¿Qué caso tiene haber descabezado al IFE cuando al final los partidos han llegado al mismo callejón sin salida del 2003? Todo parece indicar que las mismas actitudes que sirvieron de pretexto para que el PRD no reconociera el resultado electoral del 2006 se mantendrán con la nueva reforma electoral.

Este pasado 13 de diciembre los coordinadores de las bancadas en la Cámara de Diputados optaron, a petición del PRD, por postergar la selección de los tres nuevos consejeros y el presidente del IFE para el próximo mes de febrero. Poco importó que las nuevas enmiendas constitucionales publicadas apenas un mes antes establecieran como fecha máxima para la designación de los consejeros ese 13 de diciembre. Los diputados optaron por desobedecer la letra de la Constitución que ellos mismos habían impulsado.

Lo peor de todo es que esta decisión de violar el mandato constitucional no ofrece perspectivas de que se vaya a romper el desacuerdo sobre los nuevos consejeros del IFE. Los diputados del PRD han señalado ya que sólo aceptarán la designación de Genaro Góngora Pimentel como nuevo consejero presidente. Según los perredistas, el todavía ministro de la Suprema Corte de Justicia es la única persona que puede garantizar un IFE independiente y confiable.

Los perredistas han optado al parecer por esta posición intransigente para apaciguar a un Andrés Manuel López Obrador que se pronunció en contra de la reforma electoral pero sólo de último momento, cuando ya las enmiendas constitucionales habían sido promulgadas y cuando estaba a punto de votarse la ley secundaria, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Una señal de la actitud de López Obrador quedó de manifiesto en su presentación de apoyo a Alejandro Encinas en su campaña por la presidencia nacional del PRD cuando dijo que la izquierda debe “dejar atrás el pragmatismo” y que la moderación no es más que un conservadurismo disfrazado.

En realidad López Obrador sólo está reiterando la estrategia que aplicó desde el 2003 y que lo llevó a rechazar cualquier participación en la designación de los consejeros electorales que se escogieron en ese entonces. Los diputados del PRI y del PAN tuvieron que votar solos y desde entonces el PRD asumió la posición de que si sufría una derrota en las elecciones presidenciales del 2006 sería por un complot que se había empezado a forjar con la designación de los consejeros del IFE.

Ahora, en el 2007, el PRI y el PAN accedieron ingenuamente a la exigencia del PRD de descabezar al IFE con el fin de lograr una reforma electoral. Pero ¿para qué? Simplemente para caer en el mismo juego del 2003. Ya el PRD dijo que no aceptará más opción que tener a Genaro Góngora como presidente del IFE. ¿Por qué? Por su cercanía con Andrés Manuel López Obrador y porque sus posiciones como ministro de la Suprema Corte han sido siempre cercanas al PRD. Si los otros dos partidos grandes no aceptan esta posición irreductible, una vez más tendrán que nombrar por sí solos a los nuevos consejeros del IFE. Y una vez más el PRD afirmará que cualquier derrota que pueda sufrir en los procesos electorales del 2009 y el 2012 se deberán a que hay un IFE ilegítimo.

Lo sorprendente del caso es que el PRI y el PAN hayan caído nuevamente en la misma trampa.