¿El precio de las acciones se recuperará? A los incrédulos les recomiendo que revisen el comportamiento del Índice de Precios y Cotizaciones, de la Bolsa Mexicana de Valores, de 1988 a 2008, y saquen su conclusión.
La etapa
actual de la crisis económica se inició en 16 de septiembre, el día en el cual
el gobierno estadounidense se negó a rescatar al banco de inversión Lehman Brothers, decisión de no
rescatar al mentado banco que inició un periodo de “pánico” bancario que no
solamente afectó a las instituciones bancarias, sino al resto de las
instituciones financieras, y no solamente en los Estados Unidos, sino a todo lo
largo y todo lo ancho del globo terráqueo, comenzando, aquí, allá y acullá, por
las bolsas de valores,
Supongamos
un inversionista que compró, en un determinado momento, una acción a 20 pesos
cuyo precio, al paso del tiempo, alcanzó los 40, razón por la cual, si en ese
momento la vende, obtiene una ganancia de 20 pesos, equivalente al cien por
ciento. Consideremos la posibilidad contraria, que pese a poder obtener, por
medio de la venta de su acción, una utilidad del cien por ciento, nuestro
inversionista considera que el precio de la acción va a seguir subiendo, le
gana la ambición, decide no vender, y de pronto, por los típicos sucesos que
generan las bajas bursátiles, el precio de su acción baja, en un periodo de
tiempo relativamente corto (los booms son de pendiente suave, los cracks de pendiente inclinada),
hasta los 10 pesos, baja que muy probablemente lleve a nuestro accionista a
afirmar que ha perdido el 50 por ciento: compró a 20 pesos y ahora el precio de
su acción es de 10. Pero una cosa es que el precio de su acción sea hoy menor
que aquel al cual la compró, y otra muy distinta que hay perdido, y la razón de
ello es muy sencilla: mientras no venda su acción a 10 pesos no ha incurrido en
pérdida. Cierto, ya no obtuvo la ganancia que hubiera obtenido si hubiera
vendido en el momento en el cual el precio alcanzó los 40 pesos, pero una cosa
es “no haber obtenido tal o cual ganancia” y otra muy distinta “haber perdido
tanto o cuanto”. Es verdad, nuestro inversionista podrá lamentarse diciendo
que, si hubiera vendido a 40 pesos, hubiera ganado el cien por ciento. Cierto,
pero no menos cierto es que el hubiera es el verbo haber conjugado a lo idiota.
Ante el
precio de 10 pesos, lo que el inversionista debe evitar es la pérdida, pérdida
que ocurre, no por la baja en el precio el de la acción, sino por su venta a un
precio menor que el de compra, lo cual depende, no de los movimientos en el
precio, sino de la decisión del inversionista, quien, mientras no venda a un
precio de los 20 pesos, no incurre en pérdida alguna, por más que, si hubiera
hecho esto o aquello, hace tiempo que hubiera obtenido una ganancia. Vuelvo a
lo dicho: el hubiera es el verbo haber conjugado a lo idiota.
Hasta aquí todo queda claro,
quedando por responder la siguiente pregunta: el precio de la acción, ¿se
recuperará? La respuesta es que sí, como que hay Dios, como que dos más dos son
cuatro, como que, al terminar de escribir la palabra final podré un punto final. A los incrédulos les recomiendo que
revisen el comportamiento del Índice de Precios y Cotizaciones, de
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.