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El futuro del liberalismo

“El liberalismo clsico ha estado en decadencia durante ms de un siglo. Desde la segunda mitad del siglo diecinueve los asuntos pblicos han sido influenciados cada vez ms por las ideas socialistas: comunismo, fascismo, nacionalsocialismo, y durante ms tiempo por la democracia social (liberalismo y neo-conservatismo americanos).”


Hans-Hermann Hoppe
MARTES, 21 DE ABRIL DE 2009
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El liberalismo clsico ha estado en decadencia durante ms de un siglo. Desde la segunda mitad del siglo diecinueve los asuntos pblicos han sido influenciados cada vez ms por las ideas socialistas: comunismo, fascismo, nacionalsocialismo, y durante ms tiempo por la democracia social (liberalismo y neo-conservatismo americanos).

En efecto, tan completa ha sido la victoria socialista que hoy algunos neoconservadores han proclamado el "Fin de la Historia" y la llegada del "ltimo Hombre", es decir, del ltimo milenio de democracia social, global, supervisada por los estadounidenses.

Ante esta situacin, los liberales pueden reaccionar de dos modos. Pueden sostener que el liberalismo es una doctrina sana y que el pblico la rechaza a pesar de ser verdad. O - y esto es lo que yo har - uno puede considerar el rechazo como indicacin de que hay algn error en la propia doctrina.

El error central del liberalismo radica en su teora del gobierno.

El liberalismo tal como lo personificaba Locke y segn lo proclamado por Jefferson en la Declaracin de Independencia se centraba alrededor de las nociones de soberana individual, asignacin original de los recursos dados por la naturaleza, propiedad, y contrato, como derechos humanos universales. Frente a los prncipes y reyes, este nfasis en la universalidad de los derechos, coloc a los liberales en oposicin radical a todo gobierno establecido. Para un liberal, todo hombre, bien fuese rey o campesino, estaba sujeto a los mismos principios universales de justicia, y en esos momentos bien se poda justificar el establecimiento de un gobierno a partir de un contrato entre dueos de propiedad privada o tambin se poda rechazar tajantemente. Pero poda ser as? La respuesta liberal se resolvi mediante la indiscutible proposicin de que, asesinos, ladrones, timadores, matones, embaucadores, etc., siempre existiran, y la vida en sociedad sera imposible si no se les amenazaba con el castigo fsico. Para mantener el orden liberal, era necesario obligar mediante amenazas, o la aplicacin de violencia, a quien no respetara la vida y la propiedad de los dems. De esta premisa, los liberales concluyeron que la tarea de mantenimiento del orden pblico es la funcin primordial del gobierno.

Que la conclusin fuera correcta o no, depende de la definicin de gobierno. Es correcta, si gobierno simplemente significa cualquier individuo o firma proporciona servicios de proteccin a una clientela, mediante el pago voluntario de honorarios. Pero esta no es la definicin adoptada por los liberales. Para un liberal, el gobierno no es una firma especializada. El gobierno tiene dos caractersticas nicas. Tiene el monopolio territorial obligatorio de la jurisdiccin (toma ltima de decisiones) y el derecho a tasar y cobrar impuestos. An si uno asume esta definicin de gobierno, la conclusin liberal es claramente falsa.

De hecho, es inconcebible cmo dueos de propiedad privada pudieron posiblemente aceptar un contrato que diera derechos a otro agente, para obligar a todos los habitantes dentro de un territorio dado a que acudieran a l, exclusivamente, buscando proteccin y justicia. Tal contrato de monopolio implicaba que todo dueo de propiedad privada deba renunciar, a favor de alguien ms, a su derecho a la toma de la decisin ltima en cuanto a su persona y propiedad. En efecto, se haba sometido a si mismo a la esclavitud. Pero nadie en pleno uso de sus facultades, puede, ni probablemente podr, consentir en someter permanentemente su persona y propiedad, a la indefensin ante las decisiones de alguien ms. De manera similar es inconcebible que alguien dotara a su protector monopolstico con el derecho a cobrar impuestos. Nadie puede, o desea, aceptar un contrato que permita a su protector determinar unilateralmente, sin consentimiento del protegido, la suma que ste debe pagar por proteccin.

Los liberales han tratado de resolver esta contradiccin interna con la improvisacin de acuerdos "implcitos" o "conceptuales", contratos, o constituciones. Sin embargo todas estas tentativas slo han aadido a la misma conclusin inevitable: Que es imposible derivar una justificacin del gobierno a partir de contratos explcitos.

