Introducci�n
Dice Friedrich von Hayek que entender los fen�menos monetarios es la parte m�s dif�cil de la ciencia econ�mica. Ahora abordaremos uno de los m�s complejos: un patr�n monetario mejor que el patr�n oro.

La econom�a es la ciencia que estudia las acciones que los seres vivientes deciden a fin de sobrevivir en este mundo.

En general, podemos decir que la lucha por la sobrevivencia es la caracter�stica fundamental de los seres vivientes, as� se trate de una c�lula, un virus, un elefante, o el hombre mismo.

La tarea primordial de un hombre o de una colectividad es asegurar el alimento. En la edad prehist�rica las peque�as comunidades pasaban la mayor parte del tiempo colectando frutos y cazando animales. Por hambre o por conflictos internos se desplazaban de un lugar a otro siempre en b�squeda de alimento. Cuando el hombre se da cuenta que puede cultivar y domesticar animales se vuelve sedentario. Naturalmente son peque�as sociedades emparentadas de una u otra forma y donde alguno de sus miembros asume la m�xima autoridad, generalmente los m�s ancianos por poseer m�s experiencia.

Por diferencias o conflictos entre los miembros de estas tribus antiguas es posible entender que se separen en dos o m�s fracciones. Unos se quedar�n en los valles otros en las costas y otros m�s en los bosques o monta�as.

Naturalmente los que se quedan en las costas se especializan en la pesca, los de bosques en la cacer�a y otros en la agricultura. Seguramente producen m�s de lo que necesitan y desean lo que produce el vecino.

Una manera de conseguir lo que produce el vecino es usar un m�todo violento. Por la noche van y roban lo que pueden. Pero tambi�n hay gente razonable que no desea correr riesgos y prefiere ofrecer lo que tiene, tratando de obtener el bien del vecino, sin violencia, con negociaci�n. Surge el trueque.

No hay problema para el intercambio o trueque mientras hay coincidencia de necesidades. Despu�s de dialogar podr�n intercambiar medio tibur�n por cinco costales de ma�z, y cada uno de los jefes de tribu se va a sus comunidades para disfrutar del intercambio. Es muy posible que no lo sepan aquellos individuos, pero nacen as�, espont�neamente, instituciones importantes de la civilizaci�n: el trueque, la propiedad privada, el mercado.

Es posible que la noci�n de propiedad privada haya surgido antes del homus erectus de hace 500 mil a�os. Y parece que no es exclusivo de los seres humanos, lo vemos en los perros que defienden su hueso, los leones que primero sacian su hambre y dejan el sobrante para sus hijos, las hormigas que se disputan las migajas de pan. Parece ser que el sentido de propiedad se deriva del instinto de conservaci�n, que lo tienen todos los seres vivos. Dice Ludwig von Mises: “hay un impulso implantado en todos los seres vivos que los dirige hacia la asimilaci�n de materia que preserva, renueva y fortalece su energ�a vital”. Se puede decir entonces que el sentido de propiedad es propio de los seres vivos, independientemente de qu� tan desarrollados est�n. Lo podemos ver en ni�os de un a�o, que lloran si les quitan el biber�n, que defienden sus juguetes frente a otros ni�os. Quitarle la noci�n de propiedad a un ser vivo es condenarlo a la muerte. Pensemos en un le�n que caza un venado, llegan otros animales y le quitan la presa sin que oponga resistencia ninguna, puede ser que nada le dejen y termina por desaparecer. Dice Richard Pipes que no hay concepto m�s atractivo y estimulante para progresar que el de propiedad privada.

Uno de los conceptos m�s dif�ciles de entender de la ciencia econ�mica es la que se refiere al mercado, es decir, de esa actividad maravillosa que genera relaciones de armon�a y paz entre los individuos, aunque no se conozcan, aunque hayan sido antag�nicos en otros tiempos.

Para entender al mercado, primero debemos saber que es un asunto de dos agentes econ�micos, no de tres ni de una muchedumbre contra otra muchedumbre. Basta un oferente, quien lleva un bien que desea intercambiar y que a la vez es demandante pues desea otro bien diferente al que lleva en las manos. El demandante quien es el que desea conseguir algo que le es �til, y que para tal prop�sito lleva un bien que pretende darlo a cambio. Entonces, podemos ver que un individuo es tanto demandante como oferente. Cuando ya entra la instituci�n dinero, al que lleva monedas o billetes normalmente se le llama demandante y al que lleva un bien, oferente. En realidad, el que lleva billetes, el demandante, tambi�n es oferente pues ofrece su dinero a cambio de algo. Y el que lleva el objeto, es oferente pero tambi�n demandante pues va en pos del dinero.

