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El corazn Invisible: Un Romance Econmico

“El inters personal no es bueno ni malo. Es un hecho de la vida. Nos esforzamos. Tratamos de hacerlo mejor. Tratamos de estar adelante. Es una parte fundamental de la humanidad. Y el mercado canaliza nuestra naturaleza a situaciones en las que servimos a otros.”


Russell Roberts
LUNES, 21 DE AGOSTO DE 2006
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-Son $20.40, Srita. Silver.

Laura se preguntaba porqu mandar las blusas a la tintorera poda ser tan caro. Afuera de Capitol Cleaners, en una tarde de enero mientras reconsideraba su devocin a la seda y al lino, Sam Gordon se aproximaba trayendo sus camisas a la tintorera. Se detuvo de sorpresa.

-Hey, Laura -mir su reloj. Son slo las cuatro quince y ya ests paseando fuera. Felicidades. Tus lecciones listas para maana?

-No, las terminar por la noche. Tengo algunos encargos pendientes. No puedo creer que la tintorera sea tan cara para las mujeres Laura dijo, casi para ella misma.

-Espera aqu mismo, no tardo.

A pesar de que Capitol Cleaners se encontraba muy cerca del Colegio Edwards, Laura estaba un poco sorprendida de ver a Sam ah. Las profundas arrugas en el algodn parecan ser la pieza central de su guardarropa. Sam regres y encontr a Laura sentada en una banca del parque de enfrente.

-Cuntas camisas dejaste?-. Pregunt ella.

-Ocho.

Laura se preguntaba cunto tiempo le llevara a Sam poder seguir manteniendo ocho camisas. Seis meses? Un ao?

-Cunto te cobraron? pregunt.

-Slo $1.50 por cada una si no me importa regresar por ellas el jueves.

-Mandar lavar mis cuatro blusas me cost ms que tus ocho camisas. Te parece justo?

-Los economistas no son tan buenos con el trmino justo. Eso probablemente ha reducido nuestra imagen y popularidad.

-Uno de muchos factores, sin duda. Ahora me vas a decir que s es justo Laura dijo.

-Primero djame preguntarte algo. Realmente deseas saber mi opinin, o solamente quieres alguien que alimente tu coraje?

Laura sonri.

-La indignacin de otra persona puede ser muy tranquilizante continu Sam-. No te puedo ofrecer indignacin de mi parte, pero creo que puedo animarte.

-Adelante exclam Laura.

-Como probablemente imaginas, no creo que la justicia tenga algo que ver con el asunto. Si tu

-Claro, a ustedes slo les interesan las ganancias interrumpi Laura, su ira aumentaba ante la aparente indiferencia de Sam-, y el derecho de los negocios a cobrar lo que sea que el mercado resista. Ese es tu patrn de justicia. Pues creo que est mal entendido, si me lo preguntas.

Laura se acomod en la banca y cruz los brazos.
-Veo que al efecto tranquilizante todava le falta dijo Sam-. Pidamos un tiempo fuera. Qu tal un caf? Sam pregunt sealando la cuadra de enfrente donde se encontraba el Mean Bean, la cafetera local.

-No s contest vacilante.

-Yo invito.

-No es necesario. Todava puedo costear mi clsico late a pesar de los precios de la tintorera. Puedo verme un poquito arrugada de aqu en adelante.

-De acuerdo. Prometo no acusarte con las autoridades escolares.

-Supongo que tengo tiempo. Seguro, vamos.

Laura se preguntaba acerca de la relacin de Sam con las autoridades del Colegio Edwards. Ella haba escuchado algo de que Sam estaba bajo investigacin. Algunos incluso decan que Sam estara fuera del Colegio en cuanto terminara el ao escolar. La fuente de estos rumores era usualmente algn alumno. Pero no estaba segura de qu tan cierto era todo eso.

El Mean Bean estaba casi vaco a esa hora del da. Slo unos pocos comensales sorbiendo y leyendo. Laura orden un late frapp y Sam una taza de t. Escogieron una mesa pegada a la ventana y Laura acomod sus blusas en una silla vaca.

-Laura.

-Sam.

-Mira. Me has entendido casi completamente al revs. Si quieres escuchar mi punto de vista, bien. Si quieres calentar el resentimiento, evadiremos el tema de las tintoreras y hablaremos entonces de las polticas del Colegio. T decides.

Laura se sinti tentada a hablar acerca de las polticas del Colegio. Podra descubrir la verdad detrs de esos rumores acerca de Sam. Pero pens que sera ms por curiosidad que realmente por inters. Sam era seguramente bastante reaccionario para convertirse en un amigo cercano.

