Entiendo que las autoridades mexicanas deban ser moderadas en sus previsiones. Una visión demasiado pesimista puede producir resultados negativos que de otra manera se habrían podido evitar, aunque sólo sea parcialmente. Pero también es importante mantener un grado razonable de realismo.
Yo entiendo que un funcionario de gobierno no puede estar alarmando constantemente
a los inversionistas, especialmente en un momento de peligro financiero como el
que ha vivido el mundo en las últimas semanas. Pero las declaraciones del
secretario de hacienda, Agustín Carstens, en el sentido de que la turbulencia
financiera en Estados Unidos y el mundo no afectarían a México, han generado no
sólo escepticismo sino abierta incredulidad.
Cada vez es más evidente que México sí se verá afectado por los
problemas financieros iniciados en Estados Unidos pero que se han extendido ya
a Europa y a otras regiones del mundo. De momento es poco probable que el
contagio se realice a través de la banca. No es que nuestros bancos sean mucho
mejores que los de otros países del mundo, sino que la banca mexicana todavía
está saliendo de la quiebra de los años noventa y por lo tanto su cartera de
crédito es relativamente pequeña.
El que no tengamos un contagio financiero no significa que escaparemos
a los efectos de la turbulencia. La desaceleración económica, o quizá recesión,
en Estados Unidos y Europa va afectar la actividad en nuestro país. Ya los economistas
del Grupo Financiero Banamex han reducido su pronóstico de crecimiento para
México en el 2009 de
Las exportaciones mexicanas van a bajar. En parte esto será
consecuencia de una disminución de la demanda en
En México se crearán menos empleos como consecuencia de esta crisis.
Quizá la mayoría de la gente no entienda por qué una caída en los mercados o los
problemas de otro país puedan producir estos problemas, pero la experiencia nos
dice que éstas serán las consecuencias en México de la crisis de Estados
Unidos.
Entiendo que las autoridades mexicanas deban ser moderadas en sus
previsiones. Una visión demasiado pesimista puede producir resultados negativos
que de otra manera se habrían podido evitar, aunque sólo sea parcialmente. Pero
también es importante mantener un grado razonable de realismo. La idea de que
sólo quienes tienen acciones en la bolsa se ven perjudicados por un desplome en
los mercados es absolutamente falsa. Quienes más resultan perjudicados, de hecho,
son con frecuencia quienes no son propietarios de una sola acción.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.