Las últimas semanas el mundo se ha visto convulsionado, vía los mercados financieros, por una gran epidemia destructiva producto de causas tan abundantes como los atrevidos que, sin los pelos en la mano, opinan incesablemente de lo que no saben. Lo que es un hecho indiscutible, es la activa operación de lo que el gran Shumpeter bautizara como La Creativa Destrucción de los Mercados. Mientras más avanza la revolución tecnológica y de la información, con más estruendo caen los muros de las prisiones que han contenido a los mercados durante tantos años.

Aun cuando las causas de este Tsunami pueden ser muy debatibles, lo que no lo es son los remedios que se han aplicado para contenerlo y, hacia donde dirijamos la mirada, claramente podemos observar las huellas de los perniciosos bancos centrales del mundo, especialmente las de la Creatura de Jekill Island, el banco central de los EU conocido como Fondo de la Reserva Federal instituido en 1913 en esa isla de la costa atlántica de los EU.

La semana pasada los bancos centrales del mundo, en solo dos días, se dieron a la creación de 300,000 millones de dólares representados en deuda y dinero engendrado por ellos mismos ¿Por qué lo han hecho? Tal vez tenga algo que ver con los comentarios de Michael Nystrom cuando afirmaba: “El dinero se origina con deuda. He llegado a la conclusión que si todas las deudas fueran pagadas, no habría dinero y los bancos centrales lo confirman en estos momentos.”

Si no se estuviera creando más deuda, no habría dinero y, aun más, la inflación de precios tampoco existiría. Pero sin esa creación abundante de dinero y sin inflación, la artificial economía del mundo ya entrampada con ridículos impuestos, sistemas de bienestar social, guerra contra la pobreza, acumulación de pasivos, activos inflados y gobiernos dirigidos por políticos ignorantes y corruptos, se irían por el caño llevándose con ellos al resto de nosotros.

En esta era moderna de “reculada de los gobiernos,” sus operadores no se atreven a mirarnos a los ojos y simplemente notificarnos nos aumenta los impuestos. Sencillamente se introducen por las puertas de escape agregando esos impuestos y honorarios a infinidad de productos. Si alguien va a Nueva York, se dará cuenta de que el costo de un cuarto de hotel se multiplica 100% producto de los impuestos que se le acumulan. Los residentes de Florida se han visto agredidos por impuestos subliminales para la prevención de catástrofes provocadas por los huracanes. En México cada vez que compramos cualquier bien o producto, nos lo venden cuajado de impuestos.    

Sin embargo, esos incrementos subliminales no son nada comparados con los 300,000 millones de dólares que, como Jesucristo multiplicara el pan y los peces, los bancos centrales del mundo crearon la semana pasada en solo dos días. Ese número representa casi el 50% del PIB mexicano, más del 10% del presupuesto federal de los EU, casi el 1% del PIB mundial, $50 dólares por cada habitante de nuestro planeta… y se crearon en solo dos días. Pero a pesar de lo impactante de esa cantidad, es menos de los 450,000 millones de dólares que representan los glotones fondos de derivativos que se pasean alrededor del mundo con sus guadañas especuladoras.

Pero aun peor es la posibilidad de que todo este dinero recién creado, permanezca como parte del inventario monetario mundial y de su creciente deuda convirtiendo el escenario para la inflación verdaderamente aterrador puesto que, no existe un método conocido para drenar esta ridícula cantidad de liquidez inyectada al sistema monetario. Ello, como lo expresaba el gran Hayek, tendrá consecuencias inimaginables en los mercados financieros del mundo en los años por venir, y alguien tiene que pagar. Keynes estaría feliz en este entorno reafirmando; “en el largo plazo todos estaremos muertos.”

Emergen luego los defensores de estos hechos afirmando: “Contrario a las grises apariencias que podrían sugerir otra cosa, el FED no ha cambiado de políticas, tampoco está rescatando grupos de negociantes o el mercado de valores representando por hipotecas al adquirirlos de los bancos en una operación sin antecedentes. Aun cuando la magnitud es inusual y la manera tan ágil en que se estructuró, no debemos de apresurar juicios.”

Pero al analizar los 1,400 billones de dólares representando hipotecas ajustables estructuradas como “solo intereses” emitidos en los años 2005 y 2006, y los cientos de billones de hipotecas riesgosas en estos momentos vencidas y sin liquidar, la operación de 40,000 millones de dólares emitidos por el FED el primer día para la recompra de valores dados en garantía, pero con el compromiso de recompra de parte de los bancos “apoyados,” no puede ser etiquetada más que una más de las operaciones de rescate estilo FOBAPROA.

Es un hecho que una de las responsabilidades más importantes del FED es mantener la estabilidad de precios y la del entorno macroeconómico en general y, de esa forma, emerjan las condiciones financieras cabalgando sobre olas de aromas cercanas a la normalidad. Sin embargo, la prevención es el papel aun más importante del banco central y, sin lugar a dudas, debe estar preparado para inyectar liquidez al sistema cuando los mercados están en peligro. Pero antes de actuar impulsivamente ante los gritos de auxilio de especuladores, debe permitir ese colado de los mercados tan bien recomendado por Shumpeter pues el timing, es de neurálgica importancia.

En los años 70 Mike Millken revolucionó las finanzas mundiales con sus “bonos chatarra” abriendo la puerta de los mercados a empresas tradicionalmente vedadas creando verdaderos emporios. Como todo lo que corre riesgos, el mercado de Millken tuvo su ruda cita con ellos. Sin embargo, se permitió que los mercados encontraran sus propias soluciones y hoy día tales instrumentos son de los más populares y efectivos, habiendo iniciado y consolidado lo que se conoce como la democratización de los mercados.

En este nuevo mercado de las hipotecas riesgosas, debe de suceder lo mismo. Se aumentó el porcentaje de propietarios de casa en un 30% y es el gran logro de esta era. Dejen que los mercados—al colarse—encuentren las soluciones para esto que algunos han disfrazado de tragedia, para luego ser rescatados y pasar al cobro de sus apuestas aseguradas a través de sus “hedge funds.”