-Hey, me gusta calentar el resentimiento dijo ella sonriendo.

-Mucha gente lo hace. Pero pienso que un mundo sin resentimiento sera un lugar ms dulce.

-Probablemente tengas razn. Adelante.

-T piensas que eres la vctima del tintorero. Despus de todo, el tintorero es un hombre codicioso, no?

-Tomar eso como una cuestin retrica.

-Pero, cul es la mejor forma de evitar que esa codicia lastime al consumidor? pregunt Sam.

-Podramos empezar por una ley que lo obligue a cobrar el mismo precio para las prendas de mujeres que para las de hombres.

-Esa sera una forma, y muy costosa por cierto.

-Costosa para quin? Para el tintorero?

-Probablemente no, de hecho. Los empresarios son muy creativos para evadir los costos de la regulacin. Es a menudo el consumidor quien termina pagndolos, de una u otra manera. Si fuera el caso, el tintorero subira los precios de las camisas o dejara de lavar blusas para evadir la ley. En tu entusiasmo por la justicia, lastimaras al consumidor. Sera mejor encontrar una solucin que protegiera al consumidor y dejar que esos abogados, que redactaran la ley, se ocupen en algo ms productivo. Por eso mejor yo me inclino por hacer absolutamente nada.

-Muy loable dijo Laura sarcsticamente.

-Considera al codicioso tintorero dijo Sam, ignorando graciosamente la reaccin de Laura-. Mientras ms alto sea el precio que l cobra, ms dinero obtiene. Si pudiera bajar sus costos haciendo cosas de peor calidad, tambin incrementara sus ganancias. As que resulta tentador cobrar precios altos por un mugre producto.

-Entiendo. Y t alabas su derecho a eso Laura comenzaba a enfurecerse ms de lo que ya estaba. Sam poda ser muy eficaz en hacerla enojar.

-S, lo hago. Ahora he aqu la pregunta: por qu me siento tan campante? Despus de todo soy un consumidor. No debera yo estar preocupado por la codicia del tintorero?

Laura dud.

-Nunca lo he pensado, realmente dijo ella-. T crees que los empresarios tienen derechos. Yo no.

-Pero por qu creera yo en una idea que permite explotar a los consumidores? Me veo como un ttere de los empresarios?

Sam abri los brazos como para una inspeccin. Laura ri.

-Entonces porqu eres tan tolerante acerca de las ganancias?

-Porque las ganancias ayudan al consumidor. Las ganancias incentivan al empresario a complacer a sus consumidores. Y cuando el empresario tiene competidores, consentir a los consumidores hace que salga a buscar alternativas. Es lo mismo con el empleo y los salarios. Quiz t piensas que cada empleador quiere ofrecer a sus empleados $1,000 al ao y hacerlos trabajar cien horas a la semana.

-Y no? No es por eso que necesitamos sindicatos y leyes que garanticen un salario mnimo?

-Slo el diez por ciento de la fuerza de trabajo est sindicalizada y menos del cinco por ciento gana el salario mnimo. Cmo es que el 85 por ciento restante hace decenas de cientos de dlares por encima del salario mnimo? Cmo nos las arreglamos para evitar ser explotados?

-Nunca lo haba pensado. Es una buena pregunta.

-Desde mediados de los cincuentas, la sindicalizacin como porcentaje de la fuerza laboral ha declinado casi cada ao. En todo este tiempo, los salarios han crecido, la semana laboral se ha reducido y todo tipo de innovaciones han ocurrido: flexibilidad en el horario, telecomunicaciones, guarderas, gimnasios en el lugar de trabajo, t dime. Y por qu los empresarios sedientos de ganancias ofreceran estas mejoras? Competencia. Si quieres atraer trabajadores calificados, tienes que ofrecerles condiciones salariales y laborales competitivas. T crees que ests sub-remunerada ganando $26,000. Por qu el Colegio Edwards no te paga incluso menos? Porque no pueden si lo que quieren es atraer maestros de calidad. Es lo mismo con los precios. Si quieres atraer consumidores tienes que mantener los precios apenas arriba de tus costos. De otra forma, alguno de tus competidores puede llevarse a tus clientes con precios ms bajos o calidad superior.

-Bueno, tal vez esta teora de la competencia est un poquito sobrevalorada. Una vez le un escndalo en el peridico acerca de tintoreras. Se unieron y acordaron mantener precios altos. No es eso lo que en verdad pasa?

