El presidente Calderón se parece a uno de los “Reyes Magos” repartiendo regalos; a donde va ofrece un mayor gasto público. Miles de millones de pesos para la agricultura, otros tantos para la pesca, unos cuantos más para el ejército, otros millones adicionales para ampliar algún programa gubernamental sea Oportunidades, Procampo, campañas de vacunación, educación, salud; lo que se le ocurra. Y ante esta cascada de promesas de mayor gasto, le pide a los legisladores que pasen una reforma tributaria para que nos carguen, a esta parte de la población que ya pagamos un titipuchal de nuestro ingreso en impuestos, sea directamente con el ISR o indirectamente con los impuestos al gasto (IVA, IEPS) con aun mayores gravámenes. ¿Porqué los que ya pagamos una parte significativa del ingreso bruto que generamos en impuestos estaríamos dispuestos a pagar aun más?; ¿a cambio de qué?; ¿va a mejorar la calidad de la educación y de la salud producidos por el gobierno?; ¿van a sacar de pobres a los campesinos y pescadores solo dándoles mayores recursos públicos?; ¿dejarán de gastar las empresas recursos en servicios de seguridad privados porque hasta ahora el gobierno ha abdicado de su razón de ser?; ¿se mejorará la impartición de justicia?; ¿se podrá transitar en carreteras federales de mayor calidad? La respuesta a todas estas y muchas otras preguntas es un rotundo no. El sector público ya gasta casi el 25% del PIB y la aportación que este gasto hace al bienestar de la población es muy baja y gastar sólo más recursos sin cambiar el arreglo institucional, sin cambiar los incentivos, significaría desperdiciar aun mayores recursos de la sociedad.

¿Le vamos a destinar mayores recursos a la educación sin modificar el esquema de incentivos, uno que impide la competencia y la rendición de cuentas? Gastar solo más recursos, con este mismo arreglo institucional, significa sólo darle mayores recursos al SNTE y sus afiliados sin que ello se traduzca en una mayor calidad de los docentes, de las escuelas y del servicio educativo. ¿Le vamos a dar mayores recursos al IMSS para que se los apropie el sindicato con aun mayores prebendas sin que ello implique mayor calidad en la atención médica a los derechohabientes? ¿Le vamos a destinar mayores recursos al campo sin modificar de fondo el arreglo sobre los derechos de propiedad de la tierra solo para que los campesinos sigan produciendo en su milpa como lo vienen haciendo por los últimos cuatro siglos? ¿Le vamos a dar mayores recursos al sector energético para que se los apropien los grupos de interés como son los burócratas de estas entidades y los correspondientes sindicatos?

El presidente cambia, los altos funcionarios públicos cambian, los legisladores cambian pero al final todo sigue igual: siguen pensando que los problemas nacionales se arreglan con sólo gastar más. En lugar de ver y prometer en qué gastar más, deberían ver como mejorar el arreglo institucional y los incentivos para que cada peso gastado sea más productivo. Quizás entonces se podría pensar en gastar más; sólo quizás.