Ser� que los nervios traicionaron a Guillermo Ortiz, gobernador a�n del Banco de M�xico, pero fue muy desafortunada su frase: "Nunca le voy a decir a M�xico que no". Frase cursi y demag�gica. No, don Guillermo, si le piden que se quede en el banco central ser� el Presidente Felipe Calder�n quien se lo pida, no M�xico que es, en el mejor de los casos, el nombre que le damos a un ente real pero abstracto que no habla de forma un�voca y que no se agota en la voz del Presidente. (El Senado, que tampoco es M�xico, s�lo tiene en este asunto poder para vetar no para nombrar). M�s realista y sincero me pareci� Agust�n Carstens quien el d�a anterior dijo lo mismo pero sin equivocarse de sujeto, Carstens dijo palabras m�s o menos: Si el Presidente quiere que me quede en Hacienda me quedo, si el Presidente quiere que me vaya a Banxico me voy a Banxico. Al menos, el a�n Secretario de Hacienda le llama a las personas por su nombre: Es el Presidente quien nombra al gobernador del Banco de M�xico y el Senado quien ratifica el nombramiento o lo veta. No m�s. Y eso, por cierto, no le quita autonom�a a la Instituci�n, que no requiere ni de los recursos del erario, ni del visto bueno del Presidente o del Congreso o de los periodistas para tomar sus decisiones de forma colegiada.