-Lo dudo. Primero que nada, conspirar para fijar precios es contra la ley. Segundo, si yo fuera tintorero y hubiera podido vislumbrar una manera de coludirme con otros tintoreros para explotar a los consumidores, explotara a los hombres, no a las mujeres. Te apuesto a que hay muchas ms camisas que blusas que lavar. Pero vamos a suponer que existe una conspiracin contra las mujeres para cobrarles precios altos. Sabes qu duro sera para los conspiradores mantener el acuerdo? Una conspiracin para mantener precios altos usualmente se viene abajo porque los conspiradores encuentran atractivo romper el trato. Bajan el precio u ofrecen otras ventajas para ayudar al consumidor. An la OPEP, el crtel de petrleo, se echa para atrs todo el tiempo y los precios se mueven de acuerdo a una oferta competitiva y una determinada demanda. Y la OPEP tiene un nmero relativamente pequeo de conspiradores. Adems, si t tienes razn, entonces alguien tiene un incentivo para abrir una nueva tintorera, cobra por la ropa de mujer menos que los coludidos, hace una fuerte ganancia y obtiene cientos de clientes mujeres.

-Hasta que algn otro sepa de la oportunidad.

-De acuerdo con tu visin, es ampliamente sabido. An los maestros de Literatura Inglesa del Colegio Edwards lo saben. Hay una vieja broma acerca de dos economistas que van caminando en la calle. Uno le dice al otro: Mira! Un billete de $20. El otro dice: Ni te molestes en recogerlo. Si realmente estuviera ah, alguien ya se lo habra llevado.

-Supongo que el humor en economa es un tanto simple.

-S, un poquito admiti Sam-. Pero las ganancias se van rpido; son como dinero en la calle. Y la manera de agarrar la oportunidad es prever lo que los consumidores quieren y proveerlo de la forma ms barata posible. Y para mantener a tus clientes, necesitas encontrar maneras de reducir precios y aumentar calidad constantemente. Ms barato y mejor es el mantra del negocio moderno. Mira los sorbetes.

-Sorbetes?

-Ya sabes, los sorbetes para beber. Un sorbete de papel funciona bien. Pero an un producto tan insignificante como un sorbete, puede ser mejorado. Puedes tener papel o plstico. Lo puedes tener en color o con franjas. Puedes pagar un poquito ms y conseguir uno flexible. Puedes tener uno con una pequea cuchara al final. O qu tal el hilo dental. Puedes tener hilo dental con menta, sin menta, encerado o no, con Gortex o sabor tuttifruti, transparente o no. Nadie sabe. La gente est constantemente tratando de encontrar maneras de hacer tu vida mejor. Cada posible preferencia del consumidor es explorada.

-No lo s. Me parece trivial. Necesitamos ms de un tipo de sorbetes o de hilo dental?

-No puedo contestar esa pregunta sin pensar en otras: Necesitamos ms de un tipo de telfono celular o ms de un tipo de tratamiento contra el cncer o ms de un tipo de camisa o ms de un tipo de cereal? Trivial o sublime, t no puedes impedir la bsqueda del mercado por satisfacer cada oscuro deseo del consumidor tanto como t no puedes impedir que el bosque florezca como sea. El bosque realmente necesita ms de diez tipos de flores? Cada pulgada cuadrada necesita mantenerse a salvo con plantas? No puede un pedacito mantenerse sin nada? En el bosque, las especies compiten por luz, humedad y nutrientes. Lo mismo pasa en el mercado. En el mercado, la competencia es por los consumidores; la luz que capta la atencin del innovador. Las ganancias son la recompensa por el descubrimiento. As, aparece la competencia y presiona los precios y las ganancias a la baja. El mercado de lavado en seco no es exactamente nuevo. Si hubiera un montn de dinero que ganar por lavar blusas a precios ms bajos, mi apuesta es que alguien ya lo hubiera hecho. Quieres un poco de t?

-Seguro.

-Crees que necesitamos ms de un tipo de bebida caliente con y sin cafena? T no te contentaste con pedir solamente caf. T ests disfrutando un latefrapp. Imagina un mundo de t y slo t.

-Lo confieso dijo Laura mientras rea-. Yo usualmente prefiero caf.

-Y lo puedes tener, en todas sus variedades y sabores si la decisin le es dejada al mercado.

-Es un poco de adiccin. Supongo que me he convertido en esclava de la diversidad que el mercado produce.

Sam sonri. Unos cuantos clientes ms haban llegado mientras ellos haban estado conversando. Las mesas comenzaron a llenarse. Sam estaba contento de haberse sentado en la ventana. Le gustaba la conmocin de la calle como un fondo a la conversacin.

