno no debe tener el control ni la administración del dinero y solo debe gastar lo que estrictamente le depositan los contribuyentes. Este fenómeno de señoreaje virtual también se podría dar con agentes privados. Una empresa o un particular que no tuviera límites en sus cuentas bancarias podría generar dinero virtual con todas las nefastas consecuencias. El señoreaje virtual representa uno de los más grandes desafíos en virtud de que hay gente muy capacitada y fuera de control para penetrar en archivos secretos. Sin embargo, el conocimiento avanza y seguramente se encontrarán soluciones que no pongan en riesgo a los sistemas. La clave está en que los gobiernos o los particulares no tengan posibilidades de gastar más de lo que tienen en sus cuentas bancarias. Los bancos, por su parte, tendrán que ajustarse a brindar créditos sin excederse de lo que tengan en su cuenta. Es decir, no puede dar créditos de la nada, pues tendrán el reclamo dinerario apenas hayan otorgado el crédito. En otras palabras, se observará una mayor disciplina monetaria. Conclusión
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