Una de las características que siempre ha definido al mexicano, es su gran ingenio para dos cosas; el desinflamar sus frustraciones inventando chistes, y para expresar todo tipo de sentimientos a base de nuestra mundialmente famosa música y, sobre todo, nuestras sentimentales canciones. Vamos a combinar el ejercicio con algo de ciencia-ficción para soñar el México que “podía” haber sido, el México que podríamos tener en estos momentos si la historia se hubiera encaminado por otros senderos.
Una
de las características que siempre ha definido al mexicano, es su gran ingenio
para dos cosas; el desinflamar sus frustraciones inventando chistes, y para
expresar todo tipo de sentimientos a base de nuestra mundialmente famosa música
y, sobre todo, nuestras sentimentales canciones. Quien no recuerda los
enfrentamientos de Pedro Infante y Jorge Negrete, a base de canciones
supuestamente improvisadas, con las cuales se agredían, se ofendían, se reclamaban y se perdonaban.
Hace
años, cuando Germán Dehesa en un excelente artículo se refería al diputado
Eduardo Andrade, afirmando haber llegado a un programa de TV exigiendo su
tequila y su licor, recordé que de músico poeta y loco, todos tenemos un poco,
me di cuenta el que podemos repasar los acontecimientos que han afectado a los
mexicanos los últimos años, identificándolos con sus canciones para descifrar
lo que realmente el pueblo siente, sueña, quiere, y de esa forma lo expresa a
nuestros “sordos” líderes. Pero vamos a combinar el ejercicio con algo de
ciencia-ficción para soñar el México que “podía” haber sido, el México que
podríamos tener en estos momentos si la historia se hubiera encaminado por
otros senderos.
En
Diciembre de 1988 Salinas de Gortari arriba a los Pinos golpeando las puertas
de entrada como lo hacia Pedro Armendáriz en sus películas, y toma a la silla
presidencial entonando la primera canción: “Traigo la sangre caliente, no me la
puedo aguantar, anda muy triste la gente, saben que voy a pelear;
Salinas
inflado, súper fortalecido por tales resultados baja la guardia y decide la
sucesión a favor del paisano Colosio utilizando casi
la misma expresión de Vicente Fernández; “ahí les encargo al potrillo.” Colosio en privado le reviraba con; “es un gran tipo mi
viejo.” México en esos momentos presentaba números macroeconómicos
impresionantes; inversión extranjera record, inflación de un digito, reservas
internacionales igual; record, una deuda razonable, el peso mas firme que
nunca. El PIB del país había ya sobre pasado los 500 billones de dólares, y el
ingreso per cápita por primera vez en la historia
superaba los $5,000 dólares. El potrillo heredaba un verde pastizal.
Sin
embargo, los malosos, como a Valente Quintero,
aguardaban a Colosio cuando se dirigía a ver a su
amada (Sonora): “Dieciocho descargas de máuser sonaron sin darle tiempo de
nada. Donaldo Colosio murió
como mueren los hombres que son cabales, por una amachada cayó tinto en sangre
y lejos de los portales (de Los Pinos).” En esos momentos se activaba la
segunda etapa del plan de saboteo para destruir lo logrado durante los últimos
cinco años. Salinas de inmediato se enfrenta con una realidad no contemplada.
Los bárbaros ante las puertas de entrada esgrimiendo armas que él mismo no sabía
éstos portaban.
Salinas
con el corazón roto inicia: “Si yo encontrara un alma como la mía. A veces me
pregunto, que pasaría, si yo encontrara un alma como la mía.” Pero ya un
barbudo panista Fernández de Cevallos encendía el
país con notas como: “Sol que tú eres tan parejo para repartir tu luz, debías
de decirle al PRI que reparta como tú.” Sin embargo, los mexicanos se replegaba
mas al PRI cantándole: “Pégame, mátame si quieres pero no me dejes, no me dejes
nunca jamás,” y de esa forma una vez mas la dictadura perfecta retenía el poder
en medio de una de sus peores crisis de la era moderna.
Salinas
pensó haberla encontrado esa alma en el emergente Zedillo.
Don Ernesto toma el bastón de mando ya en medio de un país gravemente herido
por el saboteo. Clinton ya se encontraba cómodamente
establecido en
Pero
hagamos ahora un ejercicio de creatividad para cambiar la historia y visualizar
el México que pudo ser. Vamos inclusive a considerar en el ejercicio el que Colosio haya sido asesinado, que todo el plan de saboteo
hubiera sido activado tal como se hizo. Pero ahora aquí viene el primer cambio.
Bush nunca había pronunciado su fatídica frase: “Lean
mis labios, no más impuestos,” para luego sucumbir a la presión demócrata
haciendo lo contrario y por esa promesa rota, perder la presidencia. Con el
complejo de esposa golpeada, oprimida y aceptando su suerte, los mexicanos
igualmente hubiéramos elegido a Zedillo.
Pero
Zedillo no se hubiera visto presionado por
Zedillo no le
hubiera cantado a Fox: “Oye Vicente, ahí te dejo esos dos pesos, paga la deuda,
el teléfono y al PRI. De lo que sobre, coge de ahí para tu Martha, déjame el
resto, pa’ largarme ya de aquí.”
En
estimaciones de expertos, ante un panorama de esa naturaleza; México podría
haber reportado crecimientos de su economía de más de 8% en promedio durante
todo el sexenio, lo cual nos situaría en estos momentos con un PIB de más del
doble del actual, y un ingreso per cápita de casi
$15,000 dólares anuales. Es decir; ante este panorama a México no le hubiera
costado un estimado de mas de $500,000 millones de dólares---reducción y falta
de crecimiento del PIB, Fobaproa, rescates
carreteros, pago del rescate de parte de los EU, fuga de capitales, y sobre
todo, el costo de oportunidad—que es la factura de los acontecimientos de 1994
que seguiremos pagando por mucho tiempo.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.