-Hay peores formas de esclavitud dijo-.

-Pero si ms barato y mejor es la norma cuestion Laura-, por qu las cosas se tornan cada vez ms caras? Parece que la competencia no est funcionando.

Los efectos son encubiertos por la inflacin. Los precios eran mucho menores hace 50 o 100 aos, pero los ingresos tambin eran mucho menores. Para ver qu tan bien hemos sido servidos por el mercado, tienes que deshacerte del impacto inflacionario en ambos.

-Y que encuentras?

-Hace 100 aos, una maestra de escuela ganaba poco ms de $300 al ao. Ella

-Ouch. Y yo pensando que estoy mal pagada.

-Ella tambin enfrentaba precios bajos. Una docena de huevos costaba slo $0.20 en ese entonces. Pero los huevos ahora son ms baratos en un sentido real, dado que ahora cuestan $1.00 pero t ganas $26,000 al ao. Si haces esa comparacin a travs de un amplio rango de bienes, tu nivel de vida es varias veces ms alto que el de tus colegas en 1900 o 1950. Y esa comparacin subestima por mucho el impacto real de la innovacin econmica: ahora disfrutas de bienes y servicios que ellos ni siquiera podran haber imaginado; tu hilo dental de menta, tu late frapp, el coche que manejas, tu computadora, el internet, los antibiticos y los otros avances increbles en cuidado mdico. Todos esos cambios fueron cortesa del mercado y la competencia. Y de una cosa estoy seguro

-Qu?

-Sabemos que en 1900 ninguna maestra de escuela fue explotada por los altos precios de la tintorera. Ellas casi seguro lavaban sus blusas a mano.

Laura ri. Mir por la ventana y not que la acera estaba ms concurrida. Ech un vistazo a su reloj y pens que probablemente tendra algunos minutos ms. Estaba disfrutando de la conversacin y algo del argumento de Sam segua molestndole.

-De acuerdo dijo-, y qu pasa con un empresario que no tiene competidores? Seguro t ests a favor de proteger al consumidor de los monopolistas, no?

-El monopolio es raro y antinatural. Mira lo que tiene que hacer un granjero para mantener su sembrado de maz libre de la competencia de otras plantas. Es lo mismo en los negocios. Cada empresario tiene competidores. An cuando no lo sepa. Alguna vez oste hablar de Keuffel & Esser?

-Suena como a una firma de abogados.

-Hacan reglas de clculo.

Laura miraba interesada.

-Desaparecieron hace mucho explic Sam-. Mi pap tena una. Eran dispositivos primitivos para multiplicar, sacar races cbicas y hacer otros clculos. Keuffel & Esser hacan las mejores. Tenan dominado al mercado. En 1967, Keuffel & Esser comisionaron un estudio sobre cmo sera el mundo en el ao 2067. El estudio no pudo prever un evento crtico que sucedera cinco aos ms tarde: la invencin de la calculadora de bolsillo. Un invento que destruira la regla de clculo para siempre. La competencia puede venir de donde sea. Es por eso que Bill Gates, fundador de Microsoft, duerme poco.

-Eso lo encuentro difcil de creer, Sam. Es un tipo que tiene pleno control del mercado.

-Pero Bill Gates apenas puede dormir porque l sabe que si no contina innovando, terminar como Keuffel & Esser. Quiz alguna fusin lo destruya. O algn otro sistema operativo. O un mtodo de cmputo completamente nuevo.

-Entonces que debera hacer el seor Gates?

-Lo que no debera hacer es emplear tiempo en pensar cmo daar a los consumidores. Eso slo apresurara el surgimiento de competidores. l debe complacer al consumidor. Y es su sed de ganancias lo que le anima a hacer eso.

-No lo s Sam. T haces ver los negocios como un tipo de juego civilizado de cricket, jugado por hombres vestidos de blanco, hablando con acento britnico. Al final de la partida, ambos equipos alegremente levantan sobre sus hombros al rbitro, en este caso el consumidor, mientras cantan porque es un buen compaero. Yo veo un diferente asunto, mucho ms mugriento, ms como el rugby, donde el consumidor es a menudo revolcado en el lodo.

-De acuerdo. Supn que por alguna extraa razn te encontraras inmersa en el mugriento mundo de los negocios. Te gustara que tus empleados fueran despiadados o cariosos?

Laura rea suavemente mientras se imaginaba jugando a la empresaria.

-Alguna vez has estado en un Ritz-Carlton? Pregunt Sam antes de que ella pudiera contestar.

-Una vez, con mis paps, en Atlanta creo.

