Cuando los políticos hablan de “revisar” el TLC o erigir barreras a la migración, ignoran que ello equivale al voluntarismo de que se puede acabar con cadenas productivas desde Anchorage hasta Tuxtla Gutiérrez.
Un observador ha, pues bien, observado,
que la relación trilateral de los socios comerciales norteamericanos se ha
estancado en “hipocresías,” y en “nacionalismos pedestres.” Bien dicho.
La última reunión trilateral es
muestra, nuevamente, de estas hipocresías; y no existen mayores de estas que en
el tema migratorio, donde parecería que desarrollar un marco migratorio común
sería, únicamente, para hacerle el favor a los mexicanos.
Hay tres consideraciones que los
argumentos anti-inmigración (siendo mucho más
viscerales que lógicos) ignoran por completo:
1.
Las fuerzas de integración regional (lo que se llegó a
llamar “regionalismo”) en el marco de la relación comercial norteamericana son
inevitables. El comercio exterior con los vecinos del norte, aun con crisis,
aproxima 400 mil millones de dólares. En el tiempo, la integración de bienes y
servicios tenderá a incluir y “adaptar” otros factores de producción. Esto ya
sucede con el factor capital, y por lo menos en la zona fronteriza, con el
factor trabajo. Son fuerzas inerciales, o espontáneas, que tienden hacia la
integración. Cuando los políticos hablan de “revisar” el TLC, o peor, construir
barreras físicas a la migración, ignoran que ello equivale al voluntarismo de
que se puede acabar con cadenas productivas que ya existen desde Anchorage hasta Tuxtla Gutiérrez.
2.
La demanda laboral por servicios básicos, más las
disparidades salariales, junto con el envejecimiento de la pirámide poblacional
estadounidense, implica una inercia económica hacia una demanda permanente de
mano de obra mexicana (legal o ilegal), que ninguna barrera o muro podrá parar.
Al contrario, elevará el costo de transacción para la inmigración, como lo ha
hecho la visa canadiense, pero no acabará con los flujos migratorios.
3.
Finalmente, existe la bomba de tiempo fiscal estadounidense,
ahora agravada por los nuevos paquetes de estímulo. La generación de “baby boomers” cumple la edad de
retiro el año entrante. La única forma viable de financiar esta nueva
contingencia es… por medio de la “legalización” de nuevos inmigrantes, que se
conviertan en contribuyentes fiscales.
Vaya, la relación trilateral debería
de partir del sentido común: “dando y dando”; pero esto tendrá que ser para
otra ocasión.
EntrarTanta sociedad como sea posible, tanto gobierno como sea necesario.