Las reservas de hidrocarburos dependen en
gran medida de variables económicas: el precio de los hidrocarburos y la
factibilidad financiera, técnica y jurídica de explotar los yacimientos, por
mencionar cuatro de las más importantes.
Si el precio del petróleo en los mercados
internacionales cae súbitamente, caerá también la magnitud de las reservas
(probadas, probables y posibles), suponiendo que todas las demás variables
permanecen igual. ¿Por qué? Porque a un menor precio dejará de ser rentable la
explotación de algunos yacimientos.
De la misma manera si un país tiene un
volumen “X” de hidrocarburos totales (que se definen como: “la cuantificación
de todas las acumulaciones que se estima que existen” en el territorio de dicho
país), pero también tiene restricciones (financieras, técnicas y/o jurídicas)
para explotar una parte de esas acumulaciones (parte a la que llamaremos “Y”),
las reservas totales de ese país no son “X”, sino “X menos Y”. ¿Por qué? Porque
sería ilusorio contabilizar como riqueza algo que, en las condiciones actuales,
no se podría explotar. Nadie obtiene un préstamo dando como aval una herencia
hipotética.
Si se eliminan las restricciones jurídicas
para que Pemex explote acumulaciones de hidrocarburos
que hoy no puede explotar, esas acumulaciones se sumarían a las reservas
totales y tendrían probabilidad de convertirse en reservas probadas (hoy no son
siquiera reservas posibles), de forma que una o varias reformas jurídicas
bastarían para elevar las reservas de Pemex.
Las restricciones jurídicas en este caso
significan, a su vez, restricciones financieras y técnicas. Se necesitan socios
capitalistas y socios tecnológicos. Por ejemplo, sin capital asociado –sea que
se obtenga mediante la emisión de acciones o sea que se obtenga, para proyectos
de explotación específicos, de socios que compartan los riesgos de los
proyectos, o ambas- es mucho más caro convertir dichas acumulaciones en
reservas, tan caro que ni siquiera a los precios actuales del petróleo es
rentable.
La renta petrolera –que tanto hace salivar a
los políticos- se extingue si no hay rentabilidad. Así de sencillo. Lo demás
son discusiones idiotas sobre el color del gato, cuando lo que importa es que
sepa cazar ratones.