-Conoces el slogan de los Ritz-Carlton?

Laura gir los ojos. Vamos Sam. Cmo podra saberlo?

-Lo siento. Es un ejemplo que uso en clase todo el tiempo, por lo que olvid que no est en la punta de la lengua de la gente. Su slogan es El precio ms alto y la ganancia ms alta.

-Bromeas.

-Por supuesto. se es su slogan secreto. Lo usan solamente en el saln de juntas del Consejo cuando hacen planes para explotar a los consumidores. De nuevo bromeo. Su verdadero slogan es

Damas y caballeros sirviendo damas y caballeros.

-Ese es un slogan bonito y elegante.

-No es exactamente una invitacin a dar un mal servicio. Tengo otro ejemplo justo aqu en mi cartera.

-En tu cartera?

-Soy raro. O no has estado poniendo atencin? Sam sac un pedazo de papel de su billetera-. De hecho, lo estoy usando en clase esta semana as que por eso lo traigo conmigo. Es una vieja cita de un ejecutivo en Merck, una de las farmacuticas ms grandes del mundo. Tratamos de recordar que la medicina es para el paciente. Tratamos de nunca olvidar que la medicina es por la gente. No es por las ganancias. Las ganancias le siguen, y si recordamos eso, stas nunca dejarn de aparecer. Mientras hemos recordado eso, ms altas las ganancias han sido. No es extrao? Si te concentras demasiado en la ltima lnea, es menos probable que triunfes. Las grandes compaas exitosas, como Wal-Mart o Southwest Airlines o FedEx o Merck, brindan al consumidor productos de calidad, extraordinario servicio y precios bajos. Por eso han sido exitosas. Y han forzado a sus competidores a tratar de igualar su desempeo.

-Ests tratando de decirme que los administradores de estas compaas no estn interesados en hacer dinero?

-No. Creo que ellos estn interesados en el dinero tanto como el resto de nosotros. Pero la codicia no es la llave del xito. Quin crees t que hara un mejor trabajo de servicio al cliente? Un cerdo egosta y codicioso que pretende preocuparse por los dems, o una persona genuinamente buena que trata a los clientes con sinceridad?

-Eso es absurdo Sam. La gente buena no termina en los negocios.

-No estoy diciendo que vayas a encontrar a la gente ms buena y caritativa del mundo en la direccin de las corporaciones modernas. Pero la escoria de la tierra tampoco puede llegar tan alto. Recuerdas que me preguntaste acerca del poster que tengo de Its a woderful life?

 

-Claro. Estbamos en el metro.

-Adoro esa pelcula porque presenta dos versiones caricaturizadas de los negocios. Tienes a Jimmy Stewart como George Bailey quien nunca tomara una decisin de negocios que lastime a uno de sus clientes. Y tienes a Lionel Barrymore como Mr. Potter quien se regocija embargando y echando a la calle a unos inquilinos. En la pelcula, George es el hroe. Pero probablemente es un perdedor hombre de negocios.

-Cul es el problema? Un tipo demasiado bueno?

-No. Es un perdedor porque no parece darse cuenta de que las ganancias mantienen con vida un negocio. Sin ellas, ests en bancarrota y as no puedes ayudar ni a tus clientes ni a tus empleados. Potter tambin es un perdedor. Es un hombre vicioso y egosta que le disgustan los clientes y los empleados. En el mundo real, necesitas una mezcla de la intensidad de Potter y de la bondad de George. Adems, lloro cada vez que la veo.

-Hmm. Yo pens que te habas extirpado las glndulas lagrimales antes de que obtuvieras tu grado en Economa. Dudo que la bondad cuente mucho en la sala de Consejo o en el mercado.

-Pero as es. Haciendo lo que dices, manteniendo tu palabra, y sirviendo a otros sin resentimiento, son probablemente ms loables en el mundo de los negocios que en cualquier otro lado. Echa un vistazo a los libros de negocios ms vendidos. No son acerca de cmo manipular al consumidor o explotar a los empleados. A menudo versan sobre la integridad. Liderazgo. Motivacin. Incluso muchos de ellos aplican principios religiosos a los negocios.

-Encuentro eso difcil de creer, pero si te soy honesta, tengo una confesin que hacerte. Me alegra que ests sentado; esto te noquear. No leo muchos libros sobre negocios.

