Defino al Estado de Derecho, en una primera aproximación, como el gobierno de las leyes, no de los hombres, por más que sean los hombres quienes hacen las leyes. Son las leyes las que nos ponen al amparo de los caprichos de los hombres. ¿Qué se debe hacer? Lo que la ley dice, no lo que el hombre quiere. La ley permanece. Lo que el hombre quiere cambia. La gran ventaja de la ley es que nos da seguridad, de entrada la jurídica: aquí se hace lo que la ley dice, no lo que el hombre, que puede ser el gobernante en turno, quiere.

El Estado de Derecho degenera en Estado de chueco cuando se hace, no lo que la ley dice, sino lo que el gobernante quiere. Si hay Estado de Derecho hay seguridad jurídica. Si hay Estado de chueco, que surge cuando el gobernante viola la ley, lo que hay es inseguridad jurídica, una de las peores inseguridades que puede haber.

Lo anterior viene a cuento porque AMLO le pidió a Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México, que se adelante la entrega, al gobierno federal, de los remanentes de operación (las ganancias obtenidas por las operaciones cambiarias que lleva a cabo el banco central) correspondientes al 2020, petición propia, no del Estado de Derecho, sino del Estado de chueco.

Leemos, en el comunicado oficial del Banco de México, referente a la reunión en la cual AMLO hizo la petición, que “se destacó la importancia de observar el procedimiento y los tiempos en materia de remanentes de operación del Banco de México previsto en su propia ley”, es decir, se subrayó la importancia de respetar el Estado de Derecho, de cumplir la ley, en concreto el Art. 55 de la Ley del Banco de México, en el cual leemos que el banco central “deberá entregar al Gobierno Federal el importe íntegro de su remanente de operación una vez constituidas las reservas previstas en esta Ley, siempre que ello no implique la reducción de reservas provenientes de la revaluación de activos”, y que “dicha entrega se efectuará a más tardar en el mes de abril del ejercicio inmediato siguiente al que corresponda el remanente”, en este caso abril del 2021.

Este abril se entregarán los remantes de operación del año pasado, pero los remanentes que se generen este año, que se calculan en unos 400 mil millones de pesos (curiosamente la cantidad de recursos “adicionales” a la que AMLO se ha venido refiriendo), deberá entregarse, por ley, hasta abril del año entrante, ley que debe cumplirse ya que, de no ser el caso, el gobierno federal estaría violando la autonomía del Banco de México (diciéndole qué debe hacer), autonomía que debe preservarse, y el Banco de México estaría violando el Estado de Derecho (haciendo lo que la ley le prohíbe), Estado de Derecho que también debe mantenerse.

Preocupa que AMLO pretende, ¡una vez más!, violar el Estado de Derecho.