Los hondureños podrían ser más abiertos a una cátedra sobre la democracia de Obama si Estados Unidos mostrara más interés en desafiar a Chávez y sus aliados antidemocráticos o si entendiera el peligro que representan. En vez de eso, desde que asumió la presidencia en enero, el mandatario estadounidense se ha acercado a los malos dirigentes de la región, sólo para quedar en vergüenza posteriormente al revelarse que sus nuevos "amigos" en realidad son enemigos de la paz y la libertad.
El ex-presidente de Honduras, Manuel
Zelaya regresó a su país el viernes, viajando en una todoterreno
desde Nicaragua a un pequeño pueblo fronterizo. Esta fue la primera vez que
regresaba a Honduras desde que fue arrestado el 28 de junio y deportado por los
militares por violar la constitución.
Zelaya parecía un poco desilusionado
de que su teatral retorno no hubiera provocado un tiroteo. Unas pocas horas
después regresó a Nicaragua, en donde el presidente sandinista
Daniel Ortega le ha brindado refugio.
Si Zelaya sigue así, la crisis
podría extenderse mucho más. Pero sin importar como se resuelva esta contienda
de poderes, probablemente será recordada como el momento que definió la
política estadounidense hacia Latinoamérica bajo Barack
Obama.
Zelaya tenía los medios, el motivo y
la oportunidad para destruir las instituciones democráticas del país y estaba
tomando medidas para hacerlo. De haber tenido éxito habría consolidado su poder
en la misma forma en que lo hizo el presidente de Venezuela Hugo Chávez y
habría transformado al país en un estado policial. La insistencia de Obama de que Zelaya sea devuelto al poder ha fortalecido la
imagen de un Tío Sam arrogante y condescendiente
desconectado de la realidad de la región.
Los hondureños podrían ser más
abiertos a una cátedra sobre la democracia de Obama
si Estados Unidos mostrara más interés en desafiar a Chávez y sus aliados
antidemocráticos o si entendiera el peligro que representan. En vez de eso,
desde que asumió la presidencia en enero, el mandatario estadounidense se ha
acercado a los malos dirigentes de la región, sólo para quedar en vergüenza
posteriormente al revelarse que sus nuevos "amigos" en realidad son
enemigos de la paz y la libertad.
Esta locura comenzó con
A principios de junio, Obama llamó al presidente de Ecuador, Rafael Correa, para
felicitarlo por su reciente reelección y, según un portavoz de
El 22 de junio, reporté que la
inteligencia militar de Colombia tenía evidencia de que el gobierno de Correa
apoya las FARC, el grupo guerrillero colombiano. Un furioso Correa saltó en
frente de las cámaras de televisión para emitir una amenaza a The Wall Street
Journal. "Estamos hartos de sus mentiras",
advirtió.
Él no podría haber previsto que días
después la agencia de noticias Associated Press emitiría un video de un líder rebelde leyendo una
carta del fallecido líder de las FARC sobre documentos
"comprometedores" que muestran el apoyo financiero de las FARC a la
campaña presidencial de Correa en 2006 y "acuerdos" con emisarios de
Correa. En el reporte de esta noticia, el diario español El País escribió que
"varios correos electrónicos de los ordenadores de [el cabecilla de las
FARC] Raúl Reyes dan cuenta de la entrega de US$100.000
al equipo de campaña de Correa. La novedad, ahora, es que un alto dirigente de
la propia guerrilla admite verbalmente tal aportación". Correa niega las
conexiones con las FARC y dice que esto es un "montaje". No se sabe
aún si planea demandar a todos los demás periódicos que posteriormente
informaron la noticia.
Luego de establecer que hacer las
paces con los causa-problemas de la región es una de sus prioridades, Obama ahora desea que Zelaya, quien fue respaldado
oficialmente por las FARC la semana pasada, sea devuelto a su cargo. Si
Honduras no cumple con ello, EE.UU. ha amenazado con
congelar activos y revocar las visas de los funcionarios del gobierno interino.
Algunos observadores en Washington
creen que esta extraña postura se debe al hecho de que Obama
dependa profundamente del consejero para
Craig era el abogado de Fidel Castro
—quiero decir Juan Miguel González— durante la repatriación a Cuba del niño de
7 años Elian González en 2000 por parte de Bill Clinton. A lo largo de la
campaña presidencial, cuándo él estaba asesorando a Obama,
el izquierdista Council on Hemispheric Affairs lo respaldó
diciendo que era "el hombre correcto para revivir las profundamente
defectuosas relaciones entre EE.UU. y América
Latina". En Otras palabras, darle un giro a la política hacia la
izquierda.
Hay mucha especulación sobre si Obama
está diseñando políticas en base a los "conocimientos" de Craig. No es muy difícil de creer. De hecho, si todas las
políticas están siendo dirigidas fuera de
*Artículo republicado con autorización del Cato Institute.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.