Hacer cumplir las leyes es muy caro, tardado, complejo e incierto. Los problemas de la propiedad y de nuestras leyes nos atan y no nos dejan dar el salto hacia el desarrollo.
La presente
crisis poselectoral y las reacciones del gobierno y
de los políticos son la muestra del poco respeto que hay en el país hacia las
instituciones y las leyes, dando por descontando que no existe ningún tipo de
cumplimiento forzoso o el temor a tomar las decisiones correctas en materia de
seguridad pública. A fin de cuentas nadie paga nada por no hacer que las leyes
se cumplan, o lo que es lo mismo, nadie paga por el incumplimiento de
contratos, así en el sector público como en el privado.
Así como en
el gran espectro México es un país donde las leyes son letra muerta, lo mismo
pasa cuando bajamos al mundano nivel empresarial. Los ejemplos abundan, desde
los costos para registrar una propiedad y que ni teniendo los papeles de
registro tenemos la seguridad absoluta de que nuestra propiedad es nuestra,
hasta la certeza que no se despide personal porque uno la tiene perdida en
cuanto nos pongan una demanda laboral o el que quebrar una empresa sea casi
imposible, lo mismo para conseguir un préstamo o liquidar una deuda.
Un solo
estudio como el Doing Business
de Banco Mundial, la coincidencia es amplia contra los otros rankings de competitividad, muestra que México está muy por
debajo incluso de su lugar global (73/155) en cuanto a la dificultad de
contratar y despedir trabajadores (125) protección de inversionistas (125),
cumplimiento de contratos (100) o Registrar la propiedad (74). Los hallazgos
son impresionantes, por ejemplo el registro de una propiedad en nuestro país
acarrea cinco trámites, demora en promedio 74 días y tiene un costo de 5.3% del
valor de la propiedad, comparado con Canadá (4 en el ranking global) hay más
trámites 6, menos días 10 y un consto mucho menor, 1.7%, tres veces más bajo. Lo
mismo pasa si vamos a la protección para inversionistas, México tiene un índice
bajo de 3.2 sobre 10 mientras que el país del norte lo tiene de 8.7. El caso del
cumplimiento forzoso de contratos, es decir cuando tenemos que reclamar el
cumplimiento a la justicia pues nos va realmente fatal, nos tardamos en promedio
421 días, nos cuesta el 20% del valor de lo reclamado y tiene unos 37 trámites.
El gran problema es entonces que en este país pocos tienen la seguridad de que
lo suyo es suyo y que pueden pagar para defenderlo ante las reclamaciones de
alguien, con razón o no.
Los efectos
de esto son muy claros, cada vez más contratos se litigan fuera de México, en
cortes de Estados Unidos principalmente, luego están una cantidad de
inversiones que no se realizan porque no hay las condiciones de seguridad de la
inversión, esto deja de lado los argumentos de la estabilidad macro o las
condiciones de mano de obra o geográficas, otro efecto es la dificultad y el
costo para obtener un crédito, pues las garantías nunca son suficientes y el
riesgo siempre termina por subir las tasa por arriba de las condiciones
internacionales.
Y todo esto
a pesar de los esfuerzos para tener mejores reglas de protección de
inversionistas o para hacer más fácil las quiebras o para tener registros de la
propiedad más eficientes. En estos temas ha faltado coordinación pues mientras
estados como Aguascalientes tienen registros comparables a los de los países de
Por todo es
que hacer cumplir las leyes es muy caro, tardado, complejo e incierto, lo que
nos lleva a pensar en la necesidad de un cambio, de ahora sí una política
nacional para aliviar estos problemas, si no lo hacemos estaremos condenados a
competir en otra liga, no en la que nos corresponde por el tamaño de la
economía o de nuestro comercio exterior, los problemas de la propiedad y de
nuestras leyes nos atan y no nos dejan dar el salto hacia el desarrollo.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.