La tragedia de Oaxaca (la palabra "conflicto" es un eufemismo) nos ha mostrado ángulos execrables de la naturaleza humana. Por no hablar de ese caso clínico que es Flavio Sosa, ¿qué tal el gobernador Ulises Ruiz?: Se pasó meses implorando la intervención federal, se las ingenió para exacerbar - con policías vestidos de civil- la violencia (hasta el asesinato) y una vez que llega la PFP se exhibe en la casa de gobierno que la policía federal le recuperó declarando esta ruindad: "Los problemas de Oaxaca los arreglamos sólo los oaxaqueños". Hay personas tan cínicas que parecen idiotas irredentos.