La libertad es y ha sido el �nico camino para el progreso humano. En particular, la historia nos ha ense�ado que son aquellas sociedades con mayor grado de libertad econ�mica, las que m�s han prosperado y elevado el nivel de bienestar material de las personas que las conforman porque pueden decidir libremente d�nde, qu�, c�mo y con qui�n invertir, consumir o trabajar. En efecto; las personas libres gozan de mayor capacidad para crear riqueza ya que tienen garantizada la propiedad de sus bienes, que son fruto de su trabajo. Las personas libres son entonces, sobretodo, due�as de su propio trabajo.

Este trabajo de las personas libres es incomparablemente m�s productivo que el de los �esclavos�, pues poseen un inter�s natural por producir lo m�s posible. Saben que cuanto mayor sea su productividad mayor ser� tambi�n la recompensa. En cambio, quien est� esclavizado �aporta a rega�adientes su esfuerzo y solo en la medida indispensable que le permita eludir el correspondiente castigo� , porque a final de cuentas alguien m�s es el que se apropia de los resultados de su esfuerzo. La diferencia, entonces, estriba en si la persona es o no due�a del producto de su trabajo. As�, la abolici�n de la esclavitud permiti� el enorme desarrollo industrial de nuestros d�as y el incremento en el nivel de vida de un hombre promedio. La esclavitud econ�mica termin� cuando los siervos y esclavos se convirtieron en hombres libres. La diferencia consist�a en si la persona era o no due�a del producto de su trabajo... �Los siervos no eran hombres libres porque los gobernantes de la �poca ten�an derecho sobre una tercera parte de su trabajo. Y en el siglo XIX, los due�os de esclavos pod�an disponer de la mitad del trabajo de �stos�. [

El Estado moderno naci� para garantizar a los ciudadanos la propiedad sobre sus bienes, incluyendo su trabajo. Su actividad primordial en la econom�a es proteger la propiedad privada para que de la manera menos costosa posible y de acuerdo a la informaci�n disponible las personas libremente asignen los recursos, que son escasos, a los lugares donde son m�s valorados. As�, en ausencia de distorsiones, todos se benefician porque la sociedad se ocupa en producir actividades que efectivamente satisfacen necesidades espec�ficas. Sin propiedad privada esto no ser�a posible; y el trabajo de las personas es su propiedad privada. El Estado, entonces, debe evitar que nos esclavicemos unos a otros.

Sin embargo, de todo lo que hace el Estado mexicano, s�lo el diez por ciento lo dedica a esta actividad. Lo dem�s lo ocupa en distorsionar las decisiones econ�micas de las personas realizando m�s de 140 actividades �extra�, como operar estaciones de radio por ejemplo ]. Mientras su actividad primordial beneficia a todos, pues el objetivo es el bienestar com�n, las dem�s actividades que realiza s�lo benefician a ciertos sectores, y para eso perjudica a otros.

Como sea, para poder efectuar sus actividades, el gobierno toma recursos de los ingresos de los trabajadores; mientras m�s actividades realice, m�s recursos de los ciudadanos requerir�. Estos recursos los obtendr� por la fuerza (no importa si estamos de acuerdo o no con lo que hace) por medio de impuestos, endeudamiento o inflaci�n. Lo anterior quiere decir que el gobierno es due�o de una parte de nuestro trabajo, o que trabajamos en exclusiva para �l durante cierto tiempo de nuestra vida laboral. Visto de esta manera, es nuestro propio gobierno quien nos esclaviza.

Pero no todos pagamos los mismos impuestos, por lo que no todos tenemos el mismo grado de esclavitud. La tabla 1 muestra la contribuci�n de los hogares, por deciles de ingreso, a la recaudaci�n tributaria. Se puede observar c�mo las familias de mayores ingresos pagan alrededor del 70 por ciento de la factura total, mientras que las m�s pobres pagan apenas un uno por ciento. N�tese que son �nicamente los �ltimos seis deciles quienes contribuyen en t�rminos netos con el impuesto sobre la renta.

Tabla 1
Contribuci�n a la recaudaci�n impositiva (%)

Fuente: Distribuci�n del pago de impuestos y recepci�n del gasto p�blico, resultados para 2002, SHCP.

Con esta informaci�n es posible calcular el monto de impuesto pagado por cada decil y su respectivo ingreso antes de impuestos, toda vez que conocemos la recaudaci�n tributaria esperada para 2005. Es necesario suponer, adem�s, que la composici�n de la tabla 1 no ha variado en el tiempo desde 2002 o que lo ha hecho despreciablemente. La tabla 2 muestra la parte del ingreso bruto que las familias destinan para pagar sus impuestos. Por cada 100 pesos de ingreso, los hogares m�s pobres utilizan 18.6 pesos para pagar IVA, pero les regresan poco m�s de nueve por conceptos propios del ISR, como cr�ditos al salario y otras transferencias.

