El tema de los indocumentados es una papa caliente para los políticos de Estados Unidos. Por un lado no quieren perder el voto hispano; por otro podrían quedarse sin el anglosajón.
No debería sorprendernos que un siquiatra del ejército estadounidense, acantonado en una base militar donde atendía soldados que van a una guerra irracional e inútil, mate a 13 personas y deje heridas a otras 30, como sucedió el pasado jueves 5 de noviembre en Fort Hood, Texas.
Muchos de los que apoyan la guerra contra las drogas realmente no les interesa acabar con el narcotráfico porque al prolongarse la guerra se benefician enriqueciéndose.
No se puede seguir repitiendo la historia ni en Colombia, ni en México, ni en ningún otro país de Latinoamérica. Hay que cambiar de estrategia y la legalización podría ser una opción saludable para la sociedad. La guerra más grande se debe librar contra la drogadicción.
Por ahora, no es el momento más adecuado para buscar el sueño americano, porque de la ilusión se puede transitar sin darse cuenta a la pesadilla americana. Si a pesar de mis recomendaciones, los suyos o usted, persisten obsesivamente, eso es masoquismo, más que masoquismo es ser idiota.
¿Son las mañaneras del presidente López Obrador propaganda gubernamental y como tal debe ser suspendida su transmisión íntegra, o ello sería un acto de censura por parte del INE?