Los médicos cubanos han sido siempre instrumentos de una estrategia guerrera y expansionista del castrismo. Son obligados a dejar a su familia en Cuba y son castigados con no volver a verla y no entrar de nuevo a la isla si desertan del programa.
La amenaza mundial ya no es el comunismo ni las plagas que alguna vez casi destruyeron el continente europeo. La amenaza real son esos movimientos integrados por gentes cuyas conductas ya no respetan las mínimas reglas de convivencia social, ni los derechos de sus semejantes.
Con morena en el Ejecutivo y con su abrumadora mayoría en el Congreso, no habrá frenos ni contrapesos para resistir la brutal campaña de adoctrinamiento que se nos viene.