Hugo Chávez se merece el homenaje que le hicimos en Cartagena, y muchos más. Porque en estos diez años de mando, que vino a celebrar, ha logrado maravillas que nadie menospreciaría.
Cuando pudo situarse a la cabeza del enriquecimiento humano de este continente, Venezuela ha malgastado cuanto le dio la Providencia en todas las torpezas, los excesos y las corruptelas de su dictador de opereta.