Yo no se ustedes qué piensen, pero yo no reconoceré a Italia como campeón del mundial de futbol. Impugnaré el resultado ya que estuvo muy cerrado. Tan solo por un gol de diferencia y el penal se falló por menos de 5 centímetros de la línea. Además, me parece muy sospechoso que Italia haya empatado el partido cuando todos vimos claramente que Francia iba ganando. Así que exigiré que se revise gol por gol, minuto por minuto y portería por portería, para saber realmente quien ganó el mundial. Además, de acuerdo a mi conteo, Italia falló más penaltis que Francia, así que exijo a la FIFA que respete mis resultados. En este momento, ningún equipo puede decirse ganador ni proclamarse Campeón del mundo. Por lo tanto, respetuosamente le solicito al equipo de Italia y a sus seguidores se abstengan de realizar celebración alguna y regresen la copa hasta que se aclare esta situación.

¡¡Únete a mí!! Vamos al zócalo y al Museo de Louvre y defendamos el triunfo de La France.

Tu amigo,

Andrés Manuel (“el Peje”).

Pd. Si no se logra el cometido, exigiremos que se anule la final.

Me fue enviada a mi correo electrónico y, aunque desconozco al autor de tan atinada parodia, me parece una deliciosa ironía de la actual coyuntura electoral.

No es posible que López pretenda burlarse de nuestra inteligencia. Al igual que las elecciones, en la final del mundial, todos los aficionados a este deporte (aún los no aficionados, que por curiosidad se contagian de la fiebre mundialista) testificamos, sea físicamente ó a través de los medios electrónicos, el triunfo de Italia en penales. Por supuesto, a quienes no les gusta el estilo de juego de este país, detestaron este resultado, pero lo tuvieron que aceptar, pues la evidencia, testimonio de aficionados, el sello arbitral y lo contundente, los goles anotados vs los goles fallidos, dieron el triunfo a Italia. Lo mismo pasó con las elecciones en México.

A diferencia de 1988, en estas elecciones existió un árbitro imparcial (aunque tenga defectos perfectibles), monitoreado por cerca de un millón de ciudadanos apartidistas y, por supuesto, por representantes de cada uno de los partidos. Sin lugar a dudas, y eso lo reconocen aún los analistas que respaldan a López, el funcionamiento de la estructura del IFE fue impecable a nivel nacional.

Además existen nuevas metodologías para comprobar quién fue el ganador en número de votos. Desde el Programa de Resultados Preliminares (PREP), conteos rápidos, encuestas privadas de salida y, lo principal, el conteo distrital en donde se coteja acta por acta para ver quién obtuvo el mayor número de votos. Todos estos métodos coincidieron: Calderón obtuvo el mayor número de votos. Si esto no fuera suficiente, hubo además observadores internacionales de probada reputación moral que ratificaron la limpieza con la que se llevaron a cabo las elecciones. Pero, no nos confundamos, López no ha perdido la razón. Se trata de un político que no es demócrata, ni tampoco de izquierda y que añora convertirse en emperador vitalicio de México, al igual que los viejos dictadores comunistas. No nos confundamos, López no aceptará su derrota porque no es un demócrata; es un político acostumbrado a llegar al poder violando flagrantemente la ley.

En este espacio liberal (y sus prolegómenos) desde hace ya algunos años hemos señalado el peligro que en materia económica y política representa López para México.

Increíblemente, después de estos años, algunos periodistas de izquierda (que férreamente defendieron a López del desafuero) también comienzan a darse cuenta de ello. Vaya que les llevó tiempo sacudirse las neuronas y entender de una vez por todas por qué López en realidad no es más que un Mesías tropical (como atinadamente lo definió Krauze) que de juarista no tiene nada. Más bien, su comportamiento, sus ideales, se parecen a las del fascista Tomás Garrido Canabal, que gobernó Tabasco al estilo del fascista italiano Mussolini, en los años treinta       del siglo pasado.

Bueno, probablemente les lleve (a los periodistas de izquierda) otros años entender las mentiras e ilegalidades con las que este político se conduce, y que nada tienen que ver con un izquierdista moderno, sino que más bien sus actos se parecen a la combinación de las prácticas políticas de la nomenclatura del viejo y desaparecido partido comunista soviético, en conjunción con el populismo priísta al más puro estilo echeverrista-Lópezportillista. Sí, ése es López, y sus mentiras se empiezan a derribar.

