Ya basta, señoras y señores. Nuestra gloriosa selección nacional de futbol no puede seguir siendo el hazmerreír de los enemigos del balompié. No podemos permitir que las esperanzas del pueblo mexicano, depositadas en los botines de la oncena tricolor, sean defraudadas constantemente, mucho menos en tiempos aciagos en los que la crisis financiera internacional golpea inmisericorde en millones de hogares mexicanos.

No es tiempo de soluciones demagógicas para salir del paso. Necesitamos un director técnico de la selección nacional que imponga el orden, un líder visionario y experimentado, un mexicano nacionalista, emanado de la cantera que tantas satisfacciones dio a México en el siglo pasado, esa cantera tricolor, el PRI, que a lo largo del siglo XX y con diferentes denominaciones nos dio lo mismo al gran reformador que fue Plutarco Elías Calles, que al guerrero infatigable que fue el general Álvaro Obregón, cuya vida fue cegada por el fanatismo de la derecha clerical y recalcitrante que hoy día se ha refugiado en el PAN (por eso, porque la reacción truncó la vida del héroe de Celaya y de tantas otras batallas revolucionarias, sus ojos de lince no pudieron ver el nacimiento del PNR, PRM, PRI, pero hagan de cuenta que, como las mamás que aman a sus hijos antes de conocerlos, don Álvaro, el manco de Celaya, amó al PRI sin conocerlo). Sonorenses ambos, Calles y Obregón, como sonorense debe ser el próximo director técnico de la selección mexicana de futbol.

Me refiero, desde luego, a Manlio Fabio Beltrones.

Lo siento pero Javier Aguirre no tiene los espolones para esta patriótica tarea. Que siga buscando fortuna en Europa. Hoy, en momentos de desánimo y de confusión, sólo un mexicano que tiene respuestas para todo, que lo sabe todo y que no se anda con chiquitas (pregúntenle a Mario Aburto) puede sacar el buey de la barranca.

Ya puedo escuchar las enérgicas admoniciones de Manlio Fabio a los seleccionados:

“Hay que fajarse los pantalones de una vez por todas”.

“Yo hago un llamado para que la selección en su conjunto y cada jugador en lo particular actúe con la mayor responsabilidad en estas horas difíciles para México”

“Es hora de poner mayor responsabilidad en las acciones de cada uno de nosotros; debemos mirar más allá del 5 de julio, ¿qué va a pasar el 6 de julio cuando la afición decida quiénes deben estar y en qué proporción sobre la cancha de juego?”

“Estamos en épocas de clasificación al Mundial de Sudáfrica, entendemos perfectamente bien que algunos equipos y sus dirigentes tengan que usar todo este tipo de estrategias y artimañas, que son las campañas de desprestigio y posteriormente las guerras sucias, para poder cubrir su falta de ideas y propuestas. Si hay un fracaso por parte del seleccionado más vale buscar culpables en otro lado, que exigir soluciones por parte del mismo”

“Esto no nos preocupa, así sucede en diferentes espacios de la lucha futbolística, en diversos lugares del mundo”

“Lo que sí queremos que quede muy claro es que nosotros seguiremos actuando con enorme responsabilidad y haremos todo lo necesario para hacer que el balón (o la verdad, lo mismo da) salga a flote”.

¿A poco no son estas las palabras de un triunfador indiscutible?, ¿a poco no se encenderán de fervor balompédico los ratoncitos verdes y se transformarán, al influjo de este verbo iluminado e iluminador, en feroces dragones que se comerán el mundo?

Además, hay otras ventajas derivadas de nombrar a Manlio Fabio director técnico de la selección. Menciono las más importantes:

1.      Le damos ocupación ahora que se le acabe su hueso legislativo y que Beatriz Paredes le está aplicando la ley de “extinción de dominio”. Más vale tenerlo ocupado a que ande por ahí de ocioso, ocurrente e intrigante.

2.      Tendremos un director técnico al que los insolentes periodistas de deportes y comentaristas arrogantes NO se le subirán a las barbas (ni al bigote, faltaba más); ¿a ver si José Ramón Fernández es tan machito como para criticar a Manlio Fabio? Ah, verdad.

3.      Será un director técnico con respuestas para todo (Manlio Fabio sabe cómo resolver la crisis global; cuál debe ser el precio del diesel; cuánto deben cobrar de intereses los bancos en las tarjetas de crédito; en qué debe invertirse el dinero de las pensiones de los trabajadores; cuál debe ser la forma en que el Presidente debe fajarse los pantalones; quién debe ser el nuevo dueño de Banamex y cuánto debe pagar, si acaso tiene que pagar, por el banco; qué impuestos deben cobrarse, a qué tasas y a quiénes; cómo deben ser los anuncios electorales en televisión y radio; quiénes deben, y quiénes no, ser subgobernadores del Banco de México; quiénes deben, y quiénes no, ser comisionados de la Cofetel; quiénes deben, y quiénes no, ser consejeros del IFE y un montón de cosas más), es decir: Un director técnico omnisciente y omnipotente.

4.      Si acaso, a pesar del encendido y elocuente verbo de este ínclito reformador, los seleccionados siguen jugando de forma mediocre, serán castigados con la befa y el escarnio de la fina prosa de este brillante legislador, ex gobernador, ex policía, ex subsecretario, ex salinista.

5.      Y hablando de ex salinistas, ¿no les parece de elemental justicia que si le dieron un huesote de consolación a Luis, el osito, Téllez, lo menos que podemos hacer es darle una responsabilidad similar (la bolsa de valores en México es como la selección de futbol: tamaño cacahuate) a don Manlio por sus inolvidables servicios?

Agradezco la valiosa colaboración, para la elaboración de esta propuesta patriótica y desinteresada, del eficiente equipo de prensa de don Manlio que, cada vez que el tribuno abre la boca, nos inunda literalmente a periodistas y medios con fieles y minuciosas transcripciones de las palabras del egregio sonorense.