La pregunta, que con frecuencia nos hacen a los economistas por estas fechas, siempre me ha llamado la atención, sobre todo porque la misma supone, hasta cierto punto, negar la libertad y, por lo tanto, la responsabilidad, todo lo cual supone negar a la persona individual y diluirla en alguna colectividad impersonal.

Es por ello que la pregunta siempre me ha llamado la atención, porque supone que el futuro es un por venir, algo que nos sale al encuentro, ante el cual no nos queda más que reaccionar, y no, tal y como debe ser, un por hacer, producto de nuestras decisiones, elecciones y acciones.

Es por ello que la pregunta siempre me ha llamado la atención, porque supone que estamos, total y definitivamente, sujetos a una fuerza anterior y superior a nosotros, a la que algunas veces se le ha llamado destino, ante el cual el ser humano es un objeto inerte y no un sujeto actuante.

Bien, ¿y a todo esto cuál es la pregunta de marras, esa que, con frecuencia, sobre todo por estas fechas, nos hacen a los economistas, como si, además de ser tales, fuéramos adivinos? Esta es la mentada pregunta: “¿Cómo pinta el 2008?” o, un tanto cuanto personalizada, “¿Cómo nos pinta el 2008?” o, delimitando el ámbito del futuro, “¿Cómo nos pinta, en materia de economía, el 2008”?, pregunta a la cual yo respondo, resaltando la libertad  individual y la responsabilidad personal, con esta otra: “¿Cómo pintarás tú, en materia de tu actividad económica, tu 2008?”, pregunta que parte del hecho de que el futuro, si bien puede ser un porvenir, no lo es, ni total ni definitivamente, siendo también un por hacer; de que si bien hay fuerzas anteriores y superiores al ser humano, que como tales lo predeterminan, haciendo que el futuro sea, hasta cierto punto, una prolongación del pasado, también existe la fuerza de la autodeterminación, es decir, de las decisiones, las elecciones y las acciones, que hacen que el futuro sea, no solamente la continuación del pasado, sino también algo nuevo, distinto, mejor. Si no fuera así el progreso sería imposible y, ¡obviamente!, no lo es.

¿Cuál es la pregunta pertinente? “¿Cómo pinta el 2008?” o “¿Cómo pintaré el 2008”? La primera supone que el futuro es un porvenir frente al cual, en el mejor de los casos, solamente podemos adivinar, y por eso la pregunta: “¿Cómo pinta el 2008”? La segunda supone que el futuro es un porhacer, frente al cual lo que debemos hacer es decidir, elegir y actuar. De las dos, ¿cuál es la pregunta pertinente?

No faltará quien diga que, al final de cuentas, se trata de maneras de hablar, de lugares comunes propios de estas fechas y, seguramente, tienen razón. ¿Pero qué hay detrás de preguntas como las aquí analizadas? ¿Se trata, nada más, de maneras de hablar o, detrás de tales dichos, hay una manera de ser que niega la libertad individual y la responsabilidad personal, dándole prioridad a la predeterminación sobre la autodeterminación?

Claro que, en materia de economía, todo está relacionado, de tal manera que la actividad económica de cada uno está influenciada por las actividades económicas de los demás y, por ello, sujeta a influencias, tanto negativas como positivas, que están más allá de nuestro control. Todo ello forma parte de lo que, con toda propiedad, podemos llamar el entorno económico de la actividad económica de cada cual, pero ese entorno no lo es todo y, ni siquiera, lo más importante. Lo más importante es la actividad económica de cada uno y lo que cada uno hace, o deja de hacer, en ese ámbito, mismo en el cual lo que importa son las pinceladas que cada uno da.