-La mayora de los maestros de literatura inglesa no lo hacen. Pero significa que probablemente ests obteniendo tu perspectiva de los negocios de una novela de Dickens o de Hollywood o de un show televisivo. As que cuando piensas en negocios, ves chimeneas arrojando veneno a la atmsfera. Ves a un empresario siniestro, rodeado de bolsas de dinero, frotndose las manos con regocijo y tramando cmo explotar a sus clientes con nuevas y excitantes formas. Popularmente, los empresarios son expuestos como monstruos porque eso es lo que vende. A la gente le gusta sentirse la vctima. Pero los monstruos no triunfan en los negocios. Un competidor que ofrezca buen servicio y precios bajos es una mejor apuesta. Existe un corazn invisible al centro del mercado sirviendo con gusto al consumidor. Quieres ms t?

-Gracias. Caf descafeinado, si la opcin contina disponible.

-Desde luego, madame dijo Sam mientras se levantaba de la mesa y haca una caravana-. El capitalismo a tu servicio.

Laura se preguntaba si Sam era un tpico economista. Ella siempre haba pensado que los economistas slo estaban interesados en el dinero. Pero en el mundo de Sam, el dinero pareca ms un accesorio que el meollo principal.

-Cuidado que est caliente dijo Sam cuando retorn, poniendo la bebida de Laura sobre la mesa.

-Genial. As debe ser.

Sam pens en decir algo sobre pleitos y caf caliente, pero permaneci callado y mir por la ventana. Era su parte favorita del da. La puesta de sol. Los faroles de la calle comenzaban a prender. La gente regresaba a casa despus de otro da de trabajo. Sam cubri su taza con las manos y sonri. Mir a Laura a los ojos y not que su enfado haba pasado.

-As que tal vez, este asunto de la codicia lo haya exagerado dijo Laura-. Entonces, por qu juegas a regalar dlares en tu clase?

-Algunos de los alumnos creen que el propsito del juego es demostrar que la codicia es buena. Pero ese no es el propsito del todo. Se trata de mostrar el poder del inters personal. Si t supieras que alguien anda por ah colgando dlares cada da, t emplearas tiempo en ver cmo le haces para estar ah. Pasaras tiempo buscando maneras de brincar ms alto o de construir algo ms grande que te ayude a alcanzarlos. El inters personal no es bueno ni malo. Es un hecho de la vida. Nos esforzamos. Tratamos de hacerlo mejor. Tratamos de estar adelante. Es una parte fundamental de la humanidad. Y el mercado canaliza nuestra naturaleza a situaciones en las que servimos a otros. Esa es la leccin de Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones. La gente cree que l pensaba que la codicia era buena. Pero l meramente quera explicar el poder del inters personal Sam se detuvo y mir fijamente el techo, perdido en su pensamiento-. Qu desayunas usualmente? pregunt de pronto.

-Un bagel tostado contest Laura un poco desconcertada por el cambio de conversacin. Pens en echar un vistazo al techo. Qu miraba Sam all arriba que lo hizo pensar esta vez en bagels?

-Y dnde compras tus bagels?

-Hay un pequeo lugar en la esquina de mi casa. Por qu quieres saber?

-Tienes alguno en casa a esta hora? Pregunt Sam, ignorando la pregunta que ella le hizo.

-Me parece que no. Quiz pasar por unos de camino a casa o maana por la maana.

-Crees que debas llamarles y decirles que irs?

-Por qu? pregunt Laura, ahora completamente perdida.

-Si ellos no saben que vas, tal vez no harn suficientes Sam se acomod en su silla, satisfecho, a pesar de lo absurdo de su comentario.

-De qu rayos ests hablando, Sam? Ellos siempre tienen suficientes.

-Alguna vez te has preguntado por qu? inquiri Sam. Se mostraba emocionado-. Te has ido a dormir alguna vez preocupada de que los panaderos de la ciudad no hagan suficientes bagels para la maana siguiente? Nunca! Pero por qu no? Algunas maanas slo compras uno. Otras, una docena. Otras maanas no compras nada. Algunas, compras tres docenas porque dars un banquete. No es sorprendente que maana, a lo largo y ancho de la ciudad, habr abundancia de bagels? T y tus colegas amantes de bagels no tienen que hacer reservaciones. Slo van y ah estn los bagels a su disposicin. No es maravilloso?

Laura estaba anonadada viendo cmo Sam se extasiaba con los bagels.

-Tu panadero depende de un centenar de personas que t no ves para que el pan pueda llegar a ti: granjeros, harineros, camioneros y una multitud de gente que les ayuda. Nadie coordina el proceso. Washington no necesita un Zar del Bagel para mantenerlos trabajando. Nadie necesita llamarle al panadero para que se despierte a las 3:30 de la maana y asegurarse de que los bagels estn frescos. La mayora de nosotros no estaramos cmodos de pedirle a un amigo que se levante a las 3:30 para hacernos un favor. Pero para que ests segura de que tu bagel est fresco, un extrao lo hace voluntariamente. No por amor a ti. Sino por propio inters. Para asegurarse de que el negocio sobreviva necesita mantener al consumidor contento.

