Hay al menos dos razones por las cuales Alejandro Junco (Reforma) le tiene aversión a Francisco Gil Díaz. Una, que como Secretario de Hacienda Gil no quiso complacer a los patrocinadores, patronos, de Junco ("grupo Monterrey") en muchos de sus deseos, como el de subsidiarles ¡más! el gas natural y la segunda, más personal, es que Gil Díaz criticó hace ya varios años al periódico de Junco por la irresponsabilidad con que "linchó", sembrando sospechosas injustificadas ante los lectores, al trágicamente fallecido Raúl Ramos Tercero (funcionario público en el sexenio de Zedillo que fue orillado al suicidio, ante el acoso de "Reforma"). Desde entonces, ese reclamo, totalmente justificado, enfureció a Junco. Es que Alejandro cree que tiene el monopolio del "dedo flamígero y acusador".