El progreso económico, definido como una mayor producción, de mejores bienes y servicios, para un mayor número de gente (lo cual supone trabajos productivos para todos, e ingresos suficientes para la satisfacción, por lo menos, de las necesidades básicas), no es el resultado de la casualidad, sino de la causalidad. La ventaja con la que cuentan los países con gente sobreviviendo en la pobreza es el ejemplo de aquellos países que, en mayor medida que el resto, han ido resolviendo el problema de trabajos improductivos e ingresos escasos, causas directas de la pobreza.

Entre las causas del progreso económico encontramos, siempre, la formación, acumulación y proliferación de capital, y la multiplicación de la actividad comercial. En ello no existe ningún misterio. El capital, desde el financiero hasta el físico, está compuesto por todos los medio destinados a la inversión, desde el dinero (capital financiero) hasta las construcciones, la maquinaria y el equipo (capital físico), siendo la inversión todo gasto cuyo fin es producir más y mejor. Por su parte, la actividad comercial es la que hace posible, en una economía basada en la división del trabajo, que lo oferentes vendan lo que producen, y que los demandantes compren lo que necesitan, compra – venta que beneficia a ambas a partes, siendo siempre un juego de suma positiva.

¿Qué relación existe entre la formación, acumulación y proliferación de capital, y la multiplicación de la actividad comercial? La formación, acumulación y proliferación de capital tiene como fin, por medio de la inversión, producir más, mayor producción de mercancías que requiere, evidentemente, de la multiplicación del actividad comercial. En una economía basada en la división del trabajo se produce para vender, y se produce más (previa proliferación de la inversión) para vender más (posterior expansión del comercio).

Las economías que han logrado mayores grados de progreso son capitalistas (forman, acumulan y proliferan capital) y comerciales (expande, en vez de contraer, la actividad comercial). Capitalismo y comercio forman parte, indispensable, de la fórmula del progreso económico, por lo que limitar la formación, acumulación y proliferación del capital, así como la multiplicación de la actividad comercial, es tanto como limitar las posibilidades de progreso económico.

Dicho lo anterior, ¿qué podemos decir de la pinta aparecida en una barda, en Oaxaca, que textualmente afirma: “Turistas go home, Oaxaca anticapitalista”? Que, de hacerse realidad la intención expresada, se limitará la actividad comercial (¿qué otra cosa, sino actividad comercial, generan los turistas?), así como la formación, acumulación y proliferación del capital (¿qué otro resultado puede dar una Oaxaca anticapitalista?) ¿Y qué sucederá si se limitan la formación, acumulación y proliferación del capital, y la actividad comercial? Que se limitarán las posibilidades de progreso económico, es decir, las oportunidades de producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente.

Hay que tener presente que la inversión (que siempre es, por definición, inversión de capital) tiene dos facetas. La primera es la producción de bienes y servicios, la segunda la creación de empleos y generación de ingresos. La primera hace posible más mercancías en el mercado; la segunda que más gente sea capaz de comprarlas, todo ello producto del capitalismo y el comercio, binomio al que se opone la mentada pinta, con relación a la cual no resta más que una pregunta: ¿fue escrita por un maestro? Si la respuesta es afirmativa, ¡pobres alumnos! ¿Qué les estarán enseñando en las clases de ciencias sociales?