Al abandonar la oposición los palacios del poder, el ISIS mexicano y sus verdugos de siempre, han regresado con sus guadañas afiladas para continuar la carnicería. Y lo más ridículo y triste, regresan ungidos por nuestra nueva democracia.
Aunque la Constitución de Estados Unidos deja claro que la declaración de guerra es responsabilidad del Congreso, en la Casa Blanca se trata de desviar la atención de Irak a Irán y el presidente Bush nos da a entender que poco le importa lo que la gente piensa y dice hoy porque la historia lo reivindicará.