Ya varios analistas en este espacio han señalado cómo ha mentido de manera reiterada el excandidato de la Coalición Por el Bien de Todos.

Bueno, ahora que sus mentiras de fraude se caen una a una, ya López comenzó a embrutecerse (tal vez haya alguna droga de por medio) y no le importa atropellar en su camino a sus propios correligionarios a los que ha acusado de corruptos. Ya luego les “caerá el veinte” a los mismos miembros de su partido y se darán cuenta de las “locuras” de este Mesías. Cuauhtémoc Cárdenas simplemente se les adelantó a estos bisoños de las huestes obradoristas.

Videos supuestos de fraude manipulados torpemente, acusaciones de corrupción, señalamientos de traición a la democracia dirigidos al Presidente Fox, acusaciones a la prensa internacional, llamados a movilizaciones de los grupos más radicales del PRD, descalificación institucional al IFE y al TRIFE, acusaciones de complot a los empresarios y medios de comunicación, amenazas de demanda penal contra el Presidente Consejero Electoral, etc., son señalamientos de López que buscan encender los ánimos de sus seguidores y confundir a la ciudadanía. Por fortuna, las pruebas de que sus afirmaciones son falsas y que se caerán rotundamente en el Tribunal Federal Electoral empiezan a ser visibles, aún para los más radicales de su grupo.

Como empiezan a aparecer las inconsistencias jurídicas de López, ahora la estrategia es crear un clima de desconfianza y apelar a la llamada nulidad abstracta, para que el TRIFE termine anulando la elección. Ahora la estrategia es decir que hubo inequidad y manipulación del Ejecutivo de programas sociales para beneficio electoral. Pero nuevamente la evidencia contraria a López.

López señala que fue víctima de la inequidad y que los programas sociales del gobierno fueron utilizados para condicionar el voto de los más pobres a favor de Calderón.

La semana pasada el diario Milenio (afín a López, aunque menos que la anquilosada izquierda que publica La Jornada) publicó cifras del IFE en donde contundentemente se señala cómo en las regiones más pobres, que es a donde llegan la mayoría de los subsidios federales del Programa Oportunidades, el voto no favoreció a Calderón, sino a López. En todo caso quien le hizo competencia a López fue Madrazo. Mileno señala que los municipios más pobres están ubicados en los estados de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz (esto se puede comprobar revisando la página del INEGI). En estos estados se encuentran los 100 municipios más pobres del país. De estos 100 municipios, 76 fueron ganados por López Obrador, 18 por Madrazo, y sólo 6 por Calderón. Se cae nuevamente la acusación de López de la manipulación de los programas sociales a favor de Calderón.

No, que López no se burle de nuestra inteligencia. Que no venga ahora el Sr. López a quejarse de inequidad; ya no se acuerda de cómo él usó recursos de los contribuyentes del DF para instrumentar políticas populistas y con ello manipular a distintos grupos sociales, ahí sí para obligar a los beneficiarios a votar por el PRD. López se queja de que el presidente Fox se unió a la campaña de Calderón (más por las declaraciones de Fox que en los hechos), pero se le olvida cómo Alejandro Encinas usó todo el aparato gubernamental a su alcance, para, desde declaraciones (en eso sólo tal vez fue comparable a Fox) hasta anuncios pegados en paradas de autobús, medios de transporte público en general, pasando por la coacción de los empleados del GDF, apoyar la candidatura de López. A López se le olvida que desde hace más de 5 años, hizo campaña intensa (sus mañaneras y extrañas conferencias de prensa) a diario para su candidatura. No se quiere acordar que también se gastó sumas millonarias en campañas televisivas, en donde incluso tuvo un programa exclusivo con paleros para apoyarlo. No nos engañemos, López juega con patrañas. En su demanda jurídica al TRIFE no pide tampoco que se revise la totalidad de los votos (sabe bien que eso no lo aprobaría el Tribunal) sino unas 55 mil casillas (de un total de poco más de 130 mil). Claro, en su discurso sigue López hablando de revisar todos los votos. Incongruencia nuevamente. López no aceptará el fallo del TRIFE y en su caso (el más optimista) sólo bajaría las manos bajo protesta, amenazas y descalificaciones.

No, Sr. López, no se burle de los ciudadanos. Las pruebas son contundentes y si no las acepta, y quiere incendiar al país, tal vez su destino sí sea la cárcel.