Bertha Mar�a Carrillo es licenciada en Ciencias de la Comunicaci�n con Master en Gerencia Social. Es adem�s Presidente del Centro para la Libertad y el Desarrollo (CLD) en el Per�. Cortes�a de Bertha Mar�a Carrillo para Asuntos Capitales

El pasado 29 de junio fue otro d�a inolvidable para la familia Ferrer Jorge. Ese d�a Darsi, m�dico de profesi�n y gran luchador por la libertad en Cuba por vocaci�n y convicci�n, era liberado tras 11 meses de arresto. Su excarcelaci�n fue motivada, seg�n �l mismo nos comenta, gracias a la presi�n internacional que se form� en torno a su caso.

Desde su casa y en compa��a de su familia, agradece todas las muestras de solidaridad y amistad que recibi� durante su estad�a en la c�rcel. A Darsi lo emociona saber que cuenta con amigos que a�n sin conocer en persona, lo estiman y est�n pendientes de �l y de lo que sucede en la isla.

Es un hombre que tiene mucho que decir, las ideas fluyen en su cabeza como rel�mpagos en plena tormenta. Tiene una envidiable agilidad para hablar. Me pregunto si el motivo de su elocuencia es su propio car�cter o si el factor detonante de su entusiasmo por comunicar es la gran necesidad de expresar sus ideas desde un pa�s sin libertades. Darsi siempre tiene mucho por contar. Aunque en Cuba, tiene prohibido expresar pensamientos y sentimientos opuestos a los del r�gimen.

Realizar esta entrevista en parte por la v�a telef�nica y en parte por correo electr�nico, no fue nada f�cil. Mucho menos teniendo en contra al r�gimen: celulares intervenidos, conexi�n a internet restringida y llamadas desde Per� hacia Cuba con tarifa como si llamara a Marte.

Aqu� algunas de las impresiones de quien merecidamente recibiera el premio �Luchadores por la Libertad 2009", otorgado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Am�rica y me concediera esta entrevista en exclusiva:

BMC � Darsi, cu�ntanos un poco �C�mo fue que terminaste siendo confinado?

DF - Pas� 11 meses confinado en la c�rcel de mayor rigor conocida como Valle Grande. Esto ocurri� porque las autoridades del gobierno decidieron castigarme por mi labor opositora y, de modo ilegal e inmoral, inventaron una acusaci�n por delitos comunes y me encerraron.

La Fiscal�a me aplic� desde el principio la medida m�s severa contemplada en la Ley de Procedimiento Penal, que es la prisi�n preventiva, a pesar de que se me acus� de dos supuestos delitos menores. Tambi�n se violaron las normas jur�dicas porque la prisi�n provisional se aplica s�lo en caso que el delito referido a la acusaci�n cause alarma, sea de los de mayor incidencia en el territorio del municipio o la provincia donde se cometi� o haya sospecha fundada de que el acusado va a evadir la justicia; en mi caso no cumpl�a con ninguno de las tres condiciones y, no obstante, estuve en prisi�n provisional desde el primer d�a que me acusaron.

Otras violaciones demuestran el trato discriminatorio que sufr� durante todo ese proceso, y es que el expediente de fase preparatoria de mi caso estuvo congelado durante 7 u 8 meses en la gaveta del bur� del Sr. Pino Beckel, quien es vice-fiscal primero de la Fiscal�a General de la Rep�blica.

El propio juicio oral celebrado 11 meses despu�s de mi arresto demuestra la ilegalidad en cuanto a los t�rminos jur�dicos, ya que viola el principio de la pronta resoluci�n de los casos en prisi�n provisional, adem�s del principio de la legalidad, al haberse violado intencionalmente el plazo establecido para presentarme ante un juez, que no debi� exceder de los 3 meses despu�s del arresto, seg�n lo dispuesto en las leyes vigentes en el pa�s.

Por �ltimo mi abogado demostr� t�cnicamente mi inocencia durante el juicio con argumentos concretos. Esto hace que no acepte bajo ning�n concepto la sanci�n que adopt� el tribunal que me conden� arbitrariamente a 1 a�o y 3 meses de trabajo correccional sin internamiento, y estoy dispuesto a asumir las consecuencias que deriven de esta decisi�n. Simplemente se trat� de un juicio que fue una obra de teatro montada por las autoridades del gobierno, donde pretendieron justificar el castigo que ya hab�a sufrido de 11 meses de confinamiento en prisi�n.