Pero sigamos en el caso de trueque. Dos individuos se encuentran y para facilitar el entendimiento, digamos que uno lleva naranjas y otro carne de tapir. Para empezar el proceso de formaci�n de mercado, necesitan un ambiente de paz, algo as� como un pacto de no agresi�n. Significa que cada individuo ver� a su contraparte con respeto, sin amenaza de agredirlo, coaccionarlo o violentarlo. Si no hubiera ese micro clima de paz, ser�a imposible crear el mercado. En segundo lugar, se da un reconocimiento de propiedad privada. Quiere decir que cada uno de los agentes acepta que el objeto que lleva su contraparte es de aqu�l. Ninguno de los dos va a investigar de d�nde, cu�ndo o c�mo lo obtuvo el otro. En tercer lugar, cada uno act�a de manera racional, es decir, tratar�n de obtener lo m�s a cambio de ceder lo menos. En cuarto lugar, se sienten libres de negociar, presentar sus propuestas y regatear. Si la negociaci�n llega a un acuerdo, hacen el intercambio, el QUID PRO QUO. Es importante resaltar que una vez que han acordado el precio, ya no pueden moverlo, pues eso generar�a un problema. Por ejemplo, si acordaron tres naranjas a cambio de dos peras, a la hora de hacer el trueque no puede dar solo dos naranjas por dos peras. Un comportamiento as� significar�a un rompimiento de contrato. Romper contratos es una de las fuentes de violencia.

Nuestros dos agentes se encuentran en un lugar y en un tiempo. Originalmente nadie establec�a el lugar donde se pod�an hacer los intercambios.

Ahora ya podemos definir lo qu� es un mercado. Se compone de dos individuos que desean intercambiar, hacer trueque o usar el dinero; dos bienes, en un tiempo y en un lugar. El mercado se crea cuando los agentes llegan a un acuerdo en la tasa de intercambio y realizan el Quid pro Quo. En cuanto los bienes cambiaron de manos, se acab� el mercado. Los agentes se dan la vuelta y cada uno se va satisfecho por la operaci�n realizada. �Cu�nto tiempo dura el mercado? Se puede decir que menos de lo que dura un suspiro.

Otra manifestaci�n del mercado es cuando acudimos a una tienda donde los productos est�n etiquetados con la cifra que el vendedor pretende obtener. Los clientes ven el objeto, lo miden, lo huelen, lo acarician y deciden si lo compran o no. El due�o de la tienda, por muy poderoso que sea, no puede obligar a que el cliente lo compre. Es una operaci�n libre y voluntaria, es mercado.

La idea de mercado no se reduce al intercambio de bienes y servicios de manera libre y voluntaria entre los individuos. Tambi�n se puede observar en el campo del amor. En efecto, cuando un hombre habla a una mujer para convencerla de que se case con �l sin que haya violencia ni coacci�n, y la mujer est� en completa libertad para negarse, es posible que se est� formando un mercado. Si la dama accede, se form� el mercado y todos felices, si se niega, no se form� mercado y nadie debe reclamar.

As� pues, la idea de mercado recoge la relaci�n civilizada entre los hombres, relaci�n de libre y voluntario acuerdo exento de toda coacci�n y violencia. Es una relaci�n que solo se puede dar, hasta donde se sabe, en la humanidad, no se ha visto que los perros, las hormigas u otros animales hayan aprendido a negociar para hacer trueque o comercio de bienes y servicios. Si los hombres no se relacionan mediante el mercado, la alternativa es una relaci�n de violencia, coacci�n y dominio del m�s fuerte contra el m�s d�bil. Se le puede llamar relaci�n de antimercado. El ladr�n que te despoja de la cartera, el que enga�a dando gato por liebre, el ladr�n de autos, el falsificador de billetes, el que impone un impuesto, todas estas actividades son anti-mercado. Por supuesto, las relaciones anti-mercado son ajenas al trato civilizado entre los hombres y terminan destruyendo a la sociedad.

El dinero
Despu�s de haber surgido la instituci�n Propiedad Privada, de manera l�gica y espont�nea nace otra instituci�n: el dinero. Nadie lo plane�, surgi� de manera espont�nea, producto de la acci�n de los hombres libres.

�Qu� es el dinero? Es un instrumento que sirve para facilitar el intercambio. Este instrumento no ser�a necesario si los hombres siempre tuvieran coincidencias de intereses. Uno tiene arroz y quiere ma�z y el otro tiene ma�z y quiere arroz. En este caso basta ponerse de acuerdo en la tasa de intercambio, por ejemplo, tres kilogramos de arroz a cambio de dos kilogramos de ma�z; hacen el trueque y cada quien se va contento a su casa.

El problema surge cuando se encuentran dos agentes que no coinciden en sus demandas: uno tiene frijol y quiere trigo el otro tiene trigo y quiere ma�z. No pueden hacer trueque pues no hay coincidencia de necesidades. La soluci�n es buscar a un tercer agente que pueda hacer posible el intercambio, es decir, buscan a alguien que tenga ma�z y ande buscando ya sea frijol o trigo.

El acto de andar buscando a un tercer agente que pueda facilitar el intercambio tiene sus costos, esfuerzo y tiempo. Puede ser que lo encuentren, pero tambi�n puede ser que no coincidan. Asumamos que, en efecto, se encuentran. Ahora uno de ellos tiene que ceder; har� intercambio con algo que no es precisamente lo que andaba buscando pero que le sirve para negociar con el tercer agente. En el gr�fico se muestra que quien tiene arroz quer�a frijol; el que tiene frijol quiere ma�z; el que tiene, ma�z quiere arroz. La soluci�n es, por ejemplo, que quien tiene frijol acepte el arroz, que no es lo que andaba buscando pero que le servir� para hacer trueque con el que tiene ma�z.

