Los subsidios a productos agrícolas nunca han ayudado a los grupos de menores ingresos, sino a poderosas mafias de productores que mediante esos mecanismos han amasado grandes fortunas.
Al analizar las causas y
los efectos de los subsidios a productos agrícolas en Estados Unidos, Europa y
Japón, queda claro que en ninguno de esos países han ayudado a los grupos de
menores ingresos, sino a poderosas mafias de productores que mediante esos
mecanismos han amasado grandes fortunas.
En Estados Unidos son
conocidos los millones de dólares que gastan en "lobbys"
los productores de granos. En Europa, las uniones de productores agrícolas
destinan enormes sumas para lograr el apoyo a los subsidios de legisladores y
funcionarios. También costean protestas callejeras y cierre de vías de
comunicación para exigir más subsidios, que salen de los impuestos de todos.
Diversos estudios y reportajes muestran la gran corrupción y desperdicio que
han generado los subsidios en Europa. Estos subsisten, no por una necesidad
social, sino por la presión de poderosos productores agrícolas y de grupos
políticos que los apoyan a cambio de votos.
En Japón, los productores
del arroz han logrado subsidios que les permiten amasar grandes fortunas a
costa de un irracional uso de la escasa tierra cultivable en ese país. Esas
políticas se han traducido en que los japoneses, aunque compran un arroz
relativamente barato, tienen que pagar altísimos precios por frutas, granos y
legumbres que tienen que importar, pues la mayoría de los campesinos
organizados en Japón, sin mayor esfuerzo, reciben buenas ganancias por sembrar
arroz. En Japón por un lado hay una sobreproducción de arroz y por otro una
gran escasez de frutas y legumbres. El gasto en alimentación de la mayoría de
los japoneses es de los más altos del mundo, en poco les beneficia el subsidio
al arroz.
A pesar de esas experiencias del siglo XX, todavía
por ignorancia o intereses políticos, muchos gobiernos siguen instrumentando
subsidios, que presionan hacia un mayor déficit presupuestal, generan
corrupción, especulación y el enriquecimiento de grupos de productores de altos
ingresos y de políticos que reparten los subsidios, quienes son los únicos
beneficiados con esas políticas.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.