BMC � Es decir que el motivo real de tu encarcelamiento fue tu abierta oposici�n al r�gimen. Con lo cual pero intentaron distraer a la opini�n p�blica acus�ndote de transgresiones inexistentes. �Cu�les fueron los cargos imputados por la dictadura cubana en relaci�n a tu arresto?

DF - Los cargos imputados contra m� fueron espec�ficamente los delitos de receptaci�n y atentado. La receptaci�n porque me ocuparon dos bolsas de cemento, unas tiras de hierro y hasta dos ventanas que desmontaron de la pared. El atentado lo justificaron alegando que el d�a que me hicieron el registro en la casa supuestamente tom� represalias con un vecino, miembro del partido comunista, que sirvi� de testigo a la polic�a.

Las dos bolsas de cemento, las tiras de hierro y las dos ventanas, junto con unos sillones, las otras cuatro ventanas y la puerta que no me quitaron, me las regal� mi amigo Agust�n Lara un a�o antes del registro. Este es un amigo que estaba reparando su casa y le lleg� la salida del pa�s para EEUU, por lo que par� los arreglos y decidi� ayudarme d�ndome esos pocos recursos para aliviar mis necesidades.

Las leyes cubanas especifican que en el delito de receptaci�n ni el acusado ni el abogado de la defensa tienen que demostrar que los bienes son de procedencia l�cita, sino que es la Fiscal�a quien est� obligada a demostrar que existe el delito porque la procedencia de los bienes es il�cita, o sea, que los bienes proceden de un delito anterior. Todos esos bienes los venden en las tiendas del Estado y fue all� donde las compr� mi amigo legalmente.

En el caso del atentado, el vecino antes del registro de la casa tom� una cabilla y se puso a romperme la puerta para que los polic�as entraran, lo que constituye una violaci�n de la legalidad por atribuirse funciones que no le corresponden, adem�s de constituir una afrenta a m� persona. Simplemente eso fue lo que le reclam� cuando me soltaron de la unidad de la polic�a donde me tuvieron arrestado mientras ocurr�an esos eventos en m� domicilio, y no su participaci�n como testigo en el registro de la casa.

BMC � Cu�ntanos un poco acerca del sistema carcelario cubano y del trato que recibiste mientras permaneciste arrestado.

DF - El sistema carcelario cubano m�s que limitar el derecho a la libertad, est� dise�ado para mancillar la dignidad de las personas. Las condiciones de reclusi�n son deplorables, infrahumanas, el trato de los militares es cruel y degradante y los maltratos a los presos es lo cotidiano.

Todas las prisiones est�n superpobladas, en todas las compa��as hay presos durmiendo en el piso por no alcanzar las camas. El hacinamiento es terrible, se dispone de menos de medio metro cuadrado de espacio vital por recluso. Las galeras tienen aproximadamente 35 metros de largo por 5 de ancho, y ah� hacinan entre 120 y 140 presos junto con sus escasas pertenencias. Son literas de a tres camas, que a veces los que duermen en la de arriba se caen y sufren serios accidentes.

El suministro de agua en esos lugares es por escasos minutos 2 � 3 veces al d�a, y s�lo hay disponibles dos o tres pilas por compa��a. Los sanitarios son 3 � 4 letrinas tipo turco que no tienen ninguna higiene ni privacidad. El calor es insoportable, por las altas temperaturas de nuestro clima tropical y por el calor que desprende el organismo de tantas personas apiladas en esos espacios reducidos. Los militares proh�ben el ingreso de ventiladores u otros equipos de climatizaci�n de temperatura, tampoco permiten que los presos tengan acceso a bebederos de agua fr�a.

La alimentaci�n es p�sima, poca en cantidad y muy mal elaborada. No utilizan condimentos ni aceite en su preparaci�n. La prote�na s�lo consiste en un pedacito peque�o de pollo una vez cada quince d�as y tres o cuatro veces al mes que ofertan un huevo, casi siempre hervido o en revoltillo. La comida muchas veces la sirven en estado de descomposici�n.