Bastaba con que uno de ellos actuara de manera flexible y previsora para resolver el problema. Ahora los otros hacen un intercambio sencillo y todos contentos.

El bien que se us� para un tercer paso es el germen del dinero. Pero sirvi� solo para facilitar una operaci�n y despu�s desaparecer.

El origen del dinero
Pensemos en una sociedad de diez personas, cada uno con algo qu� ofrecer a los dem�s y tratando de conseguir lo que tienen sus pr�jimos. Pongamos etiquetas a los bienes B1, B2,�B10 y H1, H2, �H10 son los hombres que concurren al “mercado”, es decir, al centro de intercambios.

Es comprensible que no todos quieren y necesitan lo mismo. Cada hombre desea en diversos grados lo que tienen los dem�s. Cada hombre tiene distintas preferencias. Se puede construir una matriz de preferencias.

Se observa que el bien m�s preferido es el B9. Quiere decir que puede utilizarse ese bien como moneda o dinero ya que es m�s probable que lo puedan aceptar los otros individuos, seg�n se�ala la matriz de preferencias. Ese bien es posible que sea cacao, sal, plata u oro. El caso es que tiene m�s posibilidades de ser intercambiado. As�, si alguien lleva pl�tanos y quiere calabazas, puede ser que no localice al que lleva las calabazas, pero estar� dispuesto a cambiar por B9, pues es el bien que es demandado por muchos y probablemente por el que lleva calabazas. En una econom�a m�s compleja, donde hay m�s bienes ofrecidos, lo que se convierte en dinero es aqu�l bien que no es perecedero, qu� sea f�cilmente transportable y divisible. Es como se llega al oro como medio de cambio, es decir, dinero.

As� pues, el dinero es una instituci�n que surge como producto de una econom�a de propiedad privada donde los individuos tienen completa libertad de elegir e intercambiar. En una sociedad sin propiedad privada, no puede surgir la instituci�n dinero pues la gente no puede intercambiar nada si nada le pertenece.

El patr�n oro
Es importante se�alar que aquello que aquello que adquiere la caracter�stica de dinero tiene que ser algo que no sea abundante. El aire nunca podr�a ser dinero. Adem�s, debe ser divisible a fin de que se pueda usar en la adquisici�n de diversos bienes en la cantidad necesaria. Pero tambi�n debe ser lo m�s compacto posible para que se pueda transportar f�cilmente. Debe ser lo m�s ligero posible de tal forma que se lleve de manera discreta. Y finalmente debe ser poco variable en cantidad. Si se usara un bien que en determinadas fechas abunda y luego escasea, los agentes tendr�an dificultades en valorar ese bien, pues algunas veces tendr�a mucho poder adquisitivo y otras, menor.

Las caracter�sticas mencionadas (no abundante, divisible, compacto, ligero, constante) hicieron que el oro fuera el mejor candidato. Es f�cil imaginar que la gente comerciaba con bolitas de oro de distinto peso. Bolitas de un gramo, cinco gramos, cien gramos, un kilogramo para operaciones m�s fuertes. De las bolitas se habr� pasado a los discos de distinto peso y luego a las monedas con distintos dibujos en alto relieve. No falt� el rey o pr�ncipe que ofreci� sus servicios de acu�ar monedas con la cara del monarca y a todos les pareci� buena idea. El comercio dom�stico y for�neo se desarroll� muy bien contando con este medio de intercambio. Pero tambi�n aparecieron los defraudadores que en lugar de oro puro lo combinaban con otros metales, o en lugar de que la moneda fuera de diez gramos la hac�an de ocho y le imprim�an que era de diez: o bien, aquellos que con una lima le quitaban un poco de cada moneda y con ese polvo de oro creaban una nueva moneda con poder de compra. Sin considerar estas triqui�uelas, el dinero oro funcionaba de manera muy estable para facilitar los intercambios. Pr�cticamente el poder adquisitivo era tan estable que se pod�a comprar lo mismo hoy que dentro de 20 a�os.

Empero, llevar una bolsa con monedas de oro ten�a ciertas incomodidades por el peso y volumen. Esto se resolvi� dejando el metal en resguardo de una persona o negocio quien le extend�a un recibo por la cantidad del metal �ureo. Llevar un recibo de papel era m�s pr�ctico que dos kilogramos de oro. En seguida se invent� el fraccionamiento, de tal suerte que en lugar de un recibo de dos Kg de oro, se ped�a un recibo de un kilogramo y dos recibos de 500 gramos, y as� circulaban recibos ligeros, f�cil de guardar, de transportar y de atesorar. Estos recibos se transformaron en billetes de distintas denominaciones. Todos usaban estos recibos o billetes pues sab�an que estaban respaldados por el oro guardado en la bodega y que lo pod�an reclamar en cualquier momento. Salvo fraudes y falsificaciones, el patr�n oro funcionaba muy bien.

Sin embargo, el oro no est� exento de algunos problemas:

1. Si se llega a descubrir una gran mina de oro, quiere decir que pierde algo de su caracter�stica de ser escaso. Distorsiona los precios y pudiera ser que fuera sustituido por la plata o por otro metal que conservara las caracter�sticas mencionadas.

