No hay que confundir al árbol con el bosque o, cambiando de tema, no hay que confundir el precio de la tortilla con los precios del resto de los bienes y servicios ofrecidos en los mercados.

En los últimos días hemos leído y escuchado que el aumento en el precio del kilogramo de tortilla ha puesto en aprietos al Banco de México, y que la institución ha perdido el control sobre la inflación. ¿Qué tenemos? En el mejor de los casos opinadores mal informados, en el peor mal intencionados, ya que los hechos muestran algo distinto.

En enero el precio de la tortilla, en términos mensuales, aumentó 5.94 por ciento. ¿Mucho o poco? Comparemos con el mismo mes de años anteriores: 2001, 3.26 por ciento; 2002, 1.27; 2003, 1.66; 2004, 1.52; 2005, 1.54 y, 2006, 1.21 por ciento de aumento en el precio de la tortilla. El incremento promedio mensual en el precio de la tortilla, para el mes de enero, entre 2001 y 2006, fue 1.74 por ciento, ubicándose el 5.94 por ciento de aumento, en enero pasado, muy arriba de ese promedio.

Llegados a este punto hay que distinguir, ya que una cosa es que el aumento en el precio de la tortilla, en enero, haya sido considerable, y otra muy distinta que el Banco de México haya perdido el control sobre la inflación: no hay que confundir el precio de la tortilla con los precios de los demás bienes y servicios ofrecidos en los mercados, y menos con los precios de las mercancías que integran la canasta a partir de la cual el Banco de México calcula el Índice Nacional de Precios al Consumidor, que utiliza para medir la inflación: la tortilla de maíz es uno de los 313 bienes y servicios que integran dicha canasta. Vuelvo al inicio: No hay que confundir al árbol (el precio de la tortilla) con el bosque (los precios de los otros 312 bienes y servicios).

¿Qué efecto tuvo, sobre la inflación, en enero pasado, el aumento de 5.96 por ciento en el precio de la tortilla? Veámoslo. En diciembre la inflación mensual fue 0.58 por ciento. ¿Cuánto fue en enero? 0.52 por ciento. En diciembre la inflación anual fue 4.05 por ciento. ¿Cuánto fue en enero? 3.98 por ciento.

En enero, pese al importante aumento en el precio del kilogramo de la tortilla, la inflación fue menor, tanto en términos mensuales como anuales. ¿Podemos entonces afirmar que el Banco de México ha perdido el control sobre la inflación? Difícilmente. Entonces, ¿por qué tanta alharaca, al menos de parte de algunos opinadores? Una de dos: o por  ignorancia, o por mala fe.

Para completar la información. ¿Cuánto aumentó, en enero, en términos mensuales, el precio del maíz? 2.06 por ciento. ¿Y en cuánto se incrementó el de la masa de maíz? En 5.63 puntos porcentuales.

Para terminar. ¿Cuánto aumentó, también en enero, y también en términos mensuales, el precio de la tortilla de harina de trigo, sustituta en primer grado de la tortilla de maíz? 0.92 por ciento. ¿Y en cuánto se incrementó el del pan blanco, sustituto en segundo grado de la tortilla de maíz? En 1.56 puntos porcentuales. ¿Y el del pan de caja, que también es sustituto de la tortilla de maíz? En 0.35 por ciento. Así las cosas, el aumento en el precio de la tortilla de maíz, ¿supone la muerte por hambre de millones de mexicanos, comenzando por los más pobres?