Con relación a las remesas, que son los dólares que mandan a sus familias los mexicanos que viven y trabajan en los Estados Unidos, dos son las noticias, una buena y una mala.

La buena: año tras año, en lo que va del siglo XXI, han crecido, desde 6 mil 573 millones de dólares, en el 2000, hasta 23 mil 979 millones en el 2007, siendo las remesas una de las principales fuentes de divisas para los mexicanos, inclusive superior al inversión extranjera directa, que en 2007 sumó 23 mil 230 millones de dólares. Sin embargo, la importancia de las remeses radica en lo que representan, en materia de ingresos, para muchas familias mexicanas.

La mala: a partir de 2004 el crecimiento ha sido cada vez menor: 35.2 por ciento en 2003; 25.2 en 2004; 20.6 en 2005; 15.1 en 2006 y solamente 4.0 por ciento en 2007. De mantenerse la tendencia, el crecimiento de las remesas llegará a ser negativo, con los efectos negativos que ello tendrá en el bienestar de muchas familias mexicanas, tal y como ya sucedió en enero.

Según datos del Banco de México, en enero las remeses sumaron 1 mil 653 millones de dólares, lo cual dio como resultado, con relación a enero del 2007, una caída de 5.9 por ciento y, con relación a diciembre, una baja de 8.6 puntos porcentuales. ¿Las causas? Cito la explicación que da el banco central: “i) la desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos y especialmente en la industria de la construcción, misma que representa una  importante fuente de ocupación para un número elevado de trabajadores de origen mexicano; ii) los mayores problemas que han enfrentado los trabajadores mexicanos para emigrar a Estados Unidos, ante una mayor vigilancia fronteriza en ese país; iii) las crecientes dificultades para que los migrantes indocumentados encuentren ocupación, ante controles oficiales más estrictos en los lugares de trabajo.”

Por lo pronto, en enero, el crecimiento de las remesas, tanto en términos anuales, como mensuales, fue negativo, con el efecto que ello puede tener en el bienestar de muchas familias, una parte de cuyo ingreso depende, de manera importante, de las remesas, tal y como lo muestran los siguientes datos: en enero el monto promedio de remesas enviadas fue 341.19 dólares, que equivalieron, al tipo de cambio promedio para ese mes, a 3 mil 657.25 pesos, que corresponden a 2.4 veces el salario mínimo, mismo que gana el 15 por ciento de la población ocupada, más o menos 6.5 millones de personas. Lo anterior quiere decir que para las familias que perciben de ingreso un salario mínimo, y que reciben remesas, estas pueden representar un aumento en sus ingresos de hasta el 100 por ciento. Tal es la importancia de las remesas para las familias de menores ingresos y es por ello que preocupa la tendencia hacia un crecimiento cada vez menor que, por lo menos en enero pasado, se convirtió en negativo.