2. Podr�a ser que la industria utilizara el oro como materia prima y se llegara a dar el caso de que desapareciera todo el oro y eso dificultar�a los intercambios, el comercio.

3. Tambi�n tiene el problema del “atesoramiento”. La gente podr�a esconderlo debajo del colch�n y generar as� una escasez artificial.

Estos defectos del oro se resolvieron cuando surgi� otra instituci�n importante de la econom�a: el billete o papel moneda. Por cierto, es la fecha y todav�a es un misterio saber administrar la instituci�n dinero de manera correcta.

�C�mo surge el papel dinero?
La gente que ten�a m�s oro-dinero del que necesitaba ten�a desconfianza de tenerlo en casa pues alguien se lo pod�a robar. En el poblado hab�a gente, quiz�s comerciantes acaudalados que inspiraban confianza para dejarle el oro en resguardo. El comerciante le extend�a un recibo que amparaba la cantidad de oro guardada. Seguramente alguien que pose�a ese recibo quiso hacer una transacci�n y ofreci� el recibo como pago. Quien los recib�an lo tomaban con toda la confianza pues sab�a que amparaba una cantidad de oro.

A principios del siglo XX hab�a en los Estados Unidos m�s de dos mil bancos privados que emit�an sus propios d�lares y no hab�a problema alguno. Los billetes de un banco eran diferentes a los de otro. Pero la gente los aceptaba bien porque sab�an que estaban respaldados con oro. Bastaba llevar los billetes al banco para que le dieran la cantidad del metal �ureo correspondiente. La emisi�n de d�lares estaba sujeta al patr�n oro.

Si una naci�n posee oro en su territorio, basta poner una regla, digamos cada vez que llega un gramo de oro se emite una unidad monetaria, llam�mosle peso. Otra naci�n puede emitir sus propios billetes con una regla equivalente un gramo de oro = una lira, y as�.

�Qu� pasar�a en un pa�s que carece completamente de oro? Cualquier bien que hayan usado como dinero, se puede billetizar, es decir, convertir en papel moneda, en billetes. Claro que tendr�an, en primera instancia tener en bodega el bien representado para que se pueda redimir en cualquier momento. As�, los billetes pueden representar conchas o plumas de pavorreal y la gente duerme tranquila mientras sepa que sus billetes pueden ser cambiados por las plumas o las conchas.

Ahora bien, qu� sucede si el hombre que guarda el metal lo usa para otros menesteres, incluso desaparece completamente de la bodega. Mientras la gente no se d� cuenta, seguir�n us�ndolo para sus transacciones como si todo estuviera normal. El problema se manifestar�a en cuanto alguien quisiera redimir los billetes y el banquero le negara la operaci�n. Seguramente los dem�s ciudadanos tratar�an de rescatar sus conchitas y todos recibir�an la misma respuesta: “no hay”.

Pero si nadie se entera que ya no existe el respaldo, la econom�a puede seguir funcionando como de costumbre. A este hecho le podemos sacar algunas lecciones:

1. En realidad, no importa el objeto o los objetos que sirvieron de respaldo para la creaci�n del papel dinero, es decir, de los billetes, certificados o garant�as certificadas. El patr�n oro, patr�n plata o patr�n plumas solo son como el vientre para dar luz a algo que va a ser como el ox�geno para la econom�a: el dinero papel, tan fundamental para una econom�a de libre mercado para facilitar los intercambios libres y voluntarios.

2. El papel dinero gana la confianza de la gente en cuanto se ve que conserva su poder adquisitivo. La gente se acostumbra a usar esos papeles o billetes y casi nadie va a reclamar el oro que le respalda. En otras palabras, se puede prescindir del patr�n oro, plata o cualquier otro que sirvi� de respaldo para los billetes creados. Las econom�as se desarrollar�n sin tropiezos a�n si desapareciera todo el metal en la bodega y nadie entra en p�nico para reclamar el metal. Pero claro, si se corre el rumor de que alguien rob� el metal, generar�a un p�nico de resultados insospechados.

3. El papel dinero, sean certificados o billetes se pueden estandarizar en billetes de distintas denominaciones: de uno, dos tres cinco, diez mil, sin que aumente la cantidad de dinero en esa econom�a. As�, puede ser que la masa monetaria se componga de un mill�n de pesos, pero puede haber una cantidad enorme de billetes, sin aumentar la cantidad de dinero.

4. Se puede dar exclusividad a una sola imprenta para que imprima los billetes y los conserve en buen estado. Quiere decir que prender� la imprenta solo para reponer los billetes viejos.

5. Tambi�n la imprenta puede fraccionar los billetes, es decir, un billete de mil pesos lo puede cambiar por mil billetes de un peso, pero debe quemar el billete de mil pesos. As�, habr� m�s billetes, pero se mantendr� fija la masa monetaria de la econom�a.

La instituci�n “dinero” tiene sus propias leyes. Es como la gravedad, que si no se aprenden las leyes que la rigen puede causar da�os irreparables. Alguien puede pretender desafiar la ley de la gravitaci�n universal y aventarse desde el piso diez. Lo menos que puede pasar es que se rompa la cabeza. Igual pasa con las leyes del dinero. De hecho, han ca�do grandes imperios por no comprender a esta importante instituci�n.