La errnea aceptacin del liberalismo de que el gobierno era congruente con los principios de soberana individual, propiedad privada, y contrato, lo ha conducido a su propia destruccin.

Primero, y se desprende del error inicial que la solucin liberal al problema de la seguridad, un gobierno limitado constitucionalmente, es un ideal contradictorio.

Una vez que el principio de gobierno es admitido, cualquier nocin de freno al poder del gobierno es ilusoria. Incluso si, como los liberales han propuesto, un gobierno limitara sus actividades a la proteccin de los derechos existentes de propiedad privada, la pregunta que surge sera: qu tanta seguridad se debe producir? Motivado por el inters propio y la contrautilidad, el desperdicio, de su trabajo, pero con el poder de tasar y cobrar impuestos, la respuesta de un agente del gobierno ser invariablemente la misma: maximizar gastos y minimizar produccin. Mientras ms dinero pueda uno gastar y menos haya que trabajar, mejor se estar.

Ms an, un monopolio judicial disminuir la calidad de la proteccin. Si ante nadie ms se puede reclamar justicia, con excepcin del gobierno, la justicia se pervertir a favor del gobierno, sin importar lo que digan las constituciones. Las constituciones y las Cortes Supremas son constituciones y agencias del gobierno, y cualquier limitacin que pudieran contener o encontrar es resuelta por agentes de la misma institucin en consideracin.

Como es de esperar, las definiciones de propiedad y proteccin sern alteradas y el mbito de la jurisdiccin ampliado para ventaja del gobierno.

En segundo lugar, y se deriva del error en cuanto al status moral del gobierno, la vieja preferencia liberal de un gobierno local, descentralizado y pequeo, es inconsistente.

Una vez se ha admitido que, a fin de forzar la cooperacin pacfica entre dos individuos A y B, es justificado tener a un monopolio judicial X, se deduce una doble conclusin. Si ms de un monopolio existe, X, Y y Z, entonces, como no puede haber paz alguna entre A y B sin X, tampoco puede haber all paz alguna entre los monopolios X, Y, y Z mientras estos permanezcan en "estado de anarqua." De ah que, para lograr eldesideratum liberal de paz universal, sea necesaria la centralizacin poltica y finalmente el gobierno mundial nico.

Finalmente, y sigue del error del gobierno de sostener la idea anticuada que la universalidad de los derechos humanos es confusa y que, bajo el ttulo de "igualdad ante la ley", se la haya transformado en un vehculo de igualitarismo.

Una vez que el gobierno se presume justo y los prncipes hereditarios han sido excluidos como irreconciliables con la idea de los derechos humanos universales, surge la pregunta de cmo hacer compatible el gobierno con dicha idea de universalidad de los derechos humanos. La respuesta liberal fue abrir la entrada al gobierno a todos, en trminos de igualdad, va la democracia. A todos - no slo a la clase noble hereditaria - se les permiti ejercer todas las funciones del gobierno. Pero esta igualdad democrtica es muy diferente de una ley universal, aplicable, por igual, a todos y cada uno, siempre y en todo lugar. De hecho, el viejo cisma desagradable de una ley ms alta para los reyes, contra una ley subordinada para los sujetos ordinarios, se conserva bajo la democracia con la separacin de la ley pblica versus la privada y la supremaca de la primera sobre la segunda. En una democracia no existe privilegio personal alguno ni personas privilegiadas. Sin embargo, los privilegios funcionales y las funciones privilegiadas si existen.

Mientras acten en calidad de servidores pblicos, los funcionarios oficiales son gobernados y protegidos por el derecho pblico y ocupan as una posicin privilegiada respecto de personas que actan meramente bajo las directrices de la ley privada. Los privilegios y la discriminacin legal no desaparecern. Al contrario.

Ms bien que ser exclusivos de los prncipes y la nobleza, los privilegios, el proteccionismo y la discriminacin legal estarn a disposicin de todos. Como era de esperarse, en condiciones democrticas, la tendencia de todo monopolio, de aumentar precios y disminuir calidad, slo ser ms pronunciada. A cambio de un prncipe que considera el pas como su propiedad privada, es puesto un custodio temporal a cargo del pas. l no es dueo del pas, pero mientras est en el poder se le permite el uso del mismo, para ventaja suya y de sus protegidos. Tiene su uso corriente el usufructo - pero no es propietario de su capital social. Esto no acabar la explotacin. Al contrario, har la explotacin con menos racionalidad y la llevar a cabo con poco o ningn respeto por el capital social, es decir, con miopa. Adicionalmente, ahora la perversin de la justicia proceder an ms rpidamente. En vez de proteger el derecho a la propiedad privada preexistente, el gobierno democrtico se convertir en una maquinaria de redistribucin de los derechos a la propiedad existente en nombre de una "seguridad social" ilusoria.

