«Gran sabiduría. Paz. Desarrollo económico, político, social y cultural. Legado de suma importancia.» Preguntaron en el radio a Alberto Anaya, del PT, por qué declarar algo así. Respondió, entre otras cosas: «Norcorea nunca nos ha invadido ni nos quitó la mitad del territorio.»
El Partido del Trabajo lamentó la muerte del sátrapa de Corea del Norte, y en la misma semana en que murió el segundo monarca de esa dinastía rete popular y harto proletaria murió el grandioso liberal checo Vaclav Havel. El PT no publicó una condolencia.
Mañana, 16 de febrero, es cumpleaños de Kim Jong il, el grotesco dictador de Corea del Norte, quien probablemente también celebrará que le ganó la partida a ese desafortunado comisario de paz que ha tratado de ser George W. Bush.