La asistencia m�dica es casi nula. Los enfermos que padecen alguna enfermedad contagiosa son encerrados en calabozos de castigo, en vez de aislarlos en las salas de alg�n hospital. La falta de medicamentos esenciales y la carencia de recursos de todo tipo para atender la salud de los presos es lo cotidiano.

En las compa��as conviven las personas normales con los enfermos psiqui�tricos y muchos otros enfermos con VIH-SIDA, Tuberculosis y otros que por su estado de salud son incompatibles con el r�gimen carcelario. Conoc� ciegos, inv�lidos, presos con c�ncer terminal, tirados dentro de las compa��as sin que les importaran a los militares ni a los tribunales las limitaciones de esas personas.

Las autoagresiones de los reclusos son muy frecuentes, generalmente como un modo de llamar la atenci�n de las autoridades o como m�todo desesperado de buscar soluciones extremas a los problemas inmensos que sufren, que en muchos casos responden a injusticias.

Las golpizas de los militares a los reclusos son constantes y crueles, ellos disfrutan de total impunidad para cometer todo tipo de actos brutales y cuando se les va la mano y matan a alg�n que otro preso, siempre encuentran el modo de justificar esos cr�menes, alegando causas naturales de las muertes.

En estos lugares no permiten que representantes de las distintas denominaciones religiosas del pa�s puedan entrar a brindar asistencia espiritual, tambi�n proh�ben la libertad de cultos a los presos. Ni siquiera tienen habilitados locales que sirvan de templo dentro de la c�rcel.

Las prisiones presentan condiciones muy duras y lo peor es la insensibilidad que demuestran las autoridades del gobierno al respecto. Ellos desprecian a quienes est�n en el extremo de esa realidad, es decir a los presos, que soportan la mayor crueldad por parte de los gobernantes. Por estas razones es que las autoridades del gobierno se niegan reiteradamente a permitir la entrada al pa�s de los inspectores de las Naciones Unidas. Este ser�a el cuadro dantesco que encontrar�an esos se�ores si lograran un d�a entrar a las prisiones del pa�s.

BMC - �Por qu� crees que se te otorg� el �beneficio� de la prisi�n carcelaria?

DF - La prisi�n es el destino que las autoridades del r�gimen nos reservan a todas las personas que, de modo pac�fico, levantamos nuestras voces dentro de la Isla para reclamar el reconocimiento y respeto de las libertades y derechos fundamentales de los cubanos. No es m�s que uno de los m�todos de castigo, junto a otros como las amenazas e intimidaciones, los despidos del trabajo, las golpizas, el ostracismo social, las campa�as de descr�dito e incluso la muerte, que sufren los activistas defensores de los derechos humanos, a manos de un r�gimen militar y cruel que desprecia a su pueblo y no siente ning�n respeto por los ciudadanos. Mi prisi�n fue un modo deliberado de ajustarme cuentas por mi labor independiente y de pretender obligarme a someterme al estatus quo, para intentar disuadirme y que no siguiera con mi posici�n contestataria.

BMC - Internacionalmente eres un referente muy importante en el tema de la libertad en Cuba �Consideras que tu popularidad en el exterior influy� en tu excarcelaci�n?

DF - Estoy convencido que las autoridades decidieron excarcelarme despu�s del juicio, cuando llevaba 11 meses de confinamiento, porque precisamente el costo pol�tico que les trajo mi reclusi�n fue muy por encima de los que ellos calcularon. Las presiones al gobierno en torno a mi liberaci�n fueron muy grandes, y ellos jam�s esperaron una reacci�n tan fuerte de manos de la oposici�n y de la comunidad internacional.

Para que tengas una idea, el pronunciamiento de condena al Gobierno hecho por los intelectuales y l�deres del Movimiento Negro, acus�ndolos de practicar de manera oficial una pol�tica de racismo y discriminaci�n contra la poblaci�n y de rechazar mi confinamiento por reconocer que respond�a a motivos pol�ticos, es algo in�dito y de una significaci�n muy grande. Tengamos en cuenta que muchos de esos intelectuales y l�deres negros hab�an sido simpatizantes de la llamada revoluci�n cubana y admiraban al Sr. Fidel Castro, situaci�n que ahora mismo ya no es as�.