Leyes del dinero

1. Estabilidad. Lo que se use como medio de cambio tiene que ser algo cuya cantidad se estabilice en alg�n momento. El oro sirvi� bastante bien en su momento pues, aunque no se estabilizaba en su cantidad, aumentaba lentamente. Podemos recordar ese episodio de la Corona Espa�ola, cuando se descubre Am�rica y empiezan a fluir cantidades considerables del metal �ureo proveniente de las colonias. Los precios se empezaron a distorsionar en Espa�a y fue uno de los factores para la ca�da del imperio espa�ol. Esto quiere decir que el dinero tiene que divorciarse de la fuente que le dio origen. Esto se logra cuando se crea el papel dinero. Digamos que si por la monetizaci�n del oro ya hay un mill�n de pesos (o cualquier otra cantidad en la econom�a), la sociedad, el banquero o alguien debe tomar la decisi�n de estabilizar la masa monetaria. Quiz�s esta pol�tica la pudiera tomar la imprenta que se hab�a dedicado a imprimir un d�lar por cada gramo de oro. La bastar�a anunciar que ya no cambia oro por d�lares. En ese momento el oro penetra al mercado de metales preciosos y se cotizar�a seg�n las leyes de la oferta y la demanda. El banco o la imprenta ya no tendr� la obligaci�n de canjear billetes por d�lar, pero tambi�n, desde ese momento ya no se imprime un d�lar para canjearlo por un gramo de oro. El minero simplemente lo ofrece al mejor postor a cambio de billetes.

2. El mercado de metales preciosos dar�a el precio real o de “mercado” del oro, plata u otro metal. En ese mercado se reflejar�a la verdadera demanda del oro, la cual responder�a al gusto, capricho o necesidad de la gente o de la industria.

3. La imprenta, que emit�a d�lares seg�n la cantidad de oro que llevaban los mineros, de pronto posee algunas toneladas del metal amarillo y que no son de su propiedad. Pudiera darse el caso de que todos los que tienen billetes van a la imprenta a cambiar sus billetes por el supuesto oro que lo respalda. Aqu� entra una decisi�n pol�tica de desvinculaci�n. Su billete de cien d�lares ya no equivale a cien gramos de oro, sino a cien billetes de un d�lar. O bien, en lugar de recibir cien gramos de oro por un billete de cien, solo recibe 75 o 50 gramos. Igual, llegan los mineros y ahora, en lugar de recibir un d�lar por un gramo, la imprenta solo le ofrece 75 centavos de d�lar. Se est� formando el mercado del oro. Se Incentiva o desincentiva la producci�n en las minas de oro. Pudiera ser que la imprenta solo ofrece 25 centavos de d�lar por cada gramo, el oferente tendr�a que acudir a otros mercados que le pudieran dar mejor precio o dedicarse a otra actividad.

4. Obs�rvese que cuando se rompe la regla de emisi�n de un d�lar por cada gramo de oro se evita que la gente se dedique a una actividad que tiene algo de artificialidad. En efecto, la gente se dedicaba a sobreexplotar las minas solo porque estaba segura de poder tener billetes inmediatamente al llegar a la imprenta. As� se impulsaron grandes migraciones hacia el oeste de EEUU, muri� mucha gente persiguiendo el sue�o dorado. En realidad, hab�a una especie de demanda artificial. Y esto se daba por no comprender la naturaleza del dinero.

5. Una econom�a basada en el patr�n oro es naturalmente inflacionaria. Esto es porque la producci�n de oro no se detiene, aunque no crece a voluntad de una autoridad. Si de la mina se extrae mucho oro, quiere decir que habr� mucha producci�n de billetes que entran en circulaci�n a la econom�a. El efecto que produce esa emisi�n es la p�rdida del valor adquisitivo de la unidad monetaria, del d�lar, o del gramo de oro, como quiera verlo, por ser equivalentes.

6. En este punto estamos considerando que la imprenta tiene la obligaci�n de imprimir nuevos d�lares conforme llega m�s oro a las bodegas. Pero pudiera ser el caso de que los mineros no est�n obligados a llevar su oro al domicilio de la imprenta, sino que pueden cambiarlo con cualquier ciudadano que tenga billetes disponibles. En ese momento, tambi�n se estar�a generando inflaci�n pues hay un incremento de medios de pago.

7. Desligada la emisi�n de billetes de la producci�n del oro. La gente tiene que confiar en esos billetes que son recibidos como si fuera metal �ureo y que nadie tiene la facultad de modificar a capricho el valor de la unidad monetaria.

Pronto la poblaci�n se da cuenta que no hay problema en utilizar los billetes y de que puede comprar oro u otros bienes sin ning�n problema.

Cuando la emisi�n de billetes se desliga del oro, se dice que se ha abandonado el “patr�n oro”. Desde ese momento, el precio del oro se determinar� por la oferta y demanda. Es posible que un d�lar pueda comprar un gramo, dos o cinco de oro; o tal vez solo la mitad de un gramo. Puede ser que se descubran grandes minas de oro y, por tanto, la oferta supera a la demanda. En tal caso, es posible que el precio del oro baje. En fin, los precios se saben hasta que se saben, es decir, hasta que se realizan las transacciones. Las fluctuaciones de precios ser�n tan normales como de cualquier mercanc�a.

