Die Feste muss man feiern wie die kommen, sabio dicho alemán que a la letra señala que Las fiestas hay que celebrerarlas como vienen, es decir, en la fecha en que tocan, en el día en que caen, sin hacer trampa, es decir, sin cambiar de día, sin mover la fecha, ¡mucho menos por motivos de trabajo!, y de todo lo que el mismo implica, tal y como es el caso, por ejemplo, de la productividad. La peor traición que se le puede hacer a la fiesta, sobre todo cuando se trata de una fecha conmemorativa, es adelantarla, o posponerla, por motivos de trabajo. Todo el sentido de la fiesta es ese, el de un alto en el camino, el de la interrupción del negocio para dedicarse al ocio, sentido que, bien pensado, tiene algo de sobrenatural, en el sentido de milagroso. Die Feste muss man feiern wie die kommen.

Ustedes no están para saberlo, ni yo para contarlo, pero yo me casé un 5 de febrero, del hoy ya lejano 1983, no por constitucionalista (y si hubiera sido por ese motivo hubiera sido por la constitución de 1857, no por la de 1917, ¡mucho menos tal y como está redactada hoy!), sino porque consideramos, mi esposa y yo, que, por tratarse del aniversario de la Constitución, tal y como sucedía hasta hace unos años, siempre íbamos a disfrutar de un día de asueto, fuera lunes, fuera martes, fuera miércoles, fuera jueves o fuera viernes. Evidentemente nos equivocamos, porque no faltaron quienes, alegando motivos relacionados con la productividad, decidieron que, si el 5 de febrero cae en jueves, el día de asueto será el lunes 2, tal y como sucedió esta semana. Total, dirán algunos, ¡qué más da!, al final de cuentas tuvimos nuestro día libre. Sí, pero el día de la fiesta, la fecha del onomástico, tanto de la Constitución, ¡como de mi boda!, es el cinco, no el dos, con un agravante: que en el caso de este 2009, tan arbitraria disposición – celebrar el 5 de febrero el día dos -, nos robó, de un plumazo, el puente. No, dirá más de un despistado, ya que el puente lo tuvimos, precisamente, el lunes dos. No, de ninguna manera, ya que no hay que confundir un día libre con un puente, puente que se da (daba) cuando el día libre cae, por ejemplo, en jueves, y se puentea, pasando por arriba del viernes, hasta el siguiente día libre, en este caso el sábado. Lo mismo sucede si el día de asueto es, por ejemplo, el martes, pudiéndose puentear sobre el lunes para regresar al trabajo el miércoles. Insisto: no hay que confundir el día libre con el puente. De hecho, la mentada disposición acabó, de un plumazo, con los puentes, todo ello en nombre de la productividad, como si el ser humano no fuera más que homo faber, como si el negocio privara sobre el ocio.

Ya Adam Smith, el gran filósofo y economista escocés del siglo XVIII, nos previno de los hombres del sistema, que son aquellos que quieren organizar la vida humana como si se tratara del armado de un rompecabezas, de la puesta en marcha de un mecanismo, del armado de un modelo a escala. Esos hombres del sistema, mucho más inclinados a la ingeniería que a la poesía, y por lo tanto a los números que a las palabras, y por ello a lo predeterminado que a la libertad, son quienes consideraron que, en aras de la productividad, había que terminar con los puentes, y con el respeto a la fechas conmemorativas, y con la celebración de las fiestas en su día, y como tuvieron el poder para hacerlo lo hicieron, olvidando que  Die Feste muss man feiern wie die kommen. ¿Pero saben qué? Conmigo no cuentan, ¡menos el 5 de febrero!, día que, por principio, ¡faltaba más!, yo no trabajo, ¡y háganle como quieran!

De hecho este artículo lo estoy escribiendo el miércoles 4, porque mañana, 5 de febrero, yo no trabajaré y dedicaré el día a celebrar 26 años de casado, tal y como debe ser.

Die Feste muss man feiern wie die kommen, con todo lo sobrenatural que encierra tan sabio consejo, que me enseñó una gran señora, quien lo siguió el pie de la letra, mi abuela Elizabeth, mi querida Mutti.

(Sí, hoy no tengo ganas de escribir de economía, de la crisis, del tipo de cambio, del foro de los senadores. No, hoy no tengo ganas, y ustedes perdonarán.)