Buenos Aires (AIPE)- Al máximo grado militar accedió mi abuelo materno por mérito profesional, no como Perón que llegó políticamente. Camaradas en el Colegio militar, compartieron muchas horas. Decía que su compañero, al que apreciaba, se volcó definitivamente al nazi fascismo al volver de la Italia de Mussolini.

Siendo Perón presidente habló con mi abuelo en varias oportunidades. Finalmente, el General de la Nación le pidió al presidente el ser relevado porque no coincidía con sus ideas antidemocráticas ni cometería la ironía de participar en un golpe militar. Falleció mientras Argentina se hundía en el fascismo, ideología militarista si las hay.

El Estado, jefe supremo, ordena militarmente a toda la sociedad y nada deja librado al "caótico" mercado, ni al "caos" de una democracia donde todos disienten: Congreso y jueces deben responder a las directivas.

En este ordenamiento jerárquico, empresarios y obreros se agrupan en verdaderas "brigadas militares" (las corporaciones: los sindicatos y cámaras empresarias). El mercado (las personas) no hablan por si mismas, sino "a través de las corporaciones" que son obligatorias (hoy los obreros son obligados a aportar dinero a los gremios).

"Orden" que es un diseño racionalista, del gobernante, que pretende suplantar al ordenamiento natural de las cosas. Intento que (¡contra la naturaleza no se puede!) termina en caos.

Perón fue echado por un golpe que, de suyo, tenía un vicio: era militarista, incapaz de desarmar el fascismo que, si bien fue suavizado, subsiste hasta hoy cuando los Kirchner lo reviven.

Mostrando la esencia militarista de su "democracia", Cristina Kirchner, al recordar la guerra de las Malvinas consideró que "sin Nación, sin industria, sin trabajo y sin democracia es muy difícil tener triunfos militares". Y como no existe ningún propietario, salvo el Estado central que concesiona propiedades, pidió a los agricultores que "se piensen como parte de un país, no como propietarios", cuando la propiedad es algo natural y, por tanto, todos deben quererla.

Al reciente paro agropecuario lo realizaron las corporaciones rurales hartas de un Estado que pretende cobrarles retenciones que, sumados a los demás impuestos, significa que el Gobierno se queda con más del 75% de sus ingresos. Los ruralistas cortaron rutas impidiendo el libre tránsito. Se extendieron los cacerolazos espontáneos y el gobierno respondió enviando a sus fuerzas de choque (sindicalistas y "piqueteros" oficialistas) que produjeron incidentes violentos.

Ante tanta espontaneidad popular, los Kirchner organizaron un acto en su propio apoyo al viejo estilo peronista: en Plaza de Mayo con organización corporativa.

Frente al desabastecimiento provocado por el accionar del ruralismo, el Secretario de Comercio aumentó la represión: por unos días prohibió la exportación de carne y le ordenó a un hacendado que "preparara la hacienda" enviándole cincuenta policías y obligando a camioneros a cargar el ganado.

Un eslogan del peronismo ha sido el del “asistencialismo estatal”, sin embargo, mientras que el Estado vía retenciones agropecuarias se queda con el equivalente a la alimentación para 120 millones de personas, nunca hubo tanta hambre en Argentina.

En 2007 cayeron en la pobreza 1,3 millones de personas, según la Sociedad de Estudios Laborales, subiendo el nivel de pobreza al 30,4% de la población. En promedio, el ingreso familiar per cápita habría tenido un aumento interanual del 22%, pero el valor de la canasta básica se elevó 37,5%, y no el 11,1% oficial.

El panorama empeora rápidamente. El paro agropecuario (que en cualquier momento recomienza) y el desabastecimiento que provocó, contribuyeron al aumento de la inflación, principalmente debido al aumento de 4% en la canasta básica. La proyección anual supera el 30%, el mayor índice inflacionario de la región, superando a Chávez.

Los Kirchner se irritaron con la prensa y la presidente Cristina lanzó el "Observatorio de Discriminación en los Medios", con el cual --según la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas-- el Gobierno pretende enmascarar el control sobre la prensa y  ve conspiraciones por todas partes. 

___* Analista político argentino.

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