�Puede trabajar una econom�a con una masa monetaria de un mill�n de d�lares? Estamos hablando de una situaci�n especial donde la masa monetaria es fija, de un mill�n de d�lares y no se produce m�s dinero ni se quema ning�n billete. La respuesta es afirmativa, la gente seguir� produciendo y consumiendo normalmente. Los precios pueden variar seg�n los cambios en los gustos o caprichos o conforme las temporadas. Si es tiempo de naranjas quiz�s un d�lar se cambia por tres kilogramos, en tanto que si ya no es tiempo de esta fruta, un d�lar quiz�s solo consiga un kilogramo. Pero son los movimientos propios del mercado y no hay nada de qu� preocuparse. Si los gustos de la gente cambian de tal manera que ahora quieren consumir toronjas, es decir, crece la demanda, el precio subir� y es una excelente se�al para que los productores se decidan a plantar toronjas a fin de satisfacer a los clientes y tener ganancias.

Innovaci�n y nuevas tecnolog�as
El hombre siempre trata de mejorar sus procesos de producci�n. Descubre o inventa nuevas tecnolog�as que tendr�n impacto en producir m�s utilizando menos recursos. Por ejemplo, puede ser que normalmente se produc�an mil pares de zapatos y alguien inventa un proceso para producir dos mil pares. Lo m�s probable es que ante una oferta mayor, el precio baja, la gente va a decidir comprar dos, tres o m�s pares para su uso. �En qu� porcentaje baja? Es una pregunta que nadie puede contestar. Lo �nico que se puede garantizar, con un bajo porcentaje de error, es que el precio baja ante una oferta mayor que la demanda. Igual va a ocurrir con otros productos que introducen nuevas tecnolog�as. El hecho de que se incremente la oferta de bienes o de que se incremente la productividad por las nuevas tecnolog�as o de que aumente la poblaci�n no conforman un buen motivo para incrementar la masa monetaria. Ante estos fen�menos, simplemente, la econom�a sufrir� un proceso deflacionario. Pero nadie se quejar� pues el consumidor sentir� que su dinero rinde m�s; el empresario incrementar� sus ventas al ofrecer productos m�s baratos y de mejor calidad. Calcular� su tasa de ganancia y decidir� si es rentable seguir en el negocio o cambia de giro. Otros productores, quiz�s los que no integran nuevas tecnolog�as, tengan que cerrar sus negocios y otros m�s sentir�n que pueden aprovechar la oportunidad para entrar a la competencia.

Deflaci�n es el proceso en el cual los precios se comprimen, es decir, bajan. Dicho de otra manera, es que la unidad monetaria incremente su valor, su poder adquisitivo es mayor. Especialmente lo sentir�n quienes tienen ingresos fijos pues conforme se integran las innovaciones a los procesos de producci�n ver�n que d�a a d�a les rinde m�s su salario.

Todo lo dicho tiene como base una masa monetaria fija. Los precios van cayendo conforme pasa el tiempo. Algunas industrias nacen, otras desaparecen. Es la din�mica propia de una econom�a capitalista y no es pretexto para alterar la masa monetaria.

Masa monetaria fija, es la soluci�n.

�Puede una econom�a de mercado funcionar bien si solo hubiera un mill�n de d�lares en circulaci�n? Unos niegan categ�ricamente que la masa monetaria deba estar fija. Seg�n ellos, impedir�a el desarrollo de la econom�a. Otros dicen que es aceptable que crezca un tres por ciento, que es el porcentaje en que crece la poblaci�n. Otros m�s afirman que se puede y se debe imprimir todos los billetes que sean necesarios a fin de resolver los problemas de pobreza, escasez y desempleo.

Dinero y billetes no es lo mismo
El dinero es la instituci�n que surge como una consecuencia de la libertad de los individuos para intercambiar bienes u objetos. Su manifestaci�n extrema son los billetes que son usados libremente por los individuos con la plena confianza de que ese papel impreso podr� servir para adquirir lo que se desea, es decir, tendr� completa aceptaci�n de parte de los otros hombres.

Sin embargo, el dinero se puede pervertir, destruir y eventualmente desaparecer. Las consecuencias pueden ser muy funestas para cualquier econom�a que no sabe administrar bien a esta instituci�n.

Se�oreaje. Con este nombre se�alaremos a la impresi�n de nuevos billetes que se ponen en circulaci�n. Por ejemplo, si la econom�a ya funciona con un mill�n de d�lares y se imprime un d�lar m�s para que ahora haya 1,000,001 d�lares, quiere decir que se hizo se�oreaje por un d�lar. Tambi�n se dice que se est� inflando a la econom�a con nuevos billetes.

