Se evitó el desastre que conllevaba la suspensión de pagos en la deuda de EU y se reabrió el gobierno federal mediante un arreglo de corto plazo gestado en el Senado con apoyo bipartidista del 81%, ratificado en la Cámara de Representantes por el 66%, y firmado por el Presidente Barack Obama el día de ayer muy temprano.
La mala noticia es que en ambos casos el acuerdo conseguido solo extiende los plazos hasta el 15 de enero en el fondeo del gobierno y hasta el 7 de febrero en el límite del techo de su deuda, lo que deja sólo unas cuantas semanas hábiles para que el Congreso fragüe compromisos duraderos que hasta ahora han sido elusivos.
El convenio alcanzado incluye la única iniciativa de los legisladores republicanos que los demócratas les concedieron: Para impedir abusos se requiere verificar que el ingreso de quienes obtengan subsidio del gobierno para comprar seguro médico en el nuevo plan conocido como Obamacare, no supere el máximo para calificar a recibirlo.
La otra parte del convenio conseguido ordena la creación de un comité de legisladores que propondrá un plan presupuestario de largo plazo que plantee soluciones para evitar el inveterado crecimiento de la deuda pública y restaurar el equilibrio fiscal del gobierno federal, y que tenga listas sus recomendaciones para el 13 de diciembre.
Como ésta es la parte realmente difícil de alcanzar, pues implica, en primer lugar, meterse a hacer recortes de gran envergadura a los derechos que el Estado benefactor otorga a los ciudadanos en materia de seguridad social, pensiones y cobertura médica, para los que no habrá dineros suficientes pero que los demócratas no quieren tocar, es previsible que no se llegue a acuerdos sustantivos.
En segundo lugar, los republicanos se oponen a cualquier medida que aumente los ingresos del erario, aun cuando se trate de las muy razonables propuestas apoyadas por la Comisión Simpson-Bowles creada por Obama para el mismo fin hace tres años que no consiguió los votos necesarios, que incluían ampliar la base tributaria mediante la eliminación de exenciones y tratamientos especiales y reducir las tasas.
La lección que deja este fiasco es que no se puede intentar gobernar con una mayoría sólo en la Cámara de Diputados, como la que tienen los republicanos, cuando sus opositores controlan el Senado y la Casa Blanca, lo que resultó en una pronunciada caída en la aprobación pública de los republicanos en las encuestas, que hoy ven sus posibilidades de avanzar en las elecciones de 2014 muy disminuidas.
En opinión de la mayoría de los comentócratas en Washington, Obama salió victorioso de este enfrentamiento por lo que hoy se encuentra en mejor situación de relanzar las iniciativas más importantes planteadas para su segundo período presidencial, empezando por la reforma migratoria aprobada por el Senado.
Este proyecto, que lleva meses atorado en la Cámara de Representantes, concita el rechazo de la facción extremista republicana que lo ve como una conspiración de los demócratas pare regalarle la ciudadanía a millones de inmigrantes ilegalmente viviendo en su país, y acto seguido reclutar su apoyo y votos para su partido.
Republicanos más equilibrados, por el contrario, consideran esencial apoyar los cambios en materia migratoria para que su partido mantenga alguna posibilidad de acceder de nuevo a la Casa Blanca frente a cambios demográficos profundos que implican que la mayoría blanca pasará a ser minoría en solo tres décadas más.
Vale la pena recordar que la iniciativa aprobada por el Senado de ninguna manera plantea un camino corto y placentero a la ciudadanía de quienes viven en EU sin documentos, al revés: es un camino tortuoso y caro que no otorga la ciudadanía sino hasta trece años después de iniciado el proceso e implica el pago de gravosas multas.
Lo que sí haría esta legislación en caso de aprobarse, es otorgarle a los 11 millones de indocumentados que viven en EU, la mayor parte de ellos de origen mexicano, permiso para trabajar, lo que de inmediato les permitiría salir de la economía subterránea e ilegal en la que hoy se encuentran.
Por lo pronto, los peligros que se cernían sobre la economía de EU han quedado suspendidos por unas semanas pero tengo serias dudas que ese tiempo alcance para plantear los cambios que realmente enderecen la situación fiscal y crediticia del país de manera razonable y permanente. El gobierno disfuncional seguirá dando tumbos.