El “no a la privatización” se ha convertido en un espantajo que manipulan demagógicamente quienes bajo ese lema mantienen privilegios y no rinden cuentas de los recursos públicos que utilizan.
El “no a la
privatización del petróleo”, “no a la privatización de la electricidad” y el “no
a la privatización de las universidades” son lemas que se han
utilizado como excusa para mantener monopolios, gastos sin comprobar y evitar una sana
competencia que se traduciría en mejores servicios básicos a los ciudadanos.
Lo que queremos muchos
mexicanos es que no se utilicen los recursos petroleros y eléctricos para
promover candidaturas ni apoyar partidos políticos y que exista una sana
competencia en esos sectores, que nos permitan escoger entre diversas opciones,
como en todos los países desarrollados del mundo.
El “no a la
privatización” se ha convertido en un espantajo que manipulan demagógicamente
quienes bajo ese lema mantienen privilegios y no rinden cuentas de los recursos
públicos que utilizan. Ni el gobierno del Presidente Fox ni el gobierno del
Presidente Calderón han planteado la privatización de PEMEX, de las compañías
eléctricas o de las universidades. Lo que han buscado los últimos cuatro
presidentes, incluidos dos priístas, es hacer eficientes y competitivitos a los
monopolios petroleros y eléctricos.
Para que
esos sectores sean competitivos es necesario que coticen en las bolsas una
participación minoritaria de sus acciones, que se puedan asociar, que se
permita, como en el 99% de los países avanzados y en los otrora comunistas, que
otras empresas también refinen petróleo y generen electricidad. Tratar de
legalizar esos cambios no es privatizar, sino modernizar, impedir que sigamos
importando cada día más refinados, que las reservas petroleras se sigan
reduciendo y aumentando los subsidios a las empresas eléctricas.
Los grupos “conservadores” de los
monopolios estatales, nacidos a la luz de obsoletas teorías marxistas que
justificaban el capitalismo monopólico de estado, mas grupos sindicalistas que
se han enriquecido a la sombra de los monopolios estatales, son quienes
presionan para mantener un “status quo”, que mantiene una cadena de
ineficiencias que nos hace cada día menos competitivos a nivel internacional,
con el consecuente impacto negativo en el crecimiento económico y en la
creación de empleos.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.