Ni los precios, ni su aumento, son producto del capricho de los oferentes de bienes y servicios, sino el medio más eficaz que hemos inventado para solucionar el hecho de que no todo alcanza para todos, y mucho menos en las cantidades que cada uno quisiera, hecho que es el de la escasez, que es el problema económico de fondo. Escasez.
Dado que no todo alcanza para todos, y menos en las cantidades que cada uno quisiera, debemos inventar la manera de repartir – distribuir - asignar bienes y servicios escasos. Maneras de hacerlo hay varias. En primer lugar el sorteo, de tal manera que los bienes y servicios se asignarán a aquel que lo haya ganado. En segundo término el mérito, de tal manera que dichos bienes y servicios llegarán a las manos de aquel que tenga, según se haya definido, el mayor merecimiento. En tercer lugar el compadrazgo, lo que supone que los bienes y servicios se le otorgarán al compadre de aquel que parte y reparte. En cuarto lugar las necesidades, suponiendo que se puedan medir objetivamente, de tal manera que los bienes y servicios se le entregarán a aquel que más los necesite.
He aquí cuatro maneras de resolver, al menos aparentemente, el problema de la escasez, el problema que plantea el hecho de que no todo alcanza para todos, y menos en las cantidades que cada uno quisiera: el sorteo, el mérito, el compadrazgo y la necesidad, maneras de resolver el problema de la escasez que lo son sólo aparentemente, por una razón muy sencilla. Cada una de ellas supone que el consumidor recibe los bienes y servicio que requiere para satisfacer su necesidad, ¡a cambio de nada!, por lo que el oferente de esos servicios y bienes no recibe algo a cambio, ni de su trabajo, ni del producto de su trabajo. Bajo esas circunstancias, ¿dicho oferente estará dispuesto a seguir ofreciendo?
Lo anterior quiere decir que ni el sorteo, ni el mérito, ni el compadrazgo, ni la necesidad, mucho menos como medios habituales para solucionar el problema de la escasez, lo resuelven. Por el contrario, desde el momento en el cual el oferente, dado que no recibe algo a cambio, ni de su trabajo, ni del producto de su trabajo, dejará de ofrecer, lo agravan: si la oferta se reduce el problema de la escasez se agrava.
El problema de la escasez plantea dos retos: 1) el de la repartición – distribución - asignación bienes y servicios escasos y 2) el de la mayor producción de dichos bienes y servicios, quedando claro que la condición necesaria para que enfrentar con éxito este segundo reto es que los oferentes de dichos bienes y servicios reciban algo a cambio, de su trabajo, y del producto de su trabajo. Es en este momento en el que hacen su aparición los precios.
¿Cuál es la solución al problema de la escasez? ¿Cuál es la opción al sorteo, el mérito, el compadrazgo, la necesidad? La subasta, es decir, los precios.
Continuará.