Tabla 2
Incidencia impositiva (% del ingreso bruto)

Sumando los porcentajes podemos obtener la parte del ingreso de las familias que destinan para pagar los impuestos federales. Pero no es todo lo que hay que transferir al Estado, quien adem�s absorbe recursos del mercado de cr�dito dejando a la sociedad con menos posibilidades de invertir o incrementar su patrimonio. La forma en que los hogares contribuyen a solventar el d�ficit fiscal debe asemejarse a la distribuci�n del ingreso de �stos por concepto de intereses. La tabla 3 muestra la distribuci�n del ingreso por intereses y, por lo tanto, de c�mo participan las familias para financiar la deuda interna del gobierno.

Tabla 3
Participaci�n en el d�ficit fiscal

Fuente: ENIGH, 2004.

De cada 100 pesos que el gobierno federal pide prestados, 80 lo ponen los �ltimos dos deciles. Dado que conocemos el d�ficit pronosticado para 2005, podemos calcular el monto total que pagan las familias. Para saber el total de recursos que la sociedad transfiere al Estado es necesario considerar tambi�n el impuesto inflacionario -que, por simplificar, asumiremos afecta igualmente a todos los deciles de ingreso-, as� como los impuestos estatales, municipales y sus respectivos endeudamientos (que probablemente se distribuyen de manera similar a la federal). La tabla 4 muestra el porcentaje de los ingresos que el Estado absorbe de la poblaci�n por estos conceptos.

Tabla 4
Incidencia (% del ingreso bruto)

Al final, los hogares mexicanos m�s pobres trabajan �nicamente para pagar los servicios del gobierno durante los primeros 80 d�as del a�o, para lo que destinan el 21.9 por ciento de su ingreso. Las familias mejor acomodadas deben dedicar el 42.7 por ciento de su ingreso para pagar impuestos, para lo que deben trabajar 156 d�as del a�o. A partir del 22 de marzo y del 6 de junio respectivamente, podr�n comenzar a trabajar para ellos mismos. La tabla 5 muestra los resultados para cada decil de ingreso.

Tabla 5
Esclavitud fiscal

En 2005, el gobierno, en todos sus niveles, confiscar� en promedio el 33.4 por ciento del ingreso de las familias mexicanas que pagan los impuestos. En otras palabras, tendremos que trabajar 122 d�as del a�o �nicamente para mantener al gobierno; un gobierno que ha querido y quiere hacer todo lo que no deber�a hacer y ha dejado de hacer, en gran parte, lo que debiera hacer todo gobierno. As� pues, podremos comenzar a ser due�os del fruto de nuestro trabajo a partir del 3 de mayo: nuestro D�a de Libertad Fiscal (DLF).

Gr�fica 1
Distribuci�n de la carga fiscal
(% del ingreso bruto)

La gr�fica 1 muestra la distribuci�n de los impuestos que pagamos. De cada 100 pesos que ganamos, se deben pagar 11 por impuesto sobre la renta, 7 para seguridad social e impuestos especiales, casi 9 por IVA, 1.4 para tenencia, ISAN o productos importados, 3 por inflaci�n, uno para que se endeude el gobierno y otro m�s para los gobiernos de los estados y municipios.

El DLF nos da una idea del tama�o del sector p�blico. Tal magnitud de gobierno irremediablemente asfixia el proceso econ�mico pues los recursos que necesita para sobrevivir, que son demasiados, los extrae de la poblaci�n con mayor capacidad para generar riqueza. Este acto de esclavitud fiscal incide perversamente sobre el trabajo de las personas, y los efectos se observan en t�rminos de una sub�ptima acumulaci�n de capital.

Gr�fica 2
D�as trabajados para el gobierno

En M�xico, el gobierno no s�lo no evita eficazmente que nos esclavicemos unos a otros, sino que es �l mismo quien nos esclaviza pues quienes m�s producen tienen que �donarle� casi la mitad de sus ganancias.

El D�a de Libertad Fiscal depende de las variables que consideramos para llevar a cabo su c�lculo. �ste es un criterio puramente estad�stico que se conforma en base a ciertos supuestos simplificadores. Es importante aclarar que el �ndice cambiar� a lo largo del a�o debido a que las variables de ingreso, recaudaci�n e inflaci�n var�an con respecto a la proyecci�n original.

El DLF es un indicador que nos ayuda a vislumbrar m�s claramente la dimensi�n del gobierno y el grado de presi�n tributaria que ejerce sobre los contribuyentes; pero sobretodo puede ser muy �til para comprender mejor y expandir con mayores probabilidades de �xito las ideas de la libertad individual y gobiernos limitados.