¿Qué tenemos con las nuevas reglas del juego electoral? Leyes injustas, Estado de chueco, abusos, violaciones, discriminación, partidocracia (solamente los partidos políticos podrán hacer uso de tiempo aire para hacer propagada política). Hoy es la libertad de expresión la que se ve limitada, mañana ¿cuál otra?
Las nuevas reglas del juego electoral prohíben, a los
particulares, contratar tiempo, en los medios electrónicos de comunicación,
radio y/o televisión, para hacer propagando política, independientemente de que
sea positiva (a favor de algún candidato) o negativa (en contra), lo cual
muestra, uno, el poco respeto que la libertad de expresión le merece a los
legisladores encargados de redactar y promulgar las nuevas reglas del juego;
dos, la eliminación de una de las partes esenciales de la democracia, a saber:
la participación, por todos los medios a su alcance, del electorado en los
procesos electorales, participación que no debe limitarse a sufragar el día de
los comicios; tres, la aversión (¿miedo?) que esos legisladores tienen a la
crítica, al intercambio de puntos de vista, a la discusión; cuatro, la
violación a lo establecido en el artículo sexto constitucional, en el cual se
afirma que “la manifestación de las ideas no será
objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que
ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe
el orden publico” y, quinto, la discriminación entre periodistas y demás
ciudadanos, punto en el cual centraré la atención, partiendo de la siguiente
pregunta: ¿por qué yo – periodista – sí, y usted – lector; ciudadano -, no?
Vamos por partes.
Como periodista tengo “acceso” a los medios de comunicación
- periódicos, revistas, radio y televisión -, y ese “acceso” me permite, en
tiempo de elecciones, hacer propaganda política (sí: propaganda política), al
examinar, criticar o defender las propuestas de los candidatos, parte esencial
del trabajo del periodista que se dedica al análisis económico y/o político,
examen, crítica y defensa que es, precisamente, lo que lectores, televidentes y
radioescuchas esperan de uno.
Yo, como periodista, tengo “acceso” a los medios y, por lo
tanto, la posibilidad de analizar, criticar y defender, entre otras cosas, las
propuestas de los candidatos en tiempos de elección (es más, ¡para eso me
pagan!), con lo cual hago propaganda política, no en calidad de miembro de
algún partido político, o de seguidor de algún candidato, sino como periodista,
comprometido, ¡únicamente!, con la verdad (lo que es) y con mis principios (lo
que creo debe ser).
Como periodista, no como político, hago política, hago
propaganda política, y la hago en los medios, tal y como la estoy haciendo en
este momento, algo que usted, lector, en su calidad de ciudadano, y dadas las
nuevas reglas del juego, no puede hacer. Esas reglas no le reconocen a usted el
derecho de, si le diera la gana (en pleno ejercicio de su libertad), y tuviera
con qué hacerlo (dinero para pagar el tiempo aire en radio y/o televisión), de
examinar, criticar o defender las propuestas de éste o aquel candidato a algún
puesto de elección popular. Las nuevas reglas del juego limitan su libertad de
crítica a la crítica de café, discriminando entre usted, ciudadano, y nosotros,
los periodistas, a quienes todavía (¿exagero?) se nos reconoce el derecho de
examinar, criticar o defender - candidatos, propuestas y programas -, en
tiempos de elección.
¿Qué tenemos con las nuevas reglas del juego electoral?
Leyes injustas, Estado de chueco, abusos, violaciones, discriminación, partidocracia (solamente los partidos políticos podrán
hacer uso de tiempo aire para hacer propagada política). Hoy es la libertad de
expresión la que se ve limitada, mañana ¿cuál otra?
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.