A la luz de lo anterior, se debe buscar una respuesta a la pregunta sobre el futuro del liberalismo.

Debido a su error en cuanto al estado moral del gobierno, el liberalismo realmente contribuy a la destruccin de todo aquello que se haba propuesto conservar y proteger: la libertad y la propiedad. El liberalismo, entonces, en su forma presente, no tiene ningn futuro. O mejor dicho, su futuro es la democracia social.

Si el liberalismo ha de tener algn futuro, deber reparar su error. Los liberales deben reconocer que ningn gobierno puede ser contractualmente justificable y que todo gobierno es destructivo de lo que quieren conservar.

Es decir el liberalismo tendr que ser transformado al anarquismo de la propiedad privada (o a una sociedad de derecho privado), tal como especul hace casi 150 aos Gustave de Molinari, y en nuestros das, segn el raciocinio de Murray Rothbard.

Esto tendra un doble efecto. Primero, conducira a la purificacin del movimiento liberal. Los demcratas sociales con ropaje liberal y muchos funcionarios del gobierno se disociaran de este nuevo movimiento. Por otra parte, la transformacin conducira a la radicalizacin del movimiento. Para aquellos viejos liberales que todava se agarran a la nocin clsica de derechos humanos universales y consideran la soberana individual y la propiedad privada antes que el gobierno, la transicin ser slo un pequeo paso. El anarquismo de la propiedad privada es un liberalismo simplemente consecuente; o un liberalismo restaurado a su intencin original. Pero an este pequeo paso tendra implicaciones trascendentales.

Al aceptarlo, los liberales denunciaran el gobierno democrtico como ilegtimo y reclamaran su derecho a la autodefensa. Polticamente, volveran a los principios del liberalismo como credo revolucionario. Al negar la validez de los privilegios hereditarios, los liberales clsicos se colocaron en oposicin fundamental a todos los gobiernos establecidos. El mayor triunfo del liberalismo - la Revolucin americana - fue el resultado de una guerra de secesin. Y en la Declaracin de Independencia, Jefferson haba afirmado "que siempre que cualquier forma de gobierno se convierta en destructivo de la vida, la libertad, y la bsqueda de la felicidad, la gente tiene el derecho de cambiarlo o abolirlo". Los anarquistas de la propiedad privada slo reafirmaran el derecho liberal clsico "de derrocar dicho gobierno, y proporcionar nuevas salvaguardas al futuro de su seguridad".

Por supuesto, por s mismo, el renovado radicalismo del movimiento liberal sera de poca consecuencia. En cambio, lo que romper la mquina social democrtica es la visin inspiradora que fluye de este nuevo radicalismo como alternativa al orden presente. En vez de integracin poltica supranacional, gobierno mundial, constituciones, tribunales, bancos, y dinero, los liberales anarquistas proponen la descomposicin delestadonacin. Como sus antepasados clsicos, los nuevos liberales no buscan el gobierno para tomrselo. Lo ignoran y quieren que los deje en paz, y quieren tambin aislarse de su jurisdiccin para organizar su propia proteccin. A diferencia de sus precursores que simplemente procuraron sustituir un gobierno ms grande por uno ms pequeo, los nuevos liberales persiguen la lgica de la secesin para ponerle fin. Proponen una secesin ilimitada, es decir, la proliferacin sin restriccin de territorios libres independientes, hasta que el rango de la jurisdiccin del estado finalmente se marchite con el tiempo. Con este fin - y en total contraste con los proyectos estatistas de "Integracin Europea" y de un "Nuevo Orden Mundial" - promueven la visin de un mundo con decenas de miles de pases, regiones, y cantones libres, de cientos de miles de ciudades libres - como las singularidades actuales de Mnaco, Andorra, San Marino, Liechtenstein, (el anterior) Hong Kong, y Singapur - y distritos an ms libres y vecindades econmicamente integradas por el mercado libre (mientras ms pequeo sea el territorio, mayor es la presin econmica para optar por el libre comercio!) y por el estndar del oro como base monetaria internacional.

Siempre y cuando esta visin gane prominencia ante la opinin pblica, el fin del social-democrtico "Final de la Historia" habr llegado y el renacimiento liberal habr comenzado.


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