-Sigo pensando que me gustara ms ser atendida por alguien que est motivado por algo que no sea el inters personal.

-El inters personal no significa tener un corazn duro ni ser egosta. El panadero que se levanta a las 3:30 quiz est motivado por nobles y loables metas. A lo mejor l planea amasar una gran fortuna y donarla para caridad. Tal vez, se despierta tan temprano para asegurarse que ganar el suficiente dinero para pagar la operacin de su hijo o para comprar una casa mejor para su familia. Quiz pueda desbordarse de amor por mucha gente y por muchas causas. Pero el poder del mercado es que tu panadero no tiene que desbordarse de amor por ti para tratare bien. La competencia se combina con el inters personal para servirte; sin nadie que est a cargo. Y funciona tan impecablemente que ni lo notamos.

-Lo notar de ahora en adelante. El mercado es extraordinario. Pero no es impecable. Hay productos defectuosos. Hay productos dainos. Hay productos vendidos por anuncios que no informan bien sobre las consecuencias. Hay buenos directivos, como t dices. Pero hay desgraciados que triunfan y prosperan. No me quiero deshacer del mercado. Slo quiero hacerlo mejor.

-Y yo creo que es perfecto.

-Perfecto? Bromeas?

-No, realmente. Puedes tener un sistema perfecto con resultados imperfectos. Estoy deseoso de tolerar ese grado de imperfeccin porque cuando lo alteras con un sistema complejo, a menudo haces las cosas peor. Es por eso que mucha regulacin a menudo lastima a quien se est tratando de ayudar. Es como decir que el bosque no hace suficientes flores amarillas. Puedes, artificialmente, inducir al bosque a producir ms flores amarillas. Pero sern esculidas o menos saludables. Y tendrs otros efectos intangibles que tal vez no quieras. Por querer tener ms flores amarillas, puedes acabar con menos rojas de las que dependen algunas lagartijas o ranas o mariposas. Yo preferira quedarme con la competencia que manipular la imperfeccin.

-Yo soy ms optimista acerca de la regulacin. Creo que podemos tomar lo bueno del mercado y mejorarlo.

-Tal vez. Pero lo dudo. Mira cmo el internet ha evolucionado. Los problemas vienen; problemas con nios viendo contenido inapropiado, problemas para mantener transacciones financieras seguras. Pero los empresarios encuentran maneras para resolver esos problemas. Y no slo encuentran una alternativa. Encuentran muchas que dan la opcin a los consumidores. Las soluciones no son perfectas. Algunos chicos siguen mirando cosas que sus padres no quisieran y la informacin de las tarjetas de crdito sigue siendo robada. Pero si el gobierno se mete para hacerlo mejor an, crees que el internet estara donde est ahora? Djalo solo y florecer.

Laura pens un momento.

-Te gusta el bosque dijo ella-. A m me gustan los jardines ingleses. Te gusta la maleza y yo estoy a favor de podar un poquito. Si vas a tener un jardn, yo pienso que necesitas un jardinero. O tal vez un equipo de jardineros.

-Si me puedes decir cmo convertir simples mortales en jardineros omniscientes e incorruptibles, entonces estoy abierto a la sugerencia.

-Pues toma esto Laura guard silencio un momento sonriendo de oreja a oreja-. Casi he olvidado lo del precio de la tintorera. Si la competencia hace tan buen trabajo protegiendo al consumidor, por qu las mujeres pagamos ms que los hombres?

-Slo adivinando: lavar blusas es probablemente ms costoso que las camisas, y el hecho de que tengan un precio ms alto refleja ese costo.

-Cmo puede ser eso? No son lavadas en el mismo lugar y con los mismos materiales?

-Quiz las blusas toman ms tiempo. Tienen todas esas como-se-llamen.

-Te refieres a pinzas, seor Armani?

-T dime. La moda no es mi campo. Pero si las blusas toman ms tiempo para lavar, los tintoreros tendrn que cargar ms para poder cubrir el costo. Como sea, adivino que si t abrieras una tintorera que cobrara los mismos precios para las blusas que para las camisas, estaras perdiendo dinero. Si elevas el precio de las camisas para igualarlo al de las blusas, perders clientes frente a los competidores de bajos precios. Si bajas los precios de las blusas para igualarlo al de las camisas, creo que no podrs cubrir los costos.

