4/1/2008
Pemex (es decir, México) aguanta todo
Fernando Amerlinck

La solución al asunto petrolero es muy sencilla. Las condiciones esenciales para que ese monopolio pueda ampliar sus operaciones y aprovechar más cabalmente lo que yace en el profundo submar son viables, siempre y cuando cumplan requisitos básicos. Ninguna solución puede ser:

 

·         Antidemagógica

·         Antimitológica

·         Políticamente incorrecta

 

Todo empresario poseedor de la tecnología para aguas profundas exige una condición. Si los costos son tan inmensos como los riesgos, quien perfore quiere participar en las ganancias si encuentra petróleo; si no lo encuentra, se aguanta las pérdidas. Pero eso firma contratos de riesgo. Imposible.

 

Además, todas las empresas con tecnología para aguas profundas son extranjeras. Contratar a un extranjero que puede ganar mucho suena a privatización. Imposible.

 

¿Cómo romper la contradicción entre las premisas nacionales y las realidades de la tecnología y del mercado?

 

Muy sencillo. Pemex ya hace contratos con nacionales y extranjeros en que ellos no corren riesgos sino que sólo reciben honorarios. Hay que hacer lo mismo con los contratos de perforación en aguas profundas, más o menos con una conversación así:

 

Pemex a la empresa extranjera: “Necesito que perfores en mis aguas profundas pero no puedo contratar contigo como haces con otros países. ¿Qué te parece si te quito el riesgo de perder pero de todas maneras ganas?”

 

Empresa extranjera: “Estoy de acuerdo. Pero si quieres pagar a cuota fija mis servicios y que yo aguante el riesgo de perder si no encuentro petróleo donde perfore, tendré que cobrarte muchísimo más caro. Digamos, lo triple o más.”

 

Pemex: “De acuerdo. Te pagaré de más, pero con la ventaja de que no privatizaré nada ni perderé soberanía sobre mis recursos naturales.”

 

Empresa extranjera: “Y a riesgo de meterme donde no me llaman, ¿te vale la pena dilapidar así el dinero?”

 

Pemex: “Mira, mis diputados y senadores y partidos políticos no me permitirán actuar de otra manera. No les importa si las cosas cuestan, con tal de que no haya sospecha de privatización o traición a la patria. Y tú bien sabes, el petróleo es tan buen negocio que aguanta todo. México también aguanta todo.”

 

El dicho es tan antiguo como la humanidad: todo tiene un precio. Se harán licitaciones internacionales muy legales, los contratistas cobrarán carísimo y México pagará de más, pero lo verdaderamente importante es que la mitología, la demagogia, la corrección política y la soberanía quedarán intactas. ¡México se habrá salvado! ¡Viva México!



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