Esta serie iba a ser, originalmente, de tres entregas, pero dado que el espacio no me alcanzó para exponer todo lo que considero debe exponerse sobre el tema, agrego una cuarta, y ahora sí última entrega, y comienzo retomando el ejemplo usado en las anteriores.

Supongamos, como punto de partida, las mercancías A, B y C, con precios de 5, 10 y 15 pesos, respectivamente, y una cantidad de dinero de 30 pesos, de tal manera que el precio promedio (que hace las veces de índice de precios) es de 10 pesos. Supongamos, en seguida, que aumenta la oferta de mercancías, incorporándose al mercado D a un precio de 2 pesos. ¿Qué pasa si la cantidad de dinero se mantiene constante? Que no hay dinero suficiente para comprar A a 5, B a 10, C a 15 y D a 2 pesos, razón por la cual si D se vende a 2 pesos A y/o B y/o C deberán venderse a un precio menor. Supongamos que A termina vendiéndose a 3 pesos. ¿Cuál será entonces el precio promedio? 7.5 pesos: 3 más 10 más 15 más 2 entre 4 igual a 7.5. En este caso hubo una deflación de 25 por ciento.

¿Qué se requiere para que, ante el aumento en la oferta de mercancías, se mantenga la estabilidad en el índice de precios, evitándose la deflación? La respuesta obvia es: que aumente la cantidad de dinero, ¡como respuesta al incremento previo en la oferta de bienes y servicios! Al sumarse D al mercado a un precio de 2 pesos, la cantidad de dinero debe aumentar en 2 pesos, de 30 a 32, de tal manera que sea posible pagar 5, 10 y 15 pesos por A, B y C, y 2 por D. En tal caso el precio promedio será ¡8 pesos!, por debajo de los 10 “de equilibrio”. ¿Qué pasó? Que el aumento en la cantidad de dinero no fue suficiente para “compensar”, con el fin de mantener estable el índice de precios, el incremento en la oferta de mercancías, por una razón muy sencilla: la oferta de mercancías aumentó 33.33 por ciento, de tres a cuatro, mientras que la cantidad de dinero lo hizo solamente al 6.7 por ciento, de 30 a 32. ¿En cuánto debió aumentar la cantidad de dinero con el objetivo de mantener estable el índice de precios? En el mismo porcentaje en el que lo hizo la oferta de las mercancías, 33.33 por ciento, de 30 a 40 pesos, cantidad de dinero que, independientemente de cuáles sean los precios, al dividirse entre cuatro da como resultado 10.

Supongamos, por el contrario, que la oferta de mercancías disminuye de tres a dos, quedándose en el mercado A y B, permaneciendo sin cambio, en 30 pesos, la cantidad de dinero. ¿Qué sucederá? Que los precios de A y/o B deberán aumentar. Supongamos que aumenta el precio de A de 5 a 10 y el de B de 10 a 20 pesos, ¿qué pasa con el precio promedio? Aumenta de 10 a 15 pesos - 10 más 20 igual a 30 entre dos igual a 15 – generándose una inflación del 50 por ciento. ¿Que se requiere para mantener estable el índice de precios? Siguiendo la misma lógica que en el ejemplo anterior, se necesita que la cantidad de dinero se reduzca en el mismo porcentaje en el que se redujo la oferta de mercancías, 33.33 por ciento. Si la cantidad de dinero se reduce en esa proporción, y queda en 20 pesos, entonces los precios de A y B podrán ser desde 10 y 10, pasando por 1 y 19, hasta llegar a 19 y 1, siendo que en cualquiera de los casos el precio promedio será 10 pesos.

De los ejemplos anteriores llegamos a la siguiente conclusión: la condición para mantener estable el índice de precios es que la cantidad de dinero aumente y disminuya en la misma proporción en la que aumenta o disminuye la oferta de mercancías, algo fácil de enunciar, pero difícil de lograr en la práctica, ya que la política monetaria dista mucho de ser un instrumento infalible, tal y como lo muestra el hecho de que, siendo la meta de inflación no más de 4.00 por ciento, la misma se ubicó, en mayo, en 4.95 por ciento. ¿Hasta qué punto tiene la culpa la autoridad monetaria?