Es dif�cil detectar qui�n avent� la primera piedra y escondi� la mano, pero no es tan dif�cil detectar a qui�nes regocija echar a retozar el cuento malintencionado, y totalmente falso, de que Agust�n Carstens estar�a al borde de la renuncia por una mala relaci�n con el Presidente Calder�n. Ah� van las pistas de qui�nes son y por qu� le apuestan al golpeteo desde las sombras: 1. T�cticos electorales del PRI quienes conjeturan que la manera de pegarle al gobierno de Calder�n (que goza de un elevado porcentaje de popularidad) es pegarle en la l�nea de flotaci�n durante una crisis econ�mica. La l�nea de flotaci�n es Carstens que, literalmente, ha evitado que la crisis hunda el barco. 2. Despistados talibanes blanquiazules. No les acaba de gustar que un no-panista ocupe la cartera m�s importante del gobierno en materia econ�mica (perd�n, pero la Secretar�a de Econom�a, por m�ltiples razones, es de segunda o tercera divisi�n, una fastidiosa y desorganizada oficial�a de partes para tramitar asuntos de etiquetado, normas oficiales y aranceles) y sue�an, no cuesta nada, en consolidar un gobierno 100 por ciento partidista te�ido de azul. El problema es que no han calculado que el �ltimo panista que sab�a de veras de econom�a ya se muri�; se llamaba Manuel G�mez Mor�n y la inmensa mayor�a de los panistas actuales ni siquiera conoce su obra. 3. Oficiosos amigos del principal funcionario del instituto aut�nomo - emisor de moneda - ubicado en la calle de 5 de mayo. Aun con la mala relaci�n entre el Presidente y Guillermo Ortiz, que data de a�os, estos oficiosos creen hacerle un favor a su amigo promoviendo un enroque entre Ortiz y Carstens. Un plan que no tiene viabilidad alguna, que no le agrada ni a Ortiz, ni a Carstens y que no le har�a ning�n bien a las finanzas del pa�s. 4. Estos son los m�s peligrosos, porque son los m�s taimados y operan desde las sombras: Todos los grandes negociantes a quienes la criticada reforma fiscal de 2007, a trav�s del IETU, les cerr� amplias avenidas de evasi�n y elusi�n fiscal: por ejemplo, a trav�s de la consolidaci�n, a trav�s de la deducci�n de cuantiosos pasivos y mediante otros tantos huecos que tiene el ISR. Estos ya le vendieron la idea al capo Don Beltrone que por eso anda torciendo de antemano el rumbo que pueda seguir una futura y necesaria reforma impositiva.