Procesos de transferencia
En realidad, cuando se imprimen nuevos billetes para ponerlos en circulaci�n se generan procesos de transferencia de riqueza. Quiere decir que el billete nuevo, que antes de imprimir no ten�a ning�n poder adquisitivo, nadie se atrev�a a cambiar por un caramelo, pero cuando ya pas� por la imprenta ocurre un milagro, ya tiene poder adquisitivo, ya puede comprar una cajetilla de cigarros. Ese billete increment� la demanda de cigarros y, en consecuencia, se incrementa el precio. Por otro lado, el trabajador que tiene salario fijo acude a la tienda y encuentra que ya no puede comprar la cajetilla de cigarros como antes, ahora tiene que pagar m�s o regresar con las manos vac�as. Perdi� poder adquisitivo su dinero y seguramente culpar� al tenedero por haber aumentado los precios. En s�ntesis, con el dinero ocurre algo semejante que con la materia y la energ�a. Es un principio de la f�sica que dice: la materia no se destruye ni se crea, solo se transforma. En el tema monetario podemos decir: el poder adquisitivo del dinero no se crea ni se destruye, s�lo se transfiere. Y m�s a�n, el poder adquisitivo que gana quien recibe el billete nuevo es igual a la suma del poder adquisitivo que pierden los dem�s individuos. Por esta raz�n es que se dice que hacer se�oreaje, es decir imprimir billetes, es un robo.

Pero no hay que confundir: Una cosa es producir dinero y otra producir billetes. Una vez que se ha desligado la producci�n de circulante con el patr�n oro, plata u otros objetos y est� funcionando en la econom�a una cantidad de billetes, esos billetes representan a la instituci�n dinero y se tiene que reconocer sus caracter�sticas intr�nsecas.

Abandonado el patr�n oro y con la pol�tica de masa monetaria fija, ya no se puede producir dinero, pero se pueden producir billetes. Un billete de un d�lar se puede “partir” en un mill�n de billetes cada uno con valor de un millon�simo de d�lar. Por supuesto, se debe quemar el billete de d�lar a fin de que no se genere se�oreaje. Esto quiere decir que se tiene una econom�a con una cantidad inmensa de billetes pero sigue funcionando con un mill�n de d�lares. Esta caracter�stica de divisibilidad es de mayor nivel que si se usara oro f�sico, pues aunque tambi�n es divisible pero ser�a impr�ctico tener un microgramo de oro.

As� pues, cuando se llega al dinero papel, se ha logrado crear una gran instituci�n. Pero esa instituci�n se puede pervertir y eventualmente destruir.

�C�mo se destruye el dinero?
Para comprenderlo mejor podemos decir que el dinero es como una bola de algod�n, que tiene un peso fijo pero su volumen puede ser variable. Podemos hacer que ese kilogramo de algod�n quepa en una lata de Coca Cola o adquiera el volumen de un barril de petr�leo. De hecho, puede tomar incluso el volumen del mundo entero y aun conservando un kilogramo de algod�n. Algo as� es el Stock monetario fijo. En estas circunstancias, la unidad monetaria conserva su poder o incluso lo mejora por efecto de las innovaciones tecnol�gicas. Pero, si se rompe la regla de oro en el tema monetario y se empieza a inyectar dinero -de un mill�n se le sube a un mill�n cien, es decir, un se�oreaje del 10%-, el efecto que tendr� es un incremento de precios que se va extendiendo como las olas en un estanque de agua. A la larga, es posible que se refleje en un incremento promedio del 10% en los precios de los productos. Algunos bienes aumentar�n m�s y otros menos. Pero el efecto del se�oreaje no solo se refleja en el incremento de precios.

Distorsi�n de precios relativos
Si por efecto del se�oreaje se incrementaran todos los precios en el mismo porcentaje, posiblemente no ser�a tan pernicioso el efecto. El problema es que causa una distorsi�n en los precios relativos. Es porque los nuevos billetes no se reparten uniformemente sino que llegan primero, digamos, al empleado que va a la tienda a comprar cigarros, es un sobredemanda de este producto lo que provoca un incremento en su precio. Este incremento es una se�al que llega al productor de cigarros y le induce a comprar m�s maquinas, contratar m�s trabajadores y comprar m�s materia prima. Pero cuando se detiene el se�oreaje, la demanda se cae y el empresario queda endeudado con m�quinas que no utiliza, trabajadores de m�s y materia prima que no se procesa. Est� metido en problemas y ahora tiene que despedir a los trabajadores y quiz�s cerrar pues no puede pagar sus deudas. Pero como el incremento de precios no es uniforme, habr� productos que casi no cambian de precio, otros aumentan en la mitad del porcentaje promedio y quiz�s otros m�s reduzcan su precio. El mercado se ha desestabilizado con respecto al funcionamiento natural, es decir, sin se�oreaje.

El se�oreaje tambi�n causa da�os econ�micos a la banca pues puede destruirla en poco tiempo. Ya lo veremos m�s adelante.Por ahora basta decir que el dinero es una instituci�n muy delicada y que debe estar vigilado por expertos que sepan bastante del tema monetario.

Valor de la unidad monetaria
El hecho de que se tenga un stock monetario fijo no implica que el valor de la unidad monetaria sea constante. De hecho, var�a por efecto de las innovaciones tecnol�gicas que inciden en una mejora de la productividad. Y su variaci�n es positiva, es decir, incrementa su poder adquisitivo. Una bicicleta que hoy cuesta cien d�lares, dentro de 10 a�os puede ser que cueste 50 d�lares o menos. En otras palabras, se ver� un efecto deflacionario donde los trabajadores y los que tienen sus ahorros en el banco y a�n bajo el colch�n ver�n que su poder adquisitivo se incrementa con el tiempo.