-No te creo dijo Laura.

-Bien. Vamos a recaudar algo de informacin.

Laura mir a Sam desconcertada. Tom sus prendas recin lavadas y sigui a Sam a la calle en plena noche, preguntndose a dnde iran. La temperatura haba descendido notablemente. Laura lamentaba no haberse puesto algo ms abrigado. Tirit involuntariamente. Sam se quit la chaqueta y la puso sobre los hombros de Laura mientras caminaban.

-Hey, gracias. T ests bien?

-S asegur Sam-. No vamos lejos.

Cruzaron la calle y caminaron una cuadra. Se detuvieron frente a Capitol Cleaners.

-Ahora qu? pregunt Laura.

 

-La boca del lobo. Hela aqu dijo Sam mientras jalaba la campana de la entrada-. Hola, Sra. Williams.

La Sra. Williams haba estado en el mostrador de Capitol Cleaners mucho tiempo antes de que Sam conociera el local. La tienda era su orgullo y ella siempre apareca detrs del mostrador con su cabello negro impecablemente peinado.

-Hola, seor Gordon dijo ella sonriente como lo haca con todos sus clientes-. Y Seorita Silver aadi con una voz de miren-lo-que-tenemos-aqu.

-Usted no cobra lo mismo por lavar blusas que camisas dijo Sam-. A qu se debe esto?

La seora Williams lo mir con alivio. Se haba preocupado de que Laura estuviera insatisfecha con sus blusas recin lavadas.

-Las blusas son ms pequeas que las camisas dijo-. No encajan en la mquina que usamos para las camisas, as que tienen que ser lavadas a mano. Toma ms tiempo de esa manera, as que necesitamos cobrar un poco ms. Tambin cobramos ms por lavar las playeras de los nios, por la misma razn. Por qu la pregunta?

-Estoy pensando en abrir una tintorera que le haga competencia justo cruzando la calle contest Sam, guindole a la seora Williams-. Estaba buscando una estrategia para vender ms barato que usted. Veo que tendr que venir con otra idea. Gracias por su tiempo.

Sam y Laura se detuvieron afuera de la tienda un momento. Sam estaba deseoso de cantar victoria pero se contuvo.

-Muy bien acept finalmente Laura-. T estabas bien y yo mal. Es difcil creer que los tintoreros se acabaran si quieren explotar a las mujeres y los nios.

-No te rindas tan pronto dijo Sam-. Tal vez elevan los precios en la ropa para nios con tal de poder cubrir su sexista estrategia de precios. Quiz s cuesta ms lavar las blusas pero a lo mejor no es suficiente para subir tanto el precio. Adems, tu argumento puede ser que los fabricantes de mquinas para tintorera conspiran y se rehsan a disear una mquina para ropas pequeas. Aunque tal vez no haya suficientes blusas para lavar que lo hagan rentable. Pero anmate. La seora Williams sabe mucho acerca de mis secretos ms ntimos. Ella sabe cuando derramo comida en mis camisas, sabe que compro plumas tan corrientes que se chorrean, y sabe muchas otras cosas ms de mi vida por mis ropas. Ahora sabe que paso tiempo con una de sus clientes, algo que debe serle de gran inters. Pero tal vez no sabe la verdadera razn de por qu las camisas y las blusas tienen el precio que tienen. Ella es slo una simple observacin, como decimos los economistas. Tomemos nuestras clases en una investigacin de campo y reunamos un poco de evidencia real, de primera mano.

-Buena idea dijo Laura, sorprendida y contenta de que Sam estuviera ponindose de su lado ms que declarndose triunfador-. Economa cotidiana. Pero dudo poder traer a mi clase de literatura Inglesa a una tintorera para una investigacin de campo.

-No escribi Dickens acerca de trabajos forzados y de la opresin de la clase obrera?

-Sigo pensando que es poco probable.

-Supongo que s. Hey, tienes algo planeado para la cena?

Laura mir su reloj y movi la cabeza. Me gustara, pero tengo mucho trabajo. Quiz en otra ocasin. Gracias por prestrmelo dijo mientras devolva el saco a Sam.

A pesar del clima tan fresco, Sam decidi caminar a su departamento en Dupont Circle por la Avenida Connecticut en lugar de tomar el metro. Haba sido una conversacin amistosa, pero estaba preocupado de si la verdadera razn por la que ella haba declinado su invitacin a cenar era su carga de trabajo. Pens que la prxima vez sera buena idea platicar con Laura de algo que no fuera economa. Pero sera posible?


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