Veo a López
y sus secuaces actuar y tratar de secuestrar el progreso de los mexicanos, veo
a un PRI y un PAN tratando de llegar a acuerdos, pues con el PRD no hay nada
que hacer, pero sobre todo veo a “dos Méxicos,” el
primero representado por mexicanos arcaicos en su visión económica de país,
rodeada de intereses obscuros y, un segundo grupo minoritario de mexicanos,
pero con un enorme potencial de crecimiento, que creen en el libre mercado con
fronteras abiertas a todo el mundo, un grupo de mexicanos jóvenes que viven de
su esfuerzo diario en los mercados laborales privados.
A
continuación expongo los puntos de vista de ambos “Méxicos.”
Empiezo por el anacrónico.
La semana
pasada fue común oír en la zona centro de la Ciudad de México las siguientes expresiones: ¡Huelga
nacional!, ¡Sin maíz no hay país!, ¡Arriba el aborto!, ¡Abajo la ley del
ISSSTE!, ¡No a la privatización de PEMEX!, ¡Abajo el TLC!, ¡Muera el
neoliberalismo!, etc., todas reivindicaciones de nuestra “culta izquierda lopezobradorista,” que nada, nada tienen que ver con los
campesinos pobres de México. Sí, salieron los chantajistas a la calle, sí, esos
que nada tienen que ver con los pobres y sí en cambio con grupos sindicales
corruptos, con buscadores de rentas agrícolas (parásitos chupeteadores
que desean nuestro dinero para seguir siendo improductivos y por supuesto poder
quemar tractores en las calles), con seudo estudiantes y seudo profesores, con políticos
dinosaurios, ah, eso sí, todos seguidores del Mesías tropical.
Con ello se
dejan ver esos mexicanos idiotas económicos que, claro, no saben ganarse la
vida honestamente en el mercado. Este grupo es el que apoya a López y al PRD.
Para estos idiotas económicos el Estado debe:
- Subsidiar a todo mundo
empezando por los campesinos (en realidad se trata de subsidios a oscuras
organizaciones como la CNC
y el Barzón).
- Proseguir con los
ineficientes monopolios energéticos.
- Decretar aumentos
salariales de emergencia.
- Crear leyes especiales
que otorguen privilegios y tratos especiales a mujeres e indígenas.
- Crear toda clase de
aranceles y subsidios para “proteger a la industria nacional” de la
“nefasta competencia extranjera.”
- Consolidar más apoyo
(subsidios) a “canacintros” y “concaminos” para que la planta productiva nacional sea
más competitiva.
- Cancelar el TLC con EU y
Canadá, o ya de perdis, presionar para reabrirlo.
- Cancelar todo trato con
EU y acercarse intensamente con los gobiernos de Venezuela, Bolivia y
Cuba.
- Creación de más plazas
para profesores en todos los niveles educativos.
- Proseguir con las
ineficientes y onerosas leyes laborales.
- Subsidiar con más
recursos a los ineficientes IMSS e ISSSTE
- Otorgar más y más dinero
para la deficiente educación pública.
- Cobrar altos impuestos a
los más ricos para dizque redistribuirlos entre los más pobres.
- Impedir que llegue
inversión extranjera directa.
- Correr a todo lo que
huela a trasnacional.
- Garantizar un gasto
público cuantioso cuando haya recesión en EU.
- Expropiar las
propiedades de los que más tienen para “saldar” la deuda con los más
pobres.
- Garantizar que haya
igualdad de resultados (todos debemos ganar lo mismo).
- Crear nuevos elefantes
blancos al estilo de CONASUPO y BANRURAL
- Que hay cosas gratis en
la economía.
- Declararle la guerra en general
a todo lo que huela a mercado.
Sí, estos
son los grupos producto de décadas de pésima educación en todos los niveles.
Son la más pura expresión de un sistema corrupto que gobernó al país durante
más de siete décadas.
Las
consignas arriba señaladas son la receta ideal para proseguir en el
subdesarrollo eternamente. México ya aplicó varias de esas medidas y el
resultado fue funesto: monopolios estatales ineficientes y quebrados,
monopolios privados expoliadores del consumidor, endeudamiento masivo y
devaluaciones continuas. Eso sí, el pan de cada día era fuga de capitales, inflación,
estancamiento y pobreza, todos vocablos conocidos por los mexicanos que
nacieron antes de la década de los años noventa.
Los
mexicanos modernos y educados, que los hay sobre todo entre las nuevas
generaciones (y que son por desgracia aún minoría) piensan lo siguiente acerca
de lo que debe hacer el Estado mexicano:
- Evitar en la medida de
lo posible cualquier tipo de subsidio. De plano, si hay que darlos, deben
ser focalizados y temporales con un intenso monitoreo.
- Abrir al capital privado
a todas las ineficientes y corruptas paraestatales, comenzando por PEMEX.
- Fomentar una intensa
competencia entre los diversos sectores de la economía empezando por el
campo mexicano.
- Permitir que los
salarios suban únicamente en función de la productividad de los factores
de la producción.
- Evitar a toda costa los
salarios mínimos, pues no sirven para nada y en todo caso abusar de dicho
esquema podría crear desempleo.
- La inflación es creada
por los gobiernos y debe ser evitada a toda costa mediante un eficiente y
autónomo banco central.
- Evitar el endeudamiento
irresponsable y guardar disciplina en las finanzas públicas.
- Garantizar que la economía
esté abierta al mundo y en la mayor medida de lo posible dar la bienvenida
a verdaderos acuerdos de libre comercio.
- Crear un ambiente
institucional propicio que atraiga agresivamente inversión privada
extranjera.
- Garantizar que hombres y
mujeres, independientemente de su condición étnica y social sean iguales
ante la ley.
- Alejarse de dictadores
como Chávez y Castro e intensificar más relaciones con EU, Canadá y
Europa.
- Permitir a más
proveedores de medicina privada entrar a competir más libremente con los
elefantes blancos del IMSS e ISSSTE.
- Hacer que los burócratas
rindan cuentas claras sobre sus tareas.
- Tener un presupuesto
público austero en donde se asignen recursos a las necesidades más
urgentes.
- Proteger cualquier abuso
contra la propiedad privada de una persona.
- Abandonar lo más que se
pueda la producción de bienes privados y concentrarse en la calidad y
aprovisionamiento de los bienes públicos.
- Que nada es gratis en la
economía.
Sí, está
probado, el seguimiento de la mayoría de estos puntos lleva a las naciones a estadios
de desarrollo avanzados, a reducir la pobreza drásticamente (ojo, porque la
meta de pobreza cero es una estupidez, pues los seres humanos no somos iguales
y tenemos y cosechamos distintos talentos).
Ahí está la
visión de los “dos Méxicos,” el anacrónico que se
niega a morir, y el nuevo, que puja, pero que necesita darse más a notar para
no ser tragado por el primero. Ya veremos si queremos en serio entrarle al
desarrollo económico ó seguir siendo cachorros del desarrollo económico.