Otra cuesti�n ilustrativa del costo de mi prisi�n para el gobierno, es que la prestigiosa organizaci�n Amnist�a Internacional me declar� preso de conciencia sin siquiera esperar a que me realizaran juicio y me condenaran. Esto nunca hab�a ocurrido antes, siempre esa organizaci�n otorga el estatus de preso de conciencia despu�s que existe una condena firme. Al dar ese paso simplemente, dejaron claro que no aceptaban los argumentos ni las estrategias que utilizara el gobierno para tratar de manipular las motivaciones de mi reclusi�n, pretendiendo que respondieran a delitos comunes y no pol�ticos, lo que erosion� m�s a�n la credibilidad de las autoridades.

Tambi�n en la prisi�n recib� la noticia de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos me concedi� la menci�n honor�fica del premio Luchadores por la Libertad 2009, y que fui el �nico que logr� ese reconocimiento en todo el hemisferio occidental, lo que indudablemente influy� a la hora de comprender a qu� se deb�a la acci�n del gobierno de encarcelarme.

Adem�s, vi fotos que me llev� mi esposa Yusnaimy a la prisi�n, donde aparec�an muchos j�venes peruanos manifestando delante de la embajada cubana, con carteles pidiendo mi liberaci�n y el respeto a la libertad y los derechos de los cubanos. Esa solidaridad en momentos tan dif�ciles como es el encierro, resulta muy emocionante y aporta unas fuerzas inmensas para soportar la carga y seguir adelante. Es parte de nuestras esperanzas y de las razones que nos hacen sobreponernos y no claudicar. Es la ratificaci�n de que no estamos solos y que vale la pena nuestro sacrificio. Y con esas acciones tambi�n el gobierno pierde credibilidad y su imagen se deteriora, incluso le va siendo cada vez m�s dif�cil enga�ar a personas que desconoc�an la verdadera esencia represiva y cruel del r�gimen castrista, que durante muchos a�os se encantaron con el mito fabricado alrededor del sistema socialista de Cuba.

Y estas no fueron las �nicas reacciones que tuvieron lugar en relaci�n a mi encarcelamiento, hubo muchas otras y estoy muy agradecido por toda la solidaridad, el cari�o y las simpat�as demostradas durante ese tiempo. A todos les doy mi m�s sentidas gracias.

BMC - �C�mo ves la situaci�n de los dem�s presos de conciencia?

DF - Los dem�s presos de conciencia llevan la mayor�a m�s de siete a�os de encierro en condiciones muy traum�ticas y padeciendo el ensa�amiento feroz de las autoridades del gobierno. Hay muchos que est�n con un deterioro considerable de la salud. Desde sus arrestos tomaron como represalia el enviarlos a las prisiones m�s distantes de sus lugares de residencia, para incrementar a�n m�s sus sufrimientos y el de sus familias. El �nico �delito� que cometieron fue el de intentar ejercer derechos fundamentales como la libertad de expresi�n, de opini�n y de asociaci�n.

Con el encarcelamiento de todos ellos el r�gimen ha cometido otra de sus grandes injusticias, y un d�a el pueblo cubano y la humanidad en general congratularan y estar�n agradecidos del sacrificio de esas valientes y dignas personas, que luchan incansablemente de manera pac�fica por el bien com�n, a costa de su libertad, de su salud y de la felicidad de sus familiares.

BMC - �Cu�l es el sentir de los cubanos en general ante la solidaridad demostrada por la comunidad internacional?

Soy del criterio que a ra�z de la lamentable muerte en prisi�n del m�rtir Orlando Zapata Tamayo, en febrero pasado, luego de una prolongada huelga de hambre, la comunidad internacional centr� su atenci�n en la crueldad injustificable del r�gimen y su imagen ha venido empa��ndose paulatinamente por la consecuci�n de otros acontecimientos relacionados, como la inmoral e inconcebible agresi�n a las Damas de Blanco mientras se manifiestan pac�ficamente en las calles, armadas s�lo de gladiolos en s�mbolo de paz, amor y esperanza.

Tambi�n incide la heroica acci�n de Guillermo Fari�as quien se debate con la muerte porque de manera voluntaria decidi� rechazar los alimentos y los l�quidos, exigiendo la liberaci�n de un grupo de presos de conciencia que est�n muy enfermos. Ahora mismo Fari�as, a consecuencia de esa huelga, se encuentra en estado cr�tico y con peligro de muerte en la sala de terapia del hospital de las Villas donde reside.