Monopolio del dinero
Cuando reg�a el patr�n oro se pod�a fabricar billetes siempre y cuando estuvieran respaldados por lingotes de oro en las b�vedas de la imprenta. Pero se consider� que estar�a mejor en una instituci�n respetable y de confianza y surgi� la banca central. Era un banco de bancos. Se le encarg� ser el �nico que pod�a emitir billetes y todos los billetes emitidos antes se cambiaron por los de este banco. As� nace en 1913 el Fondo de la Reserva Federal (FED) o Federal Reserve System para Los Estados Unidos de Am�rica, en M�xico se funda el Banco de M�xico (1925) y as�, cada pa�s tiene su propio banco central.

Panam� no tiene su propio banco central, pero est� bajo la administraci�n de la FED pues maneja el d�lar americano como su moneda de curso legal.

Se le da el monopolio a la banca central para que sea el �nico que pueda imprimir billetes. Si lo hiciera alguien que no es la banca central se dice que est� falsificando dinero y merece penas muy severas y con justa raz�n pues es un robo al que recibe el billete y luego se lo rechazan o a toda la poblaci�n si entra por siempre en circulaci�n. �Y qui�n le da el monopolio? Puede ser un acuerdo social o una acci�n del gobierno que se fundamenta en la vigilancia de que nadie da�e la propiedad privada del ciudadano.

Dinero virtual
El dinero virtual es la siguiente etapa de la instituci�n dinero. Todos los individuos podr�n vender o comprar con dinero virtual. Los trabajadores recibir�n su pago mediante transferencias a sus tarjetas de d�bito. Podr�n comprar o pagar impuestos mediante sus tarjetas. El gobierno recibir� impuestos de cada ciudadano y solo podr� gastar lo que se le haya abonado.

El proceso para pasar de dinero f�sico a dinero virtual consiste en que un banco recibe los billetes y los abona a la tarjeta de d�bito. Acto seguido, el banco tiene que quemar esos billetes f�sicos, es decir, destruirlos para que no entren en circulaci�n e incrementen la masa monetaria.

La ventaja de la tecnolog�a es que detecta de manera instant�nea cuando alguien quiere hacer una transacci�n por m�s de lo que tiene en su tarjeta y en ese momento impide la transacci�n. Por supuesto, tambi�n habr� tarjetas de cr�dito donde el usuario sabe que tiene un l�mite y una obligaci�n de pagar el pr�stamo m�s los intereses. Y sabe tambi�n que no cumplir se hace acreedor de sanciones que pueden ser desde embargos hasta c�rcel. Parece cruel, pero as� debe funcionar el sistema, por el bien de la sociedad.

�Es posible hacer se�oreaje, es decir, crear m�s unidades monetarias cuando se usa el dinero electr�nico? La respuesta es afirmativa. Basta que una cuenta no tenga candados para gastar o para abonar a otras cuentas. Es el caso de un gobierno que tenga que pagar la n�mina de sus empleados. Sin que tenga el respaldo de recursos recaudados por impuestos, abona a la cuenta de cada trabajador. Estar�a aumentado la masa monetaria y con todas las consecuencias que ya vimos cuando se emiten m�s billetes. Por tal raz�n es que el gobierno no debe tener el control ni la administraci�n del dinero y solo debe gastar lo que estrictamente le depositan los contribuyentes.

Este fen�meno de se�oreaje virtual tambi�n se podr�a dar con agentes privados. Una empresa o un particular que no tuviera l�mites en sus cuentas bancarias podr�a generar dinero virtual con todas las nefastas consecuencias.

El se�oreaje virtual representa uno de los m�s grandes desaf�os en virtud de que hay gente muy capacitada y fuera de control para penetrar en archivos secretos. Sin embargo, el conocimiento avanza y seguramente se encontrar�n soluciones que no pongan en riesgo a los sistemas. La clave est� en que los gobiernos o los particulares no tengan posibilidades de gastar m�s de lo que tienen en sus cuentas bancarias. Los bancos, por su parte, tendr�n que ajustarse a brindar cr�ditos sin excederse de lo que tengan en su cuenta. Es decir, no puede dar cr�ditos de la nada, pues tendr�n el reclamo dinerario apenas hayan otorgado el cr�dito. En otras palabras, se observar� una mayor disciplina monetaria.

Conclusi�n
El patr�n de masa monetaria fija, sea con billetes f�sicos o virtuales es la respuesta m�s acabada que evita problemas indeseables en el desarrollo de una econom�a debido a un mal manejo de pol�tica monetaria. Se evitan los problemas inflacionarios que provocan los gobiernos que irresponsablemente imprimen dinero para sus proyectos fara�nicos o pol�ticas populistas. Su aplicaci�n requiere entender el fen�meno monetario y tener la decisi�n pol�tica para aplicarlo.

Bibliograf�a
Hayek Friedrich von. La desnacionalizaci�n del dinero.
Mises Ludwig von. La acci�n Humana.
Milton Friedman. Libertad de Elegir.
Selguin A. George. La libertad de emisi�n del dinero bancario. Ediciones Aosta.S.A.