Si Fari�as muere finalmente, representar�a otra contundente acusaci�n ante los ojos de la comunidad internacional, que se�ala el car�cter criminal, cruel e insensible del r�gimen. Porque no hay ninguna justificaci�n para mantener en la c�rcel a personas muy enfermas con un estado de salud incompatible con el sistema penitenciario. Por tanto, implica que la situaci�n nacional debe estar muy mal, cuando es necesario que alguien entregue su propia vida como �ltimo esfuerzo por hacer cumplir leyes que est�n vigentes, y que constituyen una garant�a de preservar la esencia humanitaria que debe conducir toda obra o sistema pol�tico y social.

BMC - El mundo parece tener sus ojos puestos en Cuba. �Consideras que nuestro continente est� despertando? �Crees que la concepci�n �rom�ntica� de la isla es un asunto del pasado y que ahora se tiene conciencia de la real dimensi�n de la dictadura totalitaria cubana?

DF - El apoyo y la solidaridad recibida refuerzan mi compromiso en la lucha pac�fica que sostenemos en bien de nuestros compatriotas, que hoy padecen el creciente sufrimiento del fracaso de un sistema totalitario, que s�lo genera miseria para todos y destrucci�n en todas las esferas de la vida nacional. Siento que es mi responsabilidad corresponder a las acciones de apoyo devenidas de personas de nuestro pueblo y de muchos otros pa�ses, que constituyen una inspiraci�n y la esperanza de que pronto se abrir� un nuevo acontecer en la realidad de la naci�n cubana, donde la libertad, el respeto a los derechos, la justicia y la igualdad de oportunidades no ser�n m�s una aspiraci�n, sino las circunstancias que posibiliten una vida digna para todos.

Una de mis mayores satisfacciones es precisamente encontrar la mano extendida y los nobles sentimientos de muchos hermanos latinoamericanos, sensibles ante la dram�tica situaci�n que atraviesa el pueblo cubano. Puedo asegurarte que tambi�n nosotros estamos comprometidos con la suerte de las sociedades de nuestro continente, y nos emocionan los avances experimentados en los �ltimos tiempos por pa�ses como Per�, Colombia, Brasil, etc. y lamentamos los retrocesos que experimentan otros pueblos hermanos, como es el caso de Venezuela y las desgracias naturales padecidas en Hait� y Chile. Estamos entrelazados en la misma comunidad geogr�fica, con una cultura com�n que nos identifica y por ello resulta tan especial y emocionante recibir la solidaridad de Latinoam�rica.

Desde la ca�da del muro de Berl�n y el final de la guerra fr�a, hay m�s conciencia de lo que representan los sistemas totalitarios, y todo el retroceso que padecen las naciones que son v�ctimas de esas formas de dictaduras, que tratan de justificarse bajo el manto de una supuesta ideolog�a marxista-leninista, pero que en realidad responden a las ansias de poder de una �lite que usurpa la soberan�a y restringe las libertades y derechos de las personas.

En Cuba no hay elecciones libres ni pluripartidismo. Tampoco a los cubanos se les respeta el derecho de expresi�n, reuni�n o asociaci�n, de acuerdo a sus intereses. En plena era de la inform�tica no se garantiza el acceso a la Internet o a la televisi�n por cable. No se reconoce el derecho de propiedad de las personas, ni el de viajar libremente. A pesar de la miseria que sufre la sociedad, a los cubanos no se les permite tener negocios particulares que les brinden la posibilidad de llevar una vida decorosa. Todas esas violaciones y restricciones cada vez son m�s dif�ciles de justificar en la arena internacional y, por supuesto, somos el �nico pa�s de Latinoam�rica con una situaci�n tan vergonzosa e insostenible.

Mientras redacto esta entrevista, pienso cu�nto me habr�a gustado hacerla en persona. Tener la satisfacci�n de reencontrarme con mi gran amigo Darsi, con su familia y entre sorbo y sorbo de un delicioso caf� cubano, charlar por horas interminables como sol�amos hacerlo hace dos a�os. Sin embargo, el s�lo escucharlo y saber que nuevamente est� cerca de quienes ama, me llena de satisfacci�n y de esperanzas, porque �l y muchos cubanos y cubanas valientes seguir�n trabajando y forjando la tan ansiada libertad de Cuba